El denominado palacio de Maximiano Hercúleo se localiza en el yacimiento arqueológico de Cercadilla en Córdoba. Las investigaciones más rigurosas y científicas han podido demostrar que se trata de un edificio construido por el emperador Maximiano en la época de la primera tetrarquía (entre los años 293 y 305), como consecuencia de la dispersión de los centros de poder del imperio romano, por un lado, y debido a las incursiones de piratería franca en la zona del estrecho de Gibraltar, por otro.
Historia y descripción[editar]
Sin embargo, existen discrepancias en esta atribución. Entre otros, el profesor Ramón Corzo Sánchez y el arqueólogo Pedro Marfil creen que no se trata de un palacio ni tuvo nada que ver con el emperador, sino que se trató de un gran edificio mandado construir por el obispo Osio en honor de San Acisclo. Entre otras razones, se argumenta que el edificio está construido utilizándose una unidad de 80 cm, que es una medida de arqueología cristiana, no siendo por tanto probable que se hiciera bajo el mandato del emperador Maximiano Hercúleo.
El edificio se situó en el ángulo noroccidental de la ciudad de Corduba, articulándose en torno a un criptopórtico de trazado semicircular. Siglos más tarde, desde el siglo VI, una parte del palacio fue utilizada como centro de culto cristiano. También se ha encontrado una gran necrópolis cristiana, que siguió siendo usada durante la época islámica. En esta necrópolis se han hallado dos obispos: Lampadio y Samsón.
El yacimientos fue descubierto en 1922. No exento de polémica y política, en 1992 fue parcialmente destruido para construir la nueva estación AVE de la ciudad.
El cementerio paleocristiano de Tarragona es un conjunto funerario de época tardorromana de mediados del siglo III ubicado fuera del casco urbano, cerca del río Francolí, que perdura hasta el siglo V. Es el cementerio paleocristiano más importante del Mediterráneo Occidental. Es una de las localizaciones del Lugar Patrimonio de la Humanidad denominado Conjunto arqueológico de Tarraco, en concreto identificado con el código 875-008.
El cementerio de Tarraco surgió en torno a una basílica martirial dedicada a San Fructuoso y sus dos diáconos. La basílica documentada, constaba de tres naves y cabecera con ábside exterior. Posteriormente se añadieron algunas cámaras funerarias y un baptisterio. Los restos de esta basílica desaparecieron para dejar paso a la construcción de la «Fábrica de Tabacos de Tarragona» durante la primera mitad del siglo XX.
La tipología de los sepulcros es muy variada y va desde entierros simples con ánfora o teja (tegulae) hasta los mausoleos, pasando por una gran diversidad de sarcófagos, algunos de procedencia norteafricana, o en ataúdes de madera. Una pieza que hay que significar es la muñeca de marfil, datada del siglo IV, que apareció dentro de un sarcófago con los restos de una niña de unos seis años. Mide 23 cm de altura y está articulada por los hombros, codos, caderas y rodillas. Todo ello permite adentrarse en la esencia de la sociedad cristiana de Tarraco.

Los restos del acueducto romano de Altea son los restos de un acueducto, construcción de arquitectura romana antigua, situado en el municipio de Altea, en la comarca de la Marina Baixa de la Comunidad Valenciana. El acueducto tiene un extraordinario valor histórico, arquitectónico y etnológico porque forma parte de una red de ingeniería hidráulica representativa de una forma de asentamiento humano, de intervención en el entorno y de gestión y distribución de los recursos hídricos desplegada en el Comunidad Valenciana durante la romanización. Fue declarado BIC, con la categoría de monumento, el 15 de abril de 2011.1
Descripción[editar]
El acueducto es una obra de ingeniería hidráulica de autoría desconocida datada del periodo del Alto Imperio Romano (siglo III d.C.), que permite salvar el barranco de Els Arcs. Se considera que esta infraestructura formaba parte de un sistema complejo de abastecimiento de agua procedente del río Algar, la finalidad del cual era alcanzar en primer lugar el asentamiento romano del tossal de la Pila (al noroeste) y a continuación el núcleo romano del Albir (al sur).
En la actualidad, se encuentra en ruinas y sin uso. Se conservan restos de las arcuationes, 28 bases de pilares y una obra de fábrica, probablemente perteneciente a un resto de un arco. El conjunto total de restos constatados estaría formado por cuatro apoyos en pie, seis tumbados y/o desplazados, dieciocho con sólo restos de la base (incrustada en márgenes de bancales) y uno del que se han podido constatar los fundamentos. Tres pilares próximos a la ermita de San Isidro fueron movidos de su ubicación en 2004. Los restos de pilares constatadas se distribuyen sobre una longitud estimada de 520 metros. La cota del resto ubicado al extremo norte es de 26 metros sobre el nivel del mar y la del pilar ubicado al extremo sur, de 24 metros sobre el nivel del mar; la cota en el fondo del barranco es de 12 metros sobre el nivel del mar. El trazado sigue la dirección nordeste a suroeste durante 405 metros y varía a dirección predominantemente sur durante 115 metros. Atendida la diferencia de cotas observada en la ubicación de los restos constatados y la cota del barranco de Els Arcs en la zona, la altura de la infraestructura en el punto de paso por el barranco podría haberse situado entre 10 y 15 metros.
El conjunto de pilares presenta las mismas características constructivas, apreciables en toda su magnitud en los pilares exentos. Las cuatro caras externas de los pilares han sido construidas en opus vittatum, es decir, piedras pequeñas de tendencia prismática rectangular pero irregular, que oscilan alrededor de 10 cm de alto por 25 cm de ancho, con una cierta alineación regular en las hiladas. Las piedras han sido unidas con una argamasa o mortero de cal, arena y agua. La parte interna está hecho con un conglomerado en base de piedras, gravas más o menos redondas, cascote, fragmentos unidos también con argamasa. Los pilares, con sección cuasi cuadrada, tienen unas medidas variables debidas sobre todo a la pérdida de su revestimiento exterior, aunque puede ser que no estuviesen construidos con medidas uniformes. Los pilares mejor conservados tienen una anchura que oscila entre 1,55 y 1,65 metros.
La zona donde se distribuyen los restos tiene una importante presión urbanística, y hay construcciones muy próximas a los muros donde se encuentran las bases de los pilares. El trazado teórico del acueducto situado a continuación de los puntos donde se localizan los restos constatados se integra en parcelas edificadas.

Santa Eulalia de Bóveda (Santalla de Bóveda en gallego), es un santuario tardo-romano del siglo III construido a 14 kilómetros de la Antigua Lucus Augusti. Estaba dedicado a la diosa Cibeles y reconvertido al culto de Santa Eulalia. Se compone de una sala de planta rectangular, con una pequeña piscina en el centro y cubierta por una bóveda de cañón. En su exterior, un pequeño atrio con dos columnas "in antis" precede a la fachada, en la que se abre una puerta con arco de herradura, tipología que posteriormente adoptarían los visigodos. Es el más antiguo arco de herradura existente en la arquitectura española como elemento estructural, ya que anteriormente solo había aparecido en la decoración de algunas estelas romanas. El Santuario de Cibeles está considerado un "unicum", es decir, no contamos con otro edificio de las mismas características en todo el territorio ocupado por el Imperio romano.
