La Dama de Ibiza es una figura de arcilla de 47 centímetros de altura que data del siglo III a. C., durante la ocupación cartaginesa del archipiélago Balear.1 Fue encontrada en la necrópolis situada en el Puig des Molins en la isla de Ibiza, en el Mediterráneo. Está realizada a molde y tiene una cavidad en su parte posterior, característica que comparte con todas las demás "damas" encontradas, y que se especula que serviría para guardar reliquias, ofrendas o cenizas funerarias. Se trata de la representación de una diosa cartaginesa, seguramente Tanit, relacionada con la diosa fenicia Astarté. Presenta una ornamentación muy rica en su vestuario lo mismo que en las joyas, y se encuentra expuesta en el Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid.2
Muestra importante de la alfarería púnica,3 la mayoría de las figuras encontradas en la necrópolis de Puig des Molins son representaciones de diosas,4 con posibles influencias del arte griego a través de la Magna Grecia (nombre que se dio en la Antigüedad a las colonias griegas del sur de Italia).

La Dama Oferente es una escultura ibérica del siglo III o II a.C. Se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid (España). Evidencia el papel de la mujer aristócrata en los ritos religiosos de los iberos.
Se trata de una figura femenina de 1,35 m de altura realizada en piedra caliza que se encontró antes de 1870 en el santuario de la cultura ibérica situado en el Cerro de los Santos, en Montealegre del Castillo (Albacete, España). En el mismo yacimiento se encontró un elevado número de exvotos y esculturas, en piedra, de hombres y mujeres en posturas oferentes. La cronología del yacimiento se entiende desde el siglo IV a.C. hasta la época romana.
Vestimenta[editar]
La figura muestra una rica vestimenta, que denota la pertenencia un nivel social elevado. Se muestra ricamente ataviada con tres túnicas superpuestas; la inferior, de pliegues muy finos, roza el suelo y enmarca los pies calzados. Encima porta una túnica fina con bordados en el pecho. Finalmente, la túnica superior es un manto cuyos bordes caen hieráticos bajo las manos resaltando la ofrenda.1
Una fíbula o pasador en forma de T sujeta el cuello de la túnica. Se adorna con tres collares (dos trenzados y uno sogueado), y con cinco anillos en las manos.
Sobre la cabeza porta una diadema, adornada con líneas onduladas motivos vegetales. De la diadema cuelgan prendedores en forma de flor e ínfulas, de las que cuelgan varias arracadas muy decoradas.
Significado[editar]
La figura muestra la gran importancia de la mujer en aspectos religiosos de la cultura ibérica.2 La riqueza del traje indica una dama de la alta sociedad, que puede estar ofreciendo un presente a la divinidad, o podría participar en un rito de iniciación. La cercanía del yacimiento a varias fuentes de aguas minerales refuerza el significado salutífero y de dedicación religiosa de la escultura.

La estela de Barros es una estela cántabra discoidea gigante del siglo IV a. C. encontrada en Barros (localidad del municipio de Los Corrales de Buelna, Cantabria), declarada bien de interés cultural en 1985. El nombre actual, muy popularizado, lo comparte con el de La rueda de Santa Catalina, dado por H. Breuil, y el de Rueda de la Virgen, nombre popular hoy en desuso; además existe una segunda estela de Barros, reconstruida a partir de los fragmentos encontrados en el muro de una iglesia. Se cree que señalaba la tumba de un guerrero de finales de la Edad del Bronce o principios de la Edad del Hierro antes de haber sido movida de su emplazamiento original. Mide 1,66 m de diámetro por 0,40 de espesor, y está situada sobre una base de 1 metro de altura y 0,80 de ancho, unas medidas impresionantes en este tipo de símbolos. Aunque es la estela discoidea más famosa de Cantabria, no es la mayor; el contradintel de la ermita de la Virgen de la Rueda es parte de otra gran estela, de diámetro 1,90 m. Se conservan otros ejemplares de estelas gigantes tanto prerromanas como romanas y medievales, algunas de ellas en la misma localidad.1
Está labrada en piedra natural arenisca. El índice de calidad de la piedra es del 65%, presentando 14 fisuras internas. La superficie exterior está en buen estado de conservación. Sus motivos decorativos, relacionados con el culto al Sol, son una cenefa perimetral de triángulos isósceles y una serie de círculos concéntricos tallados en bajorrelieve; tal decoración aparece en las dos caras. Hay grabados cuatro surcos que recorren todo el canto de la estela.
En 1946 fue llevada al Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (Santander) por orden de la diputación provincial, lo que exaltó al pueblo, que pidió formalmente su devolución. La estela volvió a Barros un año después, y hoy está situada en el Parque de las Estelas de Barros, inaugurado en 2001 junto a la carretera Nacional 611, donde puede ser visitada gratuitamente junto con la Segunda estela de Barros, sacadas ambas de la ermita adyacente.
La estela es todo un símbolo de Cantabria, llegando a ser parte del escudo de Cantabria. Su importancia es nacional, como señaló Antonio Blanco Freijeiro a la Real Academia de la Historia.

