domingo, 26 de mayo de 2024

HISTORIA DE ESPAÑA

 ESCULTURAS DE ESPAÑA SIGLO XX


Monumento a Isabel la Católica
AutorMarino Amaya
Creación1965
UbicaciónParque de Isabel la Católica
GijónAsturiasEspaña
MaterialPiedra
TécnicaEscultura

El Monumento a Isabel la Católica es una escultura de la ciudad asturiana de Gijón, en el norte de España.1​ Está erigida en el parque homónimo, en la zona este de la ciudad, concretamente en el barrio de El Bibio.2

Descripción[editar]

Se trata de una obra del escultor leonés Marino Amaya erigida en la ciudad en 1965, está hecha de piedra y representa un homenaje a Isabel I de Castilla, conocida como Isabel la Católica. Fue encargada por la ciudad para embellecer y dar sentido al entorno del parque construido unos años antes, en 1947, mediante la desecación de parte de los humedales del río Piles y como complemento al Monumento al Doctor Fleming que había sido inaugurado en el mismo parque en 1955.2

Al igual que otras obras ubicadas en el entorno del parque, ha sufrido ataques vandálicos en varias ocasiones, facilitado por la característica de que este parque, a diferencia de entornos similares de otras ciudades, no es cerrado en horario nocturno.







La obra situada en la calle Mayor de Gracia.

A las Peñas de San Medín (en catalán, A les Colles de Sant Medir) es una escultura creada por Núria Tortras en 1969, ubicada en BarcelonaEspaña.

Historia[editar]

Se trata de una obra realizada en bronce sobre una columna de granito de 3,22 metros de alto sin contar la base, con el fin de homenajear a las numerosas peñas que cada año participan en el popular desfile por las calles de Barcelona durante una de sus celebraciones más pintorescas y centenarias, la Fiesta de San Medín. El 2 de mayo de 1969 de inauguró la obra en los Jardines de Gracia en substitución de la escultura L'Empordà tras ser considerada «inmoral» por los sectores más conservadores de al época. No obstante, la escultura solo duró 6 años en ese emplazamiento al ser trasladada en 1975 la plaza Trilla. En 1983 fue movido otra vez al cruce entre las calles Nil Fabra y Torrent de l'Olla. Durante la celebración del 150 aniversario de la popular fiesta de San Medín en el año 2001 se decidió devolverla a la plaza Trilla, justo al lado de la calle Mayor de Gracia donde ha perdurado hasta hoy en día (2008).











Al General Franco

La estatua en la exposición Franco, Victoria, República. Impunidad y espacio urbano (octubre de 2016).
AutorJosep Viladomat
Creación1963
UbicaciónAlmacén municipal de Via Favència, BarcelonaBandera de España España
EstiloFigurativo
MