jueves, 26 de septiembre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA DE ESPAÑA EN EL SIGLO I A.C. - EN CANTABRIA

Cayo o Gayo Furnioa​ fue un político y militar romano del siglo I a. C., amigo y corresponsal de Cicerón1​ y partidario de Julio César durante la guerra civil y sirvió bajo las órdenes de Marco Antonio. Obtuvo el tribunado de la plebe en el año 50 a. C.

Furnio fue miembro de la gens Furnia y padre del consular Cayo Furnio.

Tribunado de la plebe[editar]

Cicerón confió a los esfuerzos de Furnio, mientras era tribuno de la plebe, para obtener que lo llamasen después del primer año como procónsul de Cilicia y, después de su regreso, una suplicación o acción de gracias.3​ Una cláusula, sin embargo, que Furnio insertó en su plebiscito haciendo que la llamada a Cicerón dependiera de que los partos permanecieran tranquilos hasta el mes de agosto del año 50 y que no satisfizo a Cicerón, puesto que julio era la temporada usual en que atacaban.4​ Furnio también se opuso en calidad de tribuno de la plebe a las demandas del partido oligárquico por las que Julio César debía inmediatamente y sin condiciones entregar su proconsulado de la Galia.5

Guerras civiles[editar]

Después del estallido de la guerra civil, fue enviado en marzo del año 49 a. C. por Julio César con cartas a Cicerón.6​ Cicerón se lo recomienda a Lucio Munacio Planco en el año 43 a. C., en aquel momento procónsul en la Galia Transalpina,7​ del que fue legado durante la guerra de Módena8​ y hasta después de la batalla de Filipos (42 a. C.). En la guerra de Perusia (41-40 a. C.) se puso de parte de Lucio Antonio. Estuvo a cargo de la defensa de Sentino (Umbría) pero fue derrotado por el general augústeo Quinto Salvidieno Rufo y se refugió en Perusa con el resto de partidarios de Lucio Antonio.9​ Furnio fue uno de los tres oficiales a los que Lucio Antonio encargó negociar la rendición de Perusia, y su recepción por Augusto fue tal que despertó sospechas en los partidarios de Antonio sobre su fidelidad.10​ Estuvo del lado de Marco Antonio, de quien era uno de sus principales consejeros,8​ y en 36 a. C., mientras aquel emprendía sus campañas sirias, quedó al mando de la provincia de Asia11​ donde colaboró en la captura de Sexto Pompeyo cuando este huyó de Sicilia tras ser derrotado por Agripa.12
Después de la batalla de Accio, Furnio, gracias a la mediación de su hijo Cayo Furnio,13​ fue perdonado por Augusto e incluido en el año 29 a. C. en la nómina de senadores consulares mediante una adlectio.14​ Furnio es probablemente mencionado por Tácito entre los oradores cuya dicción precaria y obsoleta hacía que sus obras fueran imposibles de leer sin sentir inclinación a dormir o sonreír.










Julióbriga (en latín Iuliobriga, literalmente Ciudad fortificada de Julio, en memoria del padre adoptivo de Augusto: Cayo Julio César) fue la ciudad romana más importante de las 9 fundadas en Cantabria.2​ Tradicionalmente se la ha identificado con los restos situados sobre una colina de 917 metros en la población de Retortillo, en el interior de Cantabria y en el área de transición entre la Costa y la Meseta; tenía acceso al mar por el llamado Puerto de la Victoria (Portus Victoriae Iuliobrigensium), que probablemente se corresponde con la actual Santander y que fue fundado el año 26 a. C., al final de las guerras cántabras.

Casa de los Mosaicos (Julióbriga).jpg

Historia[editar]

Fue fundada entre los años 15 a 13 a. C. por la Legio IV Macedonica romana, al final de las guerras cántabras, muy posiblemente sobre un castro cántabro preexistente. Julióbriga nace en la zona de mayor densidad de población cántabra, en el mayor punto de tensión durante la guerra emprendida por el emperador Augusto, con el objetivo de romanizar la región y sin merecer un estatuto de privilegio. Fue una ciudad de carácter civil que tuvo que administrar una zona que no conocemos, pero que debió de abarcar al menos el valle del río Besaya y los territorios adyacentes, además de una franja costera indefinible. Para mantener la paz en la zona, durante los primeros años la IV Legión montó un campamento semipermanente cerca, en Pisoraca, lo que es hoy el pueblo de Herrera de Pisuerga. La presencia militar romana no desaparecería hasta el año 40.
Durante el siglo I termina de articularse el trazado de la ciudad, en pleno apogeo. Años después se amplía bajo el mandato del emperador Vespasiano. Julióbriga ha trascendido en Hispania para entonces, y durante el último tercio del siglo I y todo el siglo II vemos a ciudadanos de aquí ocupando cargos civiles de relevancia en la administración tarraconense (Tarraco, actual Tarragona). Mientras, la romanización de la zona de Campoo se evidencia, y se mezclan rasgos de la cultura tradicional cántabra con la romana.
De Julióbriga partía una calzada romana que la comunicaba con Pisoraca (Herrera de Pisuerga), Portus Blendium (Suances) y Portus Victoriae Iuliobrigensium (Santander), desde su creación una de las principales arterias de unión entre el norte y la Meseta, aún hoy reproducido por las carreteras y recientemente por el trazado de la Autovía de la Meseta.
Las excavaciones han constatado el cultivo de cereales, la existencia de ganadería bovina y que la comarca estaba cubierta parcialmente de bosques en la Antigüedad.
A pesar de conocerse la existencia de esta ciudad desde antiguo, las excavaciones, comenzadas a mediados del siglo XX han comprendido una superficie reducida del yacimiento, de modo que han salido a la luz muy pocas ruinas, divididas en tres zonas cercanas entre sí; el hecho de que parte de la población de Retortillo se halle edificada justo encima dificulta las labores arqueológicas. Los objetos y restos encontrados comprenden desde la Edad del Hierro hasta la Edad Media.
La ciudad fue abandonada durante el siglo III, aunque se estima una parcial reocupación por grupos reducidos de gentes durante el siglo IV y se constatan trazas de incendios poco importantes.
Desde el siglo V y durante el Medievo, hasta el siglo XIII, el centro de la ciudad fue utilizado como cementerio, terminando por emplazarse una iglesia románica sobre el foro, en torno a la cual se formó una aldea diminuta. Otra iglesia, la de Santa María de Retortillo, se edificó sobre la anterior en el siglo XII.
En el año 1057 los terrenos donde se asentaba Julióbriga fueron entregados a la entonces abadía de Santa Juliana.

Restos[editar]

Casa de los Morillos. Al fondo, Reinosa.
Planta del foro romano.
La arquitectura romana en Julióbriga llega a su máxima definición a finales del siglo I, caracterizándose por grandes zócalos pétreos de mampostería tomada con barro en combinación con sillería de arenisca (únicos restos que hoy se pueden contemplar), y muros de adobe, tapial y madera con techumbres de madera y teja. En las casas más ricas se han encontrado restos de estuco, así como de revoco en otras. Existió asimismo una calle porticada tras el foro, franqueada por pilastras cuadradas.
Convivieron en la ciudad mansiones con patio peristilo de arquitectura típica romana, y bloques exentos de viviendas más modestas, sin patio interior y con un terreno exterior con edificaciones menores como hórreos (de uno de ellos se conservan los apoyos), establos y corrales, que evolucionaron hasta la Casa Montañesa cántabra.
Entre los restos destacan:
  • El foro romano de la ciudad, de pequeñas dimensiones, edificado en lo alto de la loma, cerca y bajo la iglesia románica de Retortillo.
  • Casa de los Morillos, del año 80 d. C.
  • Casa de los mosaicos, con llamativos pavimentos blancos y negros, termas y un hipocaustum.
  • Tabernae; un edificio tipo insulae con aterrazamiento del terreno para poder albergar almacenes y comercios.
El museo Domus Romana abre sus puertas en el año 2003 en el sitio de Julióbriga. Hasta entonces, los restos eran trasladados al Museo Arqueológico de Santander.

Fuentes escritas[editar]

Son escasas las menciones históricas a Julióbriga, pero todas ellas resaltan su importancia en la Península. En ellas la ciudad aparece siempre como Iulóbriga. La más destacable es del año 60, cuando es mencionada por Plinio el Viejo en Naturalis Historia,3​ que la sitúa en las proximidades del nacimiento del río Ebro.4
Otro geográfo antiguo que la cita es Ptolomeo en el siglo II, además de encontrarse en textos administativos anónimos del siglo V y epígrafes.










