HISTORIA MEDIEVAL - ESTADOS DE LA PENÍNSULA IBERICA
Las taifas (en árabe, طائفة ṭā'ifa, plural طوائف ṭawā'if, palabra que significa "bando" o "facción") fueron pequeños reinos (ملوك الطوائف) en los que se dividió el califato de Córdoba a partir de la Revolución Cordobesa que depuso al califa Hisham II en 1009; aunque el califato no desapareció en ese momento. En los años siguientes, en la llamada Fitna de al-Ándalus, el califato rivalizó con los primeros reinos de taifas, hasta que fue desterrado el califa Hisham III (de la dinastía omeya), lo que puso fin al califato en 1031. Posteriormente, tras el debilitamiento de los almorávides y los almohades, surgieron los llamados segundos (1144 y 1170) y terceros reinos de taifas (siglo XIII). El origen de todas las dinastías de las taifas era extranjero, salvo el de los Banu Qasi y los Banu Harún, que era muladí.
Primeros reinos de taifas[editar]
Desde que el califa Hisham II es obligado a abdicar en 1009 hasta el año de la abolición formal del califato en 1031 se suceden en el trono de Córdoba nueve califas, de las dinastías omeya y hamudí, en medio de un caos total que se refleja en la independencia paulatina de las taifas de Almería, Murcia, Alpuente, Arcos, Badajoz, Carmona, Denia, Granada, Huelva, Morón, Silves, Toledo, Tortosa, Valencia y Zaragoza. Cuando el último califa Hisham III es depuesto y proclamada en Córdoba la república, todas las coras (provincias) de al-Ándalus que aún no se habían independizado se autoproclaman independientes, regidas por clanes árabes y bereberes.
En el trasfondo se hallaban problemas muy profundos. Por una parte, las luchas por el trono califal no hacían sino reproducir las luchas internas que siempre habían asolado el emirato y el califato por causas raciales (árabes, bereberes y muladíes o eslavos, estos últimos esclavos libertos del norte peninsular o de origen centroeuropeo). También influían la mayor o menor presencia de población mozárabe, el ansia independentista de las áreas con mayores recursos económicos y también la agobiante presión fiscal necesaria para financiar el coste de los esfuerzos bélicos.
Cada taifa se identificó al principio con una familia, clan o dinastía. Así surgen la taifa de los amiríes (descendientes de Almanzor) en Valencia; la de los tuyibíes en Zaragoza; la de los aftasíes en Badajoz; la de los birzalíes en Carmona; la de los ziríes en Granada; la de los hamudíes en Algeciras, Ceuta y Málaga; y la de los abadíes en Sevilla. Con el paso de los años, las taifas de Sevilla (que había conquistado toda la Andalucía occidental y parte de la oriental), Badajoz, Toledo y Zaragoza, constituían las potencias islámicas peninsulares.
Durante el apogeo de los reinos de taifas (siglo XI y hasta mediados del siglo XII), los reyes de las taifas compitieron entre sí no solo militarmente, sino sobre todo en prestigio. Para ello, trataron de patrocinar a los más prestigiosos poetas y artesanos.
Sin embargo, la disgregación del califato en múltiples taifas, las cuales podían subdividirse o concentrarse con el paso del tiempo, hizo evidente que sólo un poder político centralizado y unificado podía resistir el avance de los reinos cristianos del norte. Careciendo de las tropas necesarias, las taifas contrataban mercenarios para luchar contra sus vecinos o para oponerse a los reinos cristianos del norte. Incluso guerreros cristianos, como el propio Cid Campeador, sirvieron a reyes musulmanes, luchando incluso contra otros reyes cristianos. Sin embargo, esto no fue suficiente y los reinos cristianos aprovecharían la división musulmana y la debilidad de cada taifa individual para someterlas. Al principio el sometimiento era únicamente económico, forzando a las taifas a pagar un tributo anual, las parias, a los monarcas cristianos. Sin embargo, la conquista de Toledo en 1085 por parte de Alfonso VI de León y Castilla hizo palpable que la amenaza cristiana podía acabar con los reinos musulmanes de la península. Ante tal amenaza, los reyes de las taifas pidieron ayuda al sultán almorávide del norte de África, Yúsuf ibn Tasufin, el cual pasó el estrecho asentándose en Algeciras y no solo derrotó al rey leonés en la batalla de Zalaca (1086), sino que conquistó progresivamente todas las taifas.
Relación de taifas del primer período[editar]
- Albarracín: 1011-1104 (almorávides)
- Algeciras: 1013-1026 (Málaga); 1035-58 (abadíes)
- Almería: 1011-91 (almorávides)
- Alpuente: 1009-1106 (almorávides)
- Arcos: 1011-91 (Sevilla)
- Badajoz: 1009-1094 (almorávides)
- Islas Baleares o Mallorca: 1076-1116 (almorávides)
- Ceuta: 1061-1084 (almorávides)
- Calatayud: 1046-1055 (Zaragoza)
- Carmona: 1013-91 (almorávides)
- Córdoba (repúblicas): 1031-91 (Sevilla)
- Denia: 1010/12-76 (Zaragoza)
- Granada (Garnata): 1013-90 (almorávides)
- Lisboa: 1022 (Badajoz)
- Lorca: 1051-91 (almorávides)
- Málaga: 1026-57/58 (ziríes); 1073-90 (almorávides)
- Melilla: 1030-1079 (almorávides)
- Mértola: 1033-91 (almorávides)
- Molina: 1075 (Valencia)
- Morón: 1013-66 (Sevilla)
- Murcia: 1011/12-65 (Valencia)
- Murviedro y Sagunto: 1086-92 (almorávides)
- Niebla: 1023/24-91 (Sevilla)
- Ronda: 1039/40-65 (Sevilla)
- Huelva y Saltés: 1012/13-51/53 (Sevilla)
- Santa María del Algarve: 1018-51 (Sevilla)
- Segorbe 1055-1075
- Sevilla: 1023-91 (almorávides)
- Silves: 1040-63 (Sevilla)
- Toledo: 1010/31-85 (castellanos)
- Talavera de la Reina: 1073/80 (almorávides)
- Tortosa: 1039-60 (Zaragoza); 1081/82-92 (Denia)
- Tudela: 1046-51 (Zaragoza)
- Valencia: 1010/11-94; 1065 (Toledo); 1094 (Cid Campeador); 1105 (almorávides)
- Zaragoza: 1017/1118 (almorávides) es conquistada por Alfonso I El Batallador.
Segundos reinos de taifas[editar]
Cuando el dominio almorávide empezó a decaer, surgieron los llamados segundos reinos de taifas (1144-1170), que fueron posteriormente sometidos y anexionados por los almohades, que habían sucedido a los almorávides en su dominio del norte de África.
Relación de taifas del segundo período[editar]
- Almería: 1145-47 (breve gobierno de castellanos y almohades)
- Badajoz: 1145-50 (almohades)
- Beja y Évora: 1114-50 (almohades)
- Constantina y Hornachuelos: 1143-50 (almohades)
- Guadix y Baza: 1145-51 (Murcia)
- Jaén: 1145-1159 (Murcia); 1168 (almohades)
- Jerez: 1145 (almohades)
- Málaga: 1145-53 (almohades)
- Mallorca: 1147-1203 (tras la caída del Imperio almorávide, se organizó como taifa. Último reducto almorávide en caer).
- Mértola: 1144-45 (Badajoz); 1146-51 (almohades)
- Molina: ?-1100 (Guadalajara)
- Murcia: 1145 (Valencia); 1147-72 (almohades)
- Niebla: 1145-50 (almohades)
- Purchena 1145-50 (Murcia)
- Santarém: ?-1147 (Portugal)
- Segura:1 1147-? (desconocido)
- Silves: 1144-55 (almohades)
- Tavira: 1146-50 (almohades)
- Tejada: 1145-50 (almohades)
- Valencia: 1145-72 (almohades)
Terceros reinos de taifas[editar]
Tras el fin del periodo almohade, marcado por la batalla de las Navas de Tolosa (1212), hubo un corto periodo denominado terceros reinos de Taifas, que terminó en la primera mitad del siglo XIII con las conquistas cristianas en el Levante de Jaime I de Aragón (Valencia, 1236) y en Castilla de Fernando III el Santo (Córdoba, 1236 y Sevilla, 1248) y perduró en Granada con la fundación del reino nazarí, que no capituló hasta el 2 de enero de 1492, fecha que pone fin a la Reconquista.
