La Estela de Solana de Cabañas, es una estela o laja de pizarra que data de entre los años 1000 a. C. - 800 a. C., cuyo hallazgo se produjo en una pedanía del municipio de Cabañas del Castillo, de España, en la provincia de Cáceres, Comunidad Autónoma de Extremadura.

Se trata de una estela, de la cual se barajan dos hipótesis de cual fue su utilización, la tesis más extendida por los expertos en la materia es que podría tratarse de una estela funeraria aunque no se descarta que pudiera haberse utilizado como un hito o señalización. En la Edad del Bronce se hicieron frecuentes en el Suroeste Peninsular representaciones esquemáticas de guerreros rodeados de su armamento y de diversos objetos personales como espejos o peines, conocidas como "Estelas de Guerrero".1
Características[editar]
- Forma: Estela.
- Material: pizarra micácea.
- Contexto/Estilo: Bronce Final.
- Técnica: grabado, tallado.1
- Altura: 130 centímetros.
- Anchura: 65 centímetros.
- Grosor: 15 gramos.
Conservación[editar]
La pieza se expone de forma permanente en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, con el número de inventario 1898/1/1.
El llamado Sacerdote de Cádiz es una estatuilla masculina de bronce y oro encontrada en la ciudad de Cádiz (Andalucía, España) en 1928, y conservada actualmente en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Está datada en el siglo VIII o VII a. C. (Periodo Orientalizante Ibérico, Edad de Hierro I). Podría ser una representación del dios Ptah importada del Mediterráneo oriental, probablemente de Fenicia, o bien de un sacerdote del templo de Melkart.
En 1928, durante los trabajos de cimentación del edificio de Telefónica en Cádiz, apareció esta pieza.2 Los obreros la entregaron al arquitecto Francisco Hernández Rubio quien la hizo llegar al presidente de la Compañía. El Estado reclamó su propiedad y se integró en la colección del Museo.
Descripción[editar]
El idolillo en cuestión es una pieza exquisita de orfebrería orientalizante, que en la actualidad se conserva en el Museo Arqueológico Nacional. Por la túnica pegada al cuerpo y la posición de las manos se creyó que representaba a un sacerdote, de ahí su nombre, pero la interpretación más probable es que se trate de una imagen del dios Ptah.3 Esta divinidad era protectora de los artesanos del metal y son numerosos los ejemplares encontrados en Egipto y otras zonas del Mediterráneo. La pieza se localizó durante los trabajos de cimentación, a cinco metros. de profundidad, pero al no realizarse una excavación metódica se perdió toda la información de contexto. Por análisis estilístico se puede datar entre los siglos VII y IV a. C. El Expediente publicado en la Gaceta de Madrid lo firmaba Eduardo Callejo de la Cuesta (1875-1950), que en 1926 fue impulsor del llamado "Decreto Callejo",4 para la protección del Patrimonio, aunque en este caso se invocaba el Reglamento de Excavaciones de 1912: "Art. 5°: Serán propiedad del Estado, a partir de la promulgación de esta ley, las antigüedades descubiertas casualmente en el subsuelo o encuentros a demoler antiguos edificios".5 En este caso, la intervención del erudito local Ángel Picardo, hizo que las autoridades tuvieran noticia rápida del hallazgo y intervinieran para hacer valer el principio de propiedad pública de los restos arqueológicos. Si no hubiera habido esta actuación con el tiempo la estatuilla podría haber terminado en la nutrida colección particular de los hermanos Behn.

Dama de Galera | ||
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Civilización | Fenicia | |
Procedencia | Necrópolis ibérica de Tútugi, en Cerro Real | |
Fecha | Siglo VII a. C. | |
Ubicación actual | Museo Arqueológico Nacional (Madrid) | |
Galera es una localidad española situada en la provincia de Granada, correspondiente a la antigua Tútugi. Junto al casco urbano de Galera se encuentra el oppidum de Tútugi en el Cerro del Real, asociada a este poblado se encuentra la Necrópolis Ibérica de Tútugi, en la que hay documentadas más de 130 sepulturas muy monumentales. El tipo más frecuente de sepultura es el que consta de una cámara rectangular, cubierta por un túmulo circular, a la que se llega a través de un largo pasillo. En estas tumbas se han hallado diversos objetos, como adornos, vasos griegos e iberos, armas, piezas de ajuar y figuras de barro y de alabastro. Si sitúan entre los siglos VI y III a. C.
La dama de Galera, que muestra la imagen, fue encontrada en este yacimiento y pertenece a la tumba nº 20 (en la zona I), del siglo V a. C. Es una figurilla fenicia del siglo VII a. C. (semejante a otra que fue hallada en Cartago, norte de África), hecha en alabastro, que probablemente represente a la diosa Astarté. La dama está sentada entre dos esfinges y sostiene un cuenco al que vierte líquido por dos agujeros que tiene en los pechos. Se aprecia en la figura influencia mesopotámica por sus formas robustas. En cambio la estilización en el traje y los cabellos denotan influencias egipcias. Debido a su carácter de objeto sagrado, pasó por varias generaciones hasta su enterramiento final como parte de un ajuar funerario.
La escultura se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional de España, de Madrid.
La Bicha de Balazote es una escultura ibérica encontrada en el término municipal de Balazote, en la provincia de Albacete. Quién primero la estudió fue un grupo de arqueólogos franceses, los cuales la identificaron como una especie de cierva; de ahí que biche fuera su primera denominación, castellanizándose posteriormente a bicha. Ha sido datada en el siglo VI a. C. Se encuentra depositada en el Museo Arqueológico Nacional de España (situado en Madrid) desde 1910.
Existen pocos datos sobre su hallazgo. Se sabe que fue encontrada en el paraje de los Majuelos, a escasa distancia del núcleo urbano. Recientes excavaciones en la vega de Balazote descubrieron un túmulo ibérico que permite situar tan singular pieza en el contexto de una necrópolis tumular a la que probablemente perteneció. Cerca del lugar también se rescataron importantes mosaicos de una villa romana.
Es una de las muestras escultóricas emblemáticas del Arte íbero.
Descripción[editar]
Realizada sobre dos bloques de piedra caliza hacia la segunda mitad del siglo VI a. C. sus dimensiones son de 93 cm de longitud y 73 cm de altura máxima, es una de las frecuentes síntesis entre animal y hombre, en este caso de cuerpo completo, y representa un toro en reposo que demuestra un buen conocimiento de las características del animal, con las patas delanteras recogidas bajo el pecho y las traseras dobladas hacia el vientre. Algunos detalles formales resaltan las pezuñas o la prominencia del hueso de la cadera. La cola se curva sobre el muslo izquierdo y termina en un mechón puntiagudo de pelo.
Tiene una cabeza de hombre barbudo, vuelta al espectador y ligeramente alzada, con unos pequeños cuernos y orejas también de toro, con las particularidades de las esculturas griegas arcaicas: hierática, con barba y cabellera a base de surcos rectos y geometrizada, de raíces hititas.1
No está totalmente tallada, el lado derecho de la pieza no lo está, por lo que parece ser un sillar de esquina y estar pensada para adherirla a algún lugar, de manera similar a los leones de Pozo Moro. Posiblemente fuera de carácter funerario y formase parte de la decoración de un templo. Puede cumplir una función de defensa o ser una representación de la fertilidad: los griegos usaban las estatuas de toros androcéfalos como representación de los ríos, como símbolo de la fecundidad del río fertilizando los campos, y se asociaba al toro, símbolo de fecundidad. En este sentido, la Bicha de Balazote sería un símbolo de la vida que se deseaba al difunto.
Como el resto de la escultura ibérica, es anterior a la llegada de los bárcidas en el 238 a. C. Según A. García y Bellido, representa a Aqueloo, basándose para ello en su relación con las monedas sicilianas que le representan.
Dentro del contexto arqueológico donde se encontró han aparecido otras figuras escultóricas zoomorfas como la Esfinge de Haches o las Esfinges gemelas de El Salobral.

ARTE SIGLOS ANTES DE CRISTO EN ESPAÑA
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