Arquitectura[editar]
El edificio tenía dos plantas aunque en la actualidad solo se conserva la inferior o cripta que se encuentra casi en su forma original salvo la parte central de la bóveda que se perdió cuando se demolió la antigua capilla cristiana que ocupó el piso superior. Del piso superior solo permanece como vestigio parte del muro que inicia la bóveda de cubierta en ladrillos cerámicos. Anteriormente a la capilla cristiana, esta segunda planta funcionaba a modo de Taurobolio. El taurobolio era una estancia para el sacrificio de un toro en la planta alta del edificio, sobre la parte central de la cripta y sobre el hueco que permitía la caída de la sangre del animal sobre la piscina de la planta inferior. Una vez muerto el animal, los sacerdotes bajaban por una escalera de comunicación que existía en el muro oeste un recipiente con los órganos sexuales del toro y lo colocaban en las hornacinas que existían en los muros de la cripta, a ambos lados de la piscina. La creencia en las propiedades sanadoras del bautismo de sangre hizo de su práctica algo muy habitual en la antigüedad, sobre todo en los siglos II y III. El Santuario de Cibeles se proyectó para una posible repetición del ritual en escaso tiempo y debió de permitir un gran número de sacrificios en su momento más popular. Al prohibirse el rito con la adopción del cristianismo, esta segunda planta perdió su función original y se transformó en capilla, convirtiéndose la planta baja en cripta. La cripta, de planta perfectamente cuadrada, tiene una longitud exterior de 12 metros de lado. Su estructura posee dos muros perimetrales, el exterior que realiza la función de contención de las tierras que la rodean en tres de sus caras, y otro interior que soporta la bóveda de la sala central. En tres de las cuatro caras del edificio se encuentra un estrecho pasillo entre ambos muros y que posee en sus extremos dos pequeñas ventanas al exterior a modo de huecos de ventilación. La cripta se abre al exterior por medio de una fachada con un pequeño atrio que da acceso a la puerta de entrada del recinto inferior. Esta puerta está flanqueada por dos pequeñas ventanas que iluminan la sala interior en la que se encuentra en el centro un estanque de planta rectangular de poca profundidad, tapiada tras la reconversión cristiana. Esta estancia poseía una bóveda de ladrillos cerámicos soportada por dos pórticos de tres arcos apoyados en dos columnas de mármol y dos ménsulas sobre los muros de fachada y posterior y profusamente decorada. En ambos laterales de la sala existen dos pequeñas hornacinas o cellas.
Pintura[editar]
En el interior de la cripta se conserva un maravilloso conjunto mural, que es el más importante de los que persisten en toda Hispania. La representación pictórica hace referencia directa a la relación que las aves y sus cantos tenían con el santuario y su funcionamiento como oráculo. Las aves vivas permanecían ocultas a la vista de los devotos y sus cantos proféticos resonaban sobre las pinturas de la bóveda en el interior de la cripta. Estas pinturas se localizan en la bóveda y representan a las sibilas en forma de aves y con un grado de conservación excelente. El conjunto posee perdices, faisanes, gallináceas, pavos reales (símbolo de la diosa), palomas, un ganso y un pato, entre motivos vegetales estilizados que representan el árbol sagrado de Atis, el pino y su fruto. Las pinturas murales inferiores desaparecieron al cristianizarse el santuario y seguramente hacían referencia a los misterios de la diosa.
Escultura[editar]
El repertorio escultórico de Santa Eulalia de Bóveda poco tiene que ver con la escultura clásica romana y más podría pasar por arte visigodo de siglos posteriores, pero indudablemente hace referencia directa a la diosa titular del santuario, así como al rito que se practicaba.
En el fondo y presidiendo la ceremonia se encuentra como objeto de culto la "Piedra Negra", considerada de origen celeste y tenida como epifanía de la diosa Cibeles. Esta piedra se sustenta sobre una columna y se relaciona con unas imágenes en el atrio de unas avestruces encaramadas sobre una piedra en una esbelta columna, como personificación zoomórfica de la diosa.
Se han podido recuperar algunas piezas pertenecientes a la planta superior tras su demolición y que se exponen en el pequeño museo cercano. Estas piezas son elementos iconográficos de la diosa Cibeles, como tres ménsulas de cantería de granito que representa un león, un tunpanón o tambor y una tercera que recuerda un manojo de pensamientos, la flor de Cibeles.
En la fachada exterior de la cripta y el atrio, además de los avestruces, se hallan varias representaciones escultóricas de granito, emplazadas de manera simétrica. Son representaciones de danzas, dos figuras lisiadas en pierna y brazo respectivamente y se cree que eran los discapacitados uno de los grupos sociales más devotos de la diosa. Sobresale por su excepcionalidad un relieve astronómico en el que aparece un planeta y su luna, Rea como esposa de Saturno.

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