Relación de taifas del tercer período[editar]
- Sevilla: 1212-1248 (castellano-leoneses)
- Jaén: c.1212-1246 (castellano-leoneses)
- Córdoba: 1212-1236 (castellano-leoneses)
- Badajoz: 1212-1230 (leoneses)2
- Arjona: 1232-1244 (nazaríes i.e. los Banu Nasr)
- Baeza: 1224-26 (castellanos)
- Denia: 1224-1227 (se cree de almohades); 1228-44 (Aragón)3
- Granada (Garnata): 1237-1492 (este período no suele considerarse como una taifa) (castellanos)
- Lorca: 1240-1265 (integrada en Murcia: castellano-leoneses)
- Málaga: 1229-1238 (nazaríes)
- Menorca: 1228-87 (Aragón)
- Murcia: 1228-66 (castellano-leoneses). Dependiente de Castilla desde 1243.
- Ceuta: 1233-1305 (nazaríes)
- Niebla: 1234-1262 (castellano-leoneses)
- Orihuela: 1239/40-49/50 (Murcia o castellanos)
- Valencia: 1228/29-38 (Aragón)
- Taifa de Granada, desde 1238 (conocida historiográficamente como Reino nazarí de Granada y conquistada por la Corona castellano-aragonesa en 1492).
El Señorío de Albarracín fue un señorío cristiano, habitualmente denominado independiente, capitalizado en la actual ciudad aragonesa de Albarracín, enclavado entre la Corona de Aragón y el Reino de Castilla y creado a partir de la antigua Taifa de Albarracín por la dinastía bereber de los Banu Razín.
Existen diversas hipótesis en torno a cómo pasa de manos musulmanas a cristianas, aunque la más aceptada es la que defiende la idea que, hacia 1167, ante la presión de las continuas luchas entre los almorávides y los nuevos invasores almohades, el rey Muhammad ibn Mardanis, apodado el «Rey Lobo», cede la Taifa de Albarracín a un vasallo del rey Sancho VI de Navarra, el señor de Estella, Pedro Ruiz de Azagra, en recompensa a algún posible apoyo militar realizado previamente.
En 1172, Pedro Ruiz de Azagra, fallecido en 1186, logra convertir la ciudad en sede episcopal, a través de la sede de Toledo, consolidando así su independencia del resto de señores de la zona.
En 1220 Albarracín se convierte en uno de los escenarios de la primera revuelta nobiliaria contra Jaime I de Aragón, protagonizada por Rodrigo de Lizana con el apoyo de Pedro Fernández de Azagra (1196-1246), III señor de Albarracín. Jaime I de Aragón decide entonces sitiar Albarracín ese mismo año, siendo todavía menor de edad. Sin embargo, levanta el asedio al no contar con el apoyo de la nobleza y ante las incursiones que realizan los asediados en Albarracín. No es hasta la colaboración de Pedro Fernández de Azagra en la conquista de Valencia, ayudando a Jaime I, cuando el linaje se redime con el rey de Aragón.
Durante la conquista de Valencia (1238) es cuando aparece el primer documento en el que se menciona la donación por parte del rey Jaime I a don Pedro Fernández de Azagra de los castillos y villas de Altura (incluido su rabal) y Chelva, así como las alquerías de Cárcer y Gátova. Asimismo, la jurisdicción del señorío de Albarracín llegaba incluso hasta la localidad de Llíria, además de obtener un ventajoso pacto en torno a la ganadería, principal motor económico en la zona de Albarracín.
El linaje de los Azagra perduró durante seis generaciones y no fue hasta 1284 cuando el marido de Teresa Álvarez de Azagra, Juan Núñez I de Lara, aliado de los franceses en la Cruzada Aragonesa, es derrotado por Pedro III de Aragón que somete el señorío al dominio aragonés. En 1300, el rey Jaime II de Aragón incorpora las tierras al realengo y da a Albarracín el título de ciudad.