Lábaro cántabro, también conocido como lábaru cántabru5​ o simplemente lábaro6​ o lábaru,7​ es el nombre que recibe la interpretación moderna y contemporánea de un antiguo estandarte militar conocido por los romanos como cantabrum. En la actualidad, es representado habitualmente como un pendón de tela de color magenta sobre el cual está bordado un círculo rodeado de una decoración geométrica con cuatro medias lunas enfrentadas dos a dos que combina el estandarte militar con la simbología de las estelas cántabras.
En las últimas décadas su uso se ha popularizado dentro de la Comunidad Autónoma de Cantabria siendo en la actualidad muy visible especialmente en eventos deportivos y fiestas regionales. En el año 2016 el Parlamento de Cantabria lo reconoció como "símbolo identitario del pueblo cántabro", aunque sin sustituir a la bandera oficial de Cantabria.
Lábaro cántabro

Historia[editar]

Génesis del lábaro cántabro
El origen del nombre y del diseño se encuentra en la teoría defendida por diversos autores8​ de una posible relación entre la génesis del labarum y el estandarte militar denominado cantabrum, con la consiguiente identificación de ambos como una misma cosa; y a la supuesta relación que el Codex Theodosianus establece entre el labarum y los cantabrarii, colegio de soldados romanos encargados de portar el cantabrum.
Su significado etimológico, el que habla, hace referencia a su uso como estandarte utilizado para enviar órdenes o señales a la tropa durante la batalla.
Los relatos de Tertuliano y Minucio Félix no establecen relación alguna entre el cantabrum y el labarum, dejando únicamente clara la veneración que las tropas romanas hacían de sus cruces, cubiertas por las telas de los cantabra y vexilia:
Así también, en los cantabra y en los vexilia, que defiende la milicia con no menor devoción, aquellos velos son las vestiduras sagradas de las cruces.
Tertulianus, Ad Nationes, I, 12.
La religión de los romanos venera todos los signa militares, jura por ellos, los antepone a todos los dioses. Todas las imágenes colocadas en los signa son los collares de las cruces; las telas de los vexilla y de los cantabra son las vestiduras (stolae) de las cruces. Alabo [vuestro] celo: no quisísteis adorar a cruces desaliñadas y desnudas.
Tertulianus, Apologetycum, Pars IV, Capitulum XVI, 8.
Además ni rogamos ni veneramos a las cruces. Vosotros ciertamente, que divinizáis a dioses de madera, quizá adoráis cruces de madera como parte de vuestros dioses. Pues tanto los mismos signa, como los cantabra, como los vexilla de los campamentos, ¿qué otra cosa son sino cruces enriquecidas y adornadas?
M. Minutius Felix, Octavius, XXIX].

Nombre[editar]

Lábaros cristianos con el crismón, inspiración del lábaro cántabro, y el alfa y omega.
Escudo actual del Batallón de Infantería Mecanizada "Cantabria" I/6. El escudo de su predecesor, el Regimiento de Infantería Cantabria nº 39El Heroico, es la primera representación del lábaro cántabro conocida en la edad moderna, año 1703. Se describe como: En campo de plata una letra X de sable. El todo timbrado de Corona Mural. La letra X, es el símbolo de la victoria de los pueblos cántabros (lábaro asturiano [sic]).4
Bandera de Cantabria desde 1984. En el cuartel inferior del escudo, estela de Barros cuyo símbolo central forma parte del lábaro.
Según estas teorías, el cantabrum es el estandarte que Constantino I el Grande tras su conversión al cristianismo transforma en el labarum al incluir el crismón, anagrama que representa a Cristo, consistente en las grafías mayúsculas en griego de las dos primeras letras de su nombre, una "X" sobre la que se superpone una "P".
Se justifica también la relación en la etimología celta del término lábaro procedente de (p) lab- hablar, de donde se ha derivado el adjetivo labaros, orador, ampliamente representado en las lenguas celtasGalésllafar, habla, idioma, voz, orador; antiguo córnico y bretónlavar palabra; antiguo irlandéslabar charlatán, labrad habla, lenguaje; irlandés: labhar locuaz, en voz alta y labhairt palabra, habla < célt. (p) labro-.9​ En latín Labarum.
Asimismo, el antropónimo Labaro ya existía entre los antiguos cántabros, habiendo sido recogido en lápidas funerarias.9

Diseño[editar]