El ídolo de Mikeldi es una escultura zoomorfa de piedra arenisca hallada en Durango, País Vasco (España)1 que representa a un cerdo o a un toro que incorpora entre su patas un disco.2 Su datación es incierta (algunas teorías apuntan a la Segunda Edad del Hierro entre los siglos IV y II a. C.).13 Toma el nombre de la ermita junto a la cual fue hallado, San Vicente de Miqueldi.
Se trata de la representación de un cuadrúpedo, toro o verraco de 1560 kg y un volumen de 0,625 m³, realizada en piedra arenisca de Gallanda, zona cercana al hallazgo, que tiene un disco entre las patas. No queda rastro de inscripciones aunque hay testimonio de que las tuvo, testimonios ratificados por un estudio un estudio tridimensional, mediante láser y escaneo realizado en mayo de 2013.4
Se ha datado en la Edad del Hierro y se cree que tuvo finalidad funeraria. Es una pieza única en el País Vasco, siendo bastante habitual en la meseta castellana.5
Es similar a los verracos de piedra de los vetones; la principal diferencia con estas esculturas es el disco solar (o lunar)2 que sostiene bajo su cuerpo. Se exhibe en el Museo Vasco de Bilbao.
En 1634 Gonzalo de Otalora y Guitssas en su libro Micrología de la Merindad de Durango habla ya de la existencia de este ídolo, describiéndolo e indicando la existencia de caracteres "notables y no entendidos", así como su antigüedad.
En 1864 Juan Ernesto Delmas redescubre el ídolo y lo quiere reubicar de una forma digna pero la propietaria de los terrenos obliga a que vuelva a ser enterrado. En 1896 se coloca junto a la casa que hay al lado de la ermita de San Vicente, la operación la realiza la dueña de la casa, Saturdina de Isusi.
En 1920 el director del museo arqueológico de Bilbao, Jesús Larrea, obtiene el permiso del dueño de los terrenos para trasladar el ídolo al museo, dejando en Durango una réplica del mismo.5 La pieza va en calidad de depósito y realizado por los industriales durangueses José Patricio Ortueta Sagastagoya y Justo Larrañaga Aguirre tras las gestiones del escritor Federico Belausteguigoitia Landaluce, quedando expuesta al público en el centro del claustro del museo desde 1921.6
El 23 de septiembre de 1969 Mikeldi S.A. (Larrañaga, Ortueta y Cía. S.A. empresa dedicada a la fabricación de remaches, tornillos y tuercas) propietarios del ídolo, manifiestan a la Diputación que verían con agrado que la pieza fuera transferida a Durango. El 19 de abril de 2016 el ayuntamiento de Durango acuerda iniciar conversaciones con el museo arqueológico de Bilbao para su traslado a la localidad.
El Prótomo ibero de carnero de Osuna es un prótomo en un sillar de caliza que data del 300 a. C. - 101 a. C., que representa a un carnero, y que fue esculpida por el pueblo turdetano, cuyo hallazgo se produjo en la localidad de Osuna, Provincia de Sevilla (Andalucía), en el yacimiento arqueológico de la antigua ciudad ibérica de Urso.
Se trata de un sillar en altorrelieve que representaba a un carnero, que en la época ibera se asociaba a ritos sobre la fecundidad.1
Características[editar]
- Forma: Prótomo de carnero.
- Material: caliza.
- Contexto: Edad del Hierro II.
- Estilo: ibérico.1
- Técnica: altorrelieve.
- Altura: 56,5 cm.
- Anchura: 59 cm.
- Grosor: 39,5 cm.
Conservación[editar]
La pieza se expone de forma permanente en el Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid con el número de inventario 38423.

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