Los señores de Albarracín[editar]
- Pedro Ruiz de Azagra, hijo de Rodrigo de Azagra, fue el primer señor de Albarracín (1167-1186). Le sucedió su hermano:
- Fernando Ruiz de Azagra (1186-1196). Le sucedió su hijo:
- Pedro Fernández de Azagra (1196-1246). Le sucedió su hijo:
- Álvaro Pérez de Azagra (1246-1260). Le sucedió su hija:
- Teresa Álvarez de Azagra que gobernó Albarracín junto con su esposo Juan Núñez I de Lara (1260-1284) Teresa falleció antes que su esposo que volvió a contraer matrimonio con Teresa Díaz de Haro con quien tuvo un hijo, Juan Núñez II de Lara. En 1284 Juan Núñez I de Lara había sido derrotado por el rey Pedro III de Aragón quien dio el señorío a su hijo ilegítimo, Fernando de Aragón, aunque Juan Núñez II de Lara siguió reclamando el señorío de Albarracín.
División administrativa[editar]
El Señorío de Molina, al igual que las otras comunidades de villa y tierra de la Extremadura castellana, estaba estructurada en torno a una villa principal, en este caso Molina, rodeada por las tierras que se dividían en sexmas, cuatro en este caso en lugar de las seis más habituales. Estas sexmas eran la del Campo, la del Pedregal, la del Sabinar y la de la Sierra. A su vez, cada sexma se dividía en unas veinte veintenas, que correspondían a cada una de las aldeas de la sexma y sus tierras, que a su vez se dividían cada una en unos cinco quiñones con el fin de repartir las tierras de cada pueblo.1
Sexma del Campo[editar]
La sexma del Campo es la más septentrional y más extensa, abarcando los valles altos del Mesa y del Piedra y la paramera nororiental de Molina.
Algar de Mesa, Amayas, Anchuela del Campo, Campillo de Dueñas, Chilluentes, Cillas, Concha, Cubillejo de la Sierra, Cubillejo del Sitio, Embid, Establés, Fuentelsaz, Hinojosa, Labros, Milmarcos, Mochales, Pardos, Rueda de la Sierra, Tartanedo, Torrubia, Tortuera, Villel de Mesa y La Yunta.
Sexma del Pedregal[editar]
La sexma del Pedregal se sitúa al este de Molina en torno al camino que llevaba a Teruel y Valencia.
Aldehuela, Anchuela del Pedregal, Anquela del Pedregal, Castellar de la Muela, Castilnuevo, Chera, El Pobo de Dueñas, Hombrados, Morenilla, Novella, Otilla, El Pedregal, Pradilla, Prados Redondos, Setiles, Tordellego, Tordelpalo, Tordesilos, Torrecuadrada de Molina y Torremochuela.
Sexma del Sabinar[editar]
La sexma del Sabinar se sitúa al oeste de Molina y comprende sobre todo los cursos del río Arandilla y del medio y bajo Gallo.
Aragoncillo, Baños de Tajo, La Buenafuente del Sistal, Canales de Molina, Castellote, Cobeta, Corduente, Cuevas Labradas, Cuevas Minadas, Escalera, Fuembellida, Herrería, Lebrancón, Olmeda de Cobeta, Rillo de Gallo, Selas, Taravilla, Teroleja, Tierzo, Torete, Torrecilla del Pinar, Torremocha del Pinar, Valhermoso, Valsalobre, Ventosa y Villar de Cobeta.
Sexma de la Sierra[editar]
La sexma de la Sierra es la más meridional y comprende los pueblos que se sitúan en la orilla oriental del Alto Tajo, frontera natural con el común de villa y tierras de Cuenca, y en la sierra de Molina.
Adobes, Alcoroches, Alustante, Checa, Chequilla, Megina, Motos, Orea, Peralejos de las Truchas, Pinilla de Molina, Piqueras, Terzaga, Terzaguilla, Traíd y Villanueva de las Tres Fuentes.
