viernes, 27 de septiembre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA DE ESPAÑA EN EL SIGLO I - ARQUITECTURA

El Acueducto de Gades fue la conducción de agua potable construida por el Imperio romano para abastecer a Gades (antigua Cádiz, España). El acueducto medía 75 kilómetros,1​ lo que lo convertiría en una de las obras civiles más importantes de la antigua Hispania, el mayor acueducto de la región y probablemente el quinto de todo el imperio. Traía agua desde los manantiales del Tempul, que aún hoy siguen siendo usados como toma de agua.

Historia[editar]

Se tiene constancia que la antigua ciudad de Gadir ya poseía un sistema de cisternas de agua de lluvia desde época fenicia que ayudaba a paliar la mala calidad del agua de pozo y de su escasez. Estrabón hace referencia de esto en su viaje a Gades, lo cual comparte con autores contemporáneos.2
El acueducto nace de las fuentes del Tempul a 122 metros sobre el nivel de mar, y desembocaba en unos aljibes en las actuales Puertas de Tierra de Cádiz a 16 m.s.n.m.. De las tres técnicas empleadas se supone que un 12% del trazado fue en mina, un 57% en galería y un 31% de trazado en piedras machi-hembradas llamadas atanores3​.
Restos del Acueducto en el Tajo del Águila
Tradicionalmente se ha creído que fue Lucio Cornelio Balbo el Menor el promotor del proyecto, pero los estudios actuales sugieren que se podría haber construido durante el gobierno del emperador Claudio, a mediados del siglo I d. C. Se cree que fue posteriormente abandonado en el siglo IV, obligando a volver a los habitantes al sistema de cisternas fenicias, hasta la mitad del siglo XIX que se vuelve a construir una red de abastecimiento.

















El acueducto de los Milagros era una de las conducciones que, en época romana, suministraban agua a la ciudad de Emérita Augusta (actual MéridaEspaña).

Características arquitectónicas[editar]

Dicho acueducto tenía como función principal suministrar agua al lado Oeste de la ciudad.1​ El punto de captación de agua o caput aquae se situaba en el embalse de Proserpina, desde donde nacía una conducción que serpenteaba a lo largo de casi 12 kilómetros. La conducción discurre sinuosa bajo el suelo siguiendo la curva de nivel con una ligera pendiente. Es en su mayor parte una galería subterránea excavada en roca viva, salvo en los pasos sobre algunos arroyos que se salvan con pequeñas arquerías en alzado. En la parte final de la conducción es donde se sitúa la arquería más famosa, cuando se salva el río Albarregas, para lo cual se tuvo que construir una serie de pilares (arcuationes), que constituyen la parte más vistosa. El acueducto finalizaba al entrar en la ciudad por el punto más alto del cerro del Calvario, donde apareció intramuros un ninfeo como final monumental (tradicionalmente denominado castellum aquae, aunque este debió situarse en las proximidades).
Este último tramo de arquerías se alarga 830 metros, con una altura de 25 metros en la parte más profunda del valle del río Albarregas. La estructura de dicho tramo es característica de Mérida. Se compone de robustos, pero elegantes pilares, en los que alternan cinco hiladas de sillares de granito con otras tantas hiladas de ladrillo. Arcos a diferentes alturas van enlazando los pilares, cuyo núcleo es de opus caementicium. Los arcos de enlace son de ladrillo, salvo el que salva el cauce del río, que tiene las dovelas de granito muy bien trabajadas. Son todavía 73 los pilares que han permanecido más o menos deteriorados.
Esta obra, que causó el asombro general en los pasados siglos, donde se consideró un milagro que los pilares se conservaran en gran medida aún en pie, tomando así el nombre con el que se conoce el acueducto.23
Respecto a la cronología, como apuntan las intervenciones del tramo del canal frente al cementerio y del Ninfeo ubicado en el Calvario, se dataría aproximadamente en época Claudia o de los Flavios, es decir siglo I d. C.
En la inmediata vecindad, un pequeño puente romano llamado Puente de Albarregas transcurre paralelo a los arcos del acueducto.

El acueducto de Los Milagros.jpg











El acueducto de Segovia es un acueducto romano que llevaba aguas a la ciudad española de Segovia. Su construcción data de principios del siglo II d. C., a finales del reinado del emperador Trajano o principios del de Adriano. La parte más visible, y por lo tanto famosa, es la arquería que cruza la plaza del Azoguejo, en la ciudad.

El acueducto[editar]

Vista desde los pilares de la arquería del acueducto. Se aprecia la total ausencia de argamasa entre los sillares.
Vista de la arquería del acueducto desde los pies de la muralla de Segovia.
El acueducto de Segovia conduce las aguas del manantial de la Fuenfría, situado en la sierra cercana a 17 kilómetros de la ciudad, en un paraje denominado La Acebeda. Recorre más de 15 kilómetros antes de llegar a la ciudad. El agua se recoge primeramente en una cisterna conocida con el nombre de El Caserón, para ser conducida a continuación por un canal de sillares hasta una segunda torre (llamada Casa de Aguas), donde se decanta y desarena, para continuar su camino. Después recorre 813 m (con una pendiente de un 1 %)2​ hasta lo alto del Postigo (el espolón rocoso sobre el que se asentaba la ciudad en torno al Alcázar). Antes, en la plaza de Día Sanz, hace un brusco giro y se dirige hacia la plaza del Azoguejo, donde salva la depresión con una arquería, que presenta todo el esplendor del monumento. En la parte más elevada mide 28 metros (con cerca de 6 metros de cimientos) y tiene dos órdenes de arcos sobre pilares. En total, tiene 167 arcos.3

La arquería[editar]

Desde su llegada a la ciudad hasta la plaza de Día Sanz hay 75 arcos sencillos y a continuación 44 arcadas de orden doble (esto es, 88 arcos), siguiendo después otros cuatro arcos sencillos. En el primer sector del acueducto aparecen 36 arcos apuntados, reconstruidos en el siglo XV para restaurar la parte destruida por los musulmanes en el año 1072. En el piso superior, los arcos tienen una luz de 5,10 metros, con los pilares de menor altura y grosor que los del piso inferior. El remate es un ático por donde discurre el canal conductor de agua (con una sección en forma de U de 180 x 150 cm). En el piso inferior, los arcos tienen una luz que oscila alrededor de los 4,50 metros y los pilares disminuyen su sección de manera escalonada de abajo arriba, adaptándose el piso inferior a los desniveles del terreno; en la coronación tiene una sección de 1,80 x 2,50 metros, mientras que en la base llegan a alcanzar 2,40 x 3 metros.
Maqueta del recorrido del acueducto.
Está construido con sillares de granito asentados sin argamasa entre ellos. Sobre los tres arcos de mayor altura había en la época romana una cartela con letras de bronce donde constaba la fecha y el constructor. También en lo alto pueden verse dos nichos, uno a cada lado del acueducto. Se sabe que en uno de ellos estuvo la imagen de Hércules Egipcio, que según la leyenda fue el fundador de la ciudad. En tiempos de los Reyes Católicos se colocaron en esos dos nichos la imagen de la Virgen del Carmen (aunque muchos creen erróneamente que es la Virgen de la Fuencisla, patrona de la ciudad) y san Sebastián. Sin embargo, hoy en día tan sólo se puede apreciar la primera talla. El 4 de diciembre, fiesta de santa Bárbara, patrona del cuerpo de Artillería, cuya academia está en Segovia, los cadetes arropan la imagen de la Virgen con una bandera. La línea de arcos se levanta organizada en dos pisos, con una decoración simple en la que predominan unas sencillas molduras, que enmarcan y estructuran el edificio.
Vista aérea del acueducto de Segovia.
En la época de los Reyes Católicos se realizó la primera gran obra de reconstrucción del acueducto. Se encargó de las obras el prior del monasterio cercano de los Jerónimos del Parral, llamado Pedro Mesa. Se reedificaron 36 arcos, con mucho respeto hacia la obra original. Más tarde, en el siglo XVI, fue cuando se pusieron en los nichos centrales las estatuas antes mencionadas de la Virgen del Carmen y san Sebastián.
Vista nocturna del acueducto.
La arquería del acueducto es el hito arquitectónico más importante de la ciudad. Se ha mantenido en funcionamiento a lo largo de los siglos y quizás por eso haya llegado hasta ahora en perfecto estado. Hasta casi nuestros días proveía de agua a la ciudad de Segovia, y más concretamente al Alcázar. En los últimos años ha sufrido un patente deterioro causado principalmente por la contaminación medioambiental y a los propios procesos de erosión del granito. El tráfico rodado de vehículos cerca del acueducto (que todavía circulaba entre las arcadas hasta 1992) y la realización de conciertos y actividades musicales de gran volumen a sus pies también son hechos que perjudican el monumento.4​ Para garantizar su supervivencia, se ha procedido a un minucioso proceso de restauración que ha durado casi ocho años, bajo la dirección del arquitecto Francisco Jurado.56[cita requerida] Con todo, sigue expuesto a la contaminación, ya que se sigue circulando a escasos metros de él.


Aqueduct of Segovia 02.jpg


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