El diseño actual, siguiendo igualmente la teoría de ser el labarum lo mismo que el cantabrum, establece para el lábaro cántabro el color rojo púrpura del labarum.310
El tetrasquel dorado representa las cuatro crecientes lunares que aparecen representadas en varias estelas cántabras discoideas gigantes. Siendo un símbolo que se ha constatado que usaban los cántabros frecuentemente, como se observa en caetras representadas en monedas acuñadas tras las guerras cántabras.
Además este tipo de estandartes y sus variantes estaban bastante extendidos entre los pueblos célticos, como lo demuestran los relieves del arco de triunfo de Orange. Su diseño entronca con antiguos símbolos celtas como el trisquel y su simbolismo, de tipo religioso, se relaciona con el culto al Sol y a la Luna.

Estatus[editar]

El Pleno del Parlamento de Cantabria, en su sesión del 14 de marzo de 2016, aprobó una resolución como consecuencia de la tramitación de la proposición no de ley, N.º 9L/4300-0056,6​ relativa al reconocimiento del lábaro como símbolo representativo e identitario del pueblo cántabro y los valores que representa.1
El Parlamento de Cantabria:
  1. Reconoce el lábaro como símbolo representativo e identitario del pueblo cántabro y los valores que representa.
  2. Insta a las instituciones y a la sociedad civil de Cantabria a que promuevan y participen de forma activa en su conocimiento y difusión como expresión iconográfica de la identidad del pueblo cántabro. Manteniéndose el carácter oficial de la bandera de la Comunidad de Cantabria y el resto de los símbolos institucionales de Cantabria.
    Boletín Oficial de Cantabria del 15 de marzo de 20161

Controversia[editar]

La interpretación moderna del lábaro cántabro y su posible uso como símbolo oficial o cooficial de la Cantabria actual ha surgido como debate en el seno de esta Comunidad Autónoma, desatando un conjunto de enraizadas disputas dialécticas difundidas en muchos casos a través de los medios de comunicación.
En este diálogo mediático las posturas que más voz ostentan provienen de la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC), por un lado, y de investigadores que intervinieron en la creación de los símbolos de la actual Comunidad Autónoma enmarcados dentro del Centro de Estudios Montañeses, por el otro.11

A favor[editar]

Desde ciertos colectivos cántabros tanto sociales como políticos, se ha venido reivindicando el uso oficial del estandarte aureomagenta como bandera de Cantabria en representación del legítimo cantabrum, bien en sustitución de la actual,12​ o al menos otorgándole la misma oficialidad.13​ El estandarte ya se venía utilizando durante la celebración de festivales de folclore tradicional, acontecimientos deportivos y de reafirmación de la identidad cántabra. Algunos ayuntamientos legitimaron su utilización ya antes del 14 de marzo de 2016, fecha de la aprobación por parte del Parlamento de Cantabria de la proposición no de ley sobre el carácter simbólico del lábaro.141516​A partir de esta fecha fueron numerosas las corporaciones locales que izaron esta bandera en las casas consistoriales, promoviendo su uso y difusión como expresión iconográfica del pueblo cántabro. 17181920212223

En contra[editar]

Existe una serie de expertos como Joaquín González EchegarayJosé Luis Casado Soto o Ramón Teja Casuso que defienden la legitimidad histórica de la actual bandera de Cantabria frente al lábaro, al argumentar que el pendón blanquirrojo es el que llevaban los barcos cántabros desde, al menos, el siglo XVIII. Según estos académicos, aunque en los textos antiguos hay alguna referencia a un estandarte denominado cantabrum, en ningún caso las fuentes clásicas dan una descripción exacta de la forma, colores o símbolos del mismo, siendo aventurado reconstruirlo sin más elementos de juicio.
Frente a tergiversaciones publicadas en determinados medios críticos con el lábaro,24​ González Echegaray en su estudio Acerca del llamado "Lábaro Cántabro" se limita a afirmar sobre el lábaro moderno: «Se trata de una creación nueva, que solo puede decirse que se halla vagamente sugerida por algunos de los elementos históricos que de aquí hemos hablado», si bien su opinión respecto a adoptar el lábaro como bandera es negativa.25
Para Casado Soto, más crítico, el lábaro no sería sino un invento del regionalismo cántabro, cuya antigüedad no va más allá del periodo preautonómico, y el actual debate en torno a los símbolos regionales sería un intento de destruir el consenso que se alcanzó en el Estatuto de Autonomía.

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