Historia[editar]
Con la conquista cristiana de la península ibérica se establece en la zona de frontera con las taifas andalusíes, las Extremaduras aragonesa y castellana, un nuevo régimen administrativo basado en los fueros y en las comunidades de aldeas del Reino de Aragón y comunidades de villa y tierra del Reino de Castilla. La taifa de Molina fue conquistada en 1129 por Alfonso I de Aragón, pero la repoblación corrió a cargo del Reino de Castilla, lo que provocó las disputas de ambas coronas por el territorio molinés. Manrique Pérez de Lara, conde y señor de Lara, con influencia ante ambos reyes, hizo de mediador en la concordia de Carrión de 1137, donde Castilla devolvió a Aragón las plazas de Calatayud y Daroca, y donde se consiguió que todas las tierras de Molina fueran declaradas solariegas y que ambos soberanos le aceptasen como señor de Molina y de Mesa, naciendo así en 1138 el señorío de Molina, independiente de ambas Coronas durante más de siglo y medio, y recibiendo un fuero propio.
En 1293 falleció Blanca Alfonso de Molina, hermana de la reina María de Molina, quien dispuso en su testamento otorgado el 10 de mayo de 1293, que el señorío lo heredara el rey Sancho IV «lo que se traduce en la transmisión del señorío de Molina a los reyes Sancho y María».2 Desde 1295, tras la muerte de Sancho IV, María de Molina se convirtió, hasta la mayoría de edad de su hijo Fernando IV de Castilla, en su tutora. Tras la muerte del rey Fernando IV en 1312, María de Molina volvió a desempeñar el cargo de tutora del rey, en la persona de su nieto Alfonso XI de Castilla, que alcanzó la mayoría de edad en 1325, cuatro años después de la muerte de su abuela, el cual heredaría también el señorío de Molina, que quedó vinculado desde ese momento a la Corona de Castilla.
Pedro I heredó en 1350, como rey de Castilla, el señorío de Molina tras la muerte de su padre, Alfonso XI. Durante su vida se ve involucrado en una nueva guerra con el rey Pedro IV de Aragón, la conocida como guerra de los Dos Pedros, en la que el señorío de Molina se encuentra profundamente inmerso. Con la muerte de Pedro I en 1369 de manos de su hermanastro Enrique de Trastámara, futuro rey de Castilla, este le entrega el señorío de Molina al monje francés y capitán de las Compañías Blancas, Bertrand du Guesclin, en forma de ducado como agradecimiento a su colaboración. La Villa y el Señorío no aceptaron a Duguesclin como su señor y se entregaron a Pedro IV de Aragón, al que reconocieron como señor de Molina. Desde entonces, en su homenaje la villa de Molina substituyó el apellido de los Caballeros por el de Aragón y llamó como este reino a la torre más alta de su fortaleza. Con la Paz de Almazán de 1375 el señorío es devuelto al rey de Castilla y el título de señor de Molina quedaría desde entonces vinculado al de rey de Castilla, primero, y al de Rey de España, después.
La importancia estratégica militar del señorío y de Molina de Aragón durante los siglos XIV y XV, como zona fronteriza, continuó siendo clave en tanto en cuanto se sucedían las batallas entre las coronas de Castilla y de Aragón. Aun así, el Señorío de Molina mantuvo inalterados sus fueros.
En 1465, Enrique IV de Castilla quiso entregar el Real Señorío de Molina a su valido Beltrán de la Cueva. Los molineses se levantan en armas contra de la Cueva y vencen a sus tropas en la acción de Rueda, lo que haría que el Rey y su valido desistiesen de la empresa y el Señorío de Molina pudiera mantener su fuero.
La unión de las Coronas de Castilla y de Aragón produjo una estabilidad en el señorío en lo referente a las batallas militares, y genera un rico comercio lanar y merced a su situación fronteriza y de paso aduanero entre Aragón y Castilla. Sería durante la época del reinado de los Reyes Católicos cuando se produce una mayor entrada de capital al señorío lo que hace crecer económica y urbanísticamente a Molina de Aragón.
En la década de los años 1630 vuelve a convertirse en centro de batallas durante la Guerra de los Treinta Años y, sobre todo, en 1641 cuando Felipe IV y el Conde-Duque de Olivares reúnen a las Cortes y a los ejércitos en Molina para preparar la marcha a Cataluña con el fin de apaciguar su sublevación.
