El asedio del monte Medulio corresponde a uno de los últimos episodios bélicos acaecidos en el transcurso de las guerras cántabras. Tras la victoria de Antestio sobre los cántabros en Aracelium (posiblemente Espina del Gallego1, y de Publio Carisio sobre los astures en Lancia2, ambas en el año 25 a.C, Augusto regresa a Roma en el 24 a.C. y ordena cerrar las puertas del templo de Jano dando por finalizada la contienda.
Sin embargo, y según las fuentes clásicas, en el año 22 a.C. los astures se sublevaron contra Carisio, hartos de su arbitrariedad y crueldad. Los cántabros tenían un nuevo legado, Cayo Furnio, que parecía torpe e inexperto, por lo que no tardaron en secundarles. Pero Furnio tenía experiencia en la guerra de montaña y no tardó en derrotar a los cántabros, que tuvieron que refugiarse en el monte Medulio, cerca del mar y del río Minio (que no tiene porque ser el actual Miño gallego) y del que los cántabros decían que antes llegarían las olas del mar que las legiones romanas . Furnio lo rodeó con un foso de 15 millas (unos 23 kilómetros), y después de un asedio que los cántabros no pudieron romper, atacó por todos lados a la vez. Siendo ya imposible la resistencia, los cántabros celebraron un último banquete, tras el cual acudieron al suicidio masivo, ingiriendo veneno extraído de las hojas del tejo, arrojándose al fuego o matándose entre ellos, de tal modo que Furnio apenas hizo prisioneros. Los astures, en cambio, habían sorprendido a Carisio, que estuvo a punto de ser derrotado. Furnio acudió en su ayuda, y encontró a los astures asediando algún campamento romano, de donde les expulsó y más tarde volvió a derrotarles en una nueva batalla campal, con lo cual se acabó definitivamente la guerra contra los astures.
Ubicación[editar]
Su situación geográfica hoy en día es todavía controvertida, siendo múltiples localizaciones y montes de la geografía norpeninsular, candidatos a haber albergado el histórico monte, el cual se ha convertido en un icono de tintes cuasi-mitológicos. En todo caso, es evidente que en atención a las operaciones bélicas que se enmarcan dentro del bellum cantabricum, el lugar ha de encontrarse dentro de territorio cántabro, posiblemente en la parte más occidental circunscrita entre el mar y los picos de Europa.
En Cantabria[editar]
En 1982 el jesuita Eutimio Martino, en su obra Roma contra Cántabros y Astures, señala a la Sierra de Peña Sagra, en Cantabria, como posible localización del citado monte. Peña Sagra se encuentra en el centro geográfico del territorio cántabro y relativamente próxima al mar desde donde éste es visible3
A ello le suma el argumento toponímico, cuya mayor objeción sería el ya mencionado Minium flumine inminentem. Martino afirma que el nombre original del río Deva (en Cantabria) era Minius. Para ello recoge un punto colindante al Deva, llamado Rumenes, lo que considera una contracción de "Rius Minius"; además del nacimiento de dicho río en "Peña Remoña" (antiguamente Remoño), topónimo documentado desde 1081 que lo acercaría a "río Miño"; el autor aduce que en muchos de los nacimientos de ríos es precisamente donde se conserva el nombre original del mismo.4
A estos argumentos, se le unen lo que parecen ser restos de un foso de asedio romano.5
Asimismo Joaquín González Echegaray señala otras tres posibles ubicaciones en Cantabria: la Sierra del Escudo de Cabuérniga, Peña Cabarga, Sierra de Peña Sagra o el macizo del Dobra (con el que coincidiría la extensión de quince millas romanas del foso de asedio).6
En Asturias[editar]
Sólo podría ubicarse en los actuales concejos de Llanes y Peñamellera a lo largo de la sierra del Cuera. El Río Cares, que rodea el Cuera por su vertiente sur es conocido, en alguno de sus tramos como Miñances < *minia-ntis.
El suicidio colectivo[editar]
Según cita el historiador romano Floro sobre la batalla:
... "Por último tuvo lugar el asedio del Monte Medullio, sobre el cual, después de haberlo cercado con un foso continuo de quince millas, avanzaron a un tiempo los romanos por todas partes. Cuando los bárbaros se ven reducidos a extrema necesidad, a porfía, en medio de un festín, se dieron la muerte con el fuego, la espada y el veneno que allí acostumbran a extraer de los tejos. Así la mayor parte se libró de la cautividad, que a una gente hasta entonces indómita parecía más intolerable que la muerte ..."78Lucio Anneo Floro.
El foso que sirvió para el asedio también aparece citado por Orosio;
"Pues también cercaron con asedio el Monte Medullio, que se alza sobre el río Minio, y en el que se defendía gran multitud de hombres, después de rodearlo con un foso de quince millas de longitud"9Paulo Orosio
La Batalla de Vellica se disputó en el año 25 a. C., en el marco de las guerras cántabras, entre los Cántabros pobladores de la zona y varias legiones romanas comandadas por el emperador César Augusto. Su ubicación más aceptada se encuentra en una llanura junto al Monte Cildá, en Olleros de Pisuerga (Palencia).
Localización[editar]
Cildá fue habitado por los cántabros desde el siglo I a. C. Fue Claudio Ptolomeo (II,6,51) el primero en mencionar Vellika entre los pueblos cántabros.1
Importantes autores, como Schulten, García Guinea e Iglesias Gil han situado en Monte Cildá la ciudad de Vellica.2 También según Joaquín González Echegaray esta ciudad correspondería con la fortificación de Monte Cildá, «donde apareció una inscripción que cita al clan de los Vellicum», y que «tuvo que ser conquistada por los romanos al penetrar desde el sur, después del castro de Peña Amaya y antes de Monte Bernorio».3
Igualmente se ha sugerido que Vellica y Bergida son la misma ciudad, con diferentes interpretaciones.4 Otra opción aceptada es la de que la ciudad se encontraba en el llano contiguo (Mave) y el castro era un puesto defensivo.5
La batalla[editar]
En el siglo I a. C., el Imperio romano comenzó su asalto definitivo a los territorios dominados por cántabros y astures, llevado a cabo en persona por el emperador César Augusto, las denominadas guerras cántabras.
Según las narraciones de Floro y Orosio, a los pies de Vellica, en el llano, se desarrolló en el año 25-26 a. C. una monumental batalla entre romanos y cántabros que culminó con la toma de la ciudad, en la que intervino el propio emperador.67 Posiblemente este emplazamiento se refiera a la llanada de Mave, que es donde otros historiadores sitúan la batalla.8 A diferencia de otros enfrentamientos, en esta ocasión los cántabros decidieron enfrentarse al enemigo en campo abierto, quizás por carecer de armas y víveres para resistir el asedio del castro.
Esta conquista fue llevada a cabo por la poderosa Legio IIII Macedonica, establecida en Segisama Iulia (actual Sasamón) como antesala del asalto al Castro de Monte Bernorio, cuyo asedio, en función de los vestigios hallados, guarda algunas diferencias con el de Cildá. Es posible que también interviniera en la batalla, dada su envergadura, la Legio IX Hispana.9 A la conquista de la ciudad siguió su destrucción por parte de las fuerzas romanas.
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