Entre 1704 y 1710, durante la Guerra de Sucesión española, el Real Señorío de Molina se mantuvo fiel a Felipe V de Borbón y fue campo de batalla entre los Austrias, apoyados por Aragón, y los Borbones, apoyados por Castilla. Molina fue ocupada por las tropas austracistas en 1706 y recuperadas ese mismo año por las borbónicas de Juan de Nassau. Estas batallas y las epidemias de peste que asolaron la península ibérica durante el siglo XVIII dieron lugar a que el Real Señorío de Molina comenzase una decadencia económica y demográfica. Aun así siguió manteniendo sus fueros pese al proceso de deseñorialización desde finales de siglo hasta que fue incluido en la intendencia de Cuenca, primero, y en la de Guadalajara, desde 1802, aunque durante la guerra de la Independencia se constituyó en Molina una Junta Superior y en la Constitución española de 1812 se citara como una entidad regional más.3 En 1813 se constituye la que llamarían Diputación Provincial de Guadalajara con Molina, germen de la actual provincia de Guadalajara creada en 1833, donde se integra el señorío de Molina, produciéndose así su disolución y abolición definitiva de su fuero.4
Señores de Molina[editar]
El primer Señor de Molina fue Manrique de Lara que consigue el fuero independiente de los reinos de Castilla y de Aragón tras mediar entre ellos por la disputa de aquel territorio. El título fue heredándose de padres a hijos, que fueron emparentándose con la alta nobleza de la época hasta que cayó en manos de Alfonso XI, nieto de María de Molina y bisnieto de Blanca de Molina, últimas señoras independientes de Molina, momento en el que quedaría ligado a los títulos primero de rey de Castilla y después de rey de España.5
- i. Manrique Pérez de Lara6 (fallecido el 9 de julio de 1164). Fundador del señorío (1138-1164)
- ii. Pedro Manrique de Lara (1164-1202)7
- iii. Gonzalo Pérez de Lara (1212-1239)8
- iv. Mafalda González de Lara y su esposo, el infante Alfonso de Molina,9 hijo de Alfonso IX de León. (1239-1272)
- v. Blanca Alfonso de Molina y Alfonso Fernández "el Niño", hijo ilegítimo de Alfonso X el Sabio. (1262-1293)10
- vi. Sancho IV y María de Molina, reina consorte de Castilla (1293-1321)
Desde entonces el título de señor de Molina quedó vinculado al reino de Castilla.10
- vii. Alfonso XI de Castilla (1321-1350)
- viii. Pedro I de Castilla (1350-1369)
El título de señor de Molina pasó a ser del rey de Aragón
- ix. Pedro IV de Aragón (1369-1375)
Desde este momento el título de Señor de Molina queda definitivamente ligado al de rey de Castilla.
- x. Enrique II de Castilla (1375-1379)
- xi. Juan I de Castilla (1379-1390)
- xii. Enrique III de Castilla (1390-1406)
- xiii. Juan II de Castilla (1406-1454)
- xiv. Enrique IV de Castilla (1454-1474)
- xv. Isabel I de Castilla (1474-1504)
- xvi. Juana I de Castilla (1504-1516)
Desde este momento el título de Señor de Molina queda ligado al de Rey de España.
- xvii. Carlos I de Austria, rey de España (1516-1556)
- xviii. Felipe II de Austria (1556-1598)
- xix. Felipe III de Austria (1598-1621)
- xx. Felipe IV de Austria (1621-1665)
- xxi. Carlos II de Austria (1665-1700)
- xxii. Felipe V de Borbón (1700-1746)
- xxiii. Fernando VI de Borbón (1746-1759)
- xxiv. Carlos III de Borbón (1759-1788)
- xxv. Carlos IV de Borbón (1788-1808)
- xxvi. Fernando VII de Borbón (1808-1833)
- xxvii. Isabel II de Borbón (1833-1868)
- xxviii. Amadeo I de Saboya (1871-1873)
- xxix. Alfonso XII de Borbón (1875-1886)
- xxx. Alfonso XIII de Borbón (1886-1931)
- xxxi. Juan Carlos I de Borbón (1975-2014)
- xxxii. Felipe VI de Borbón (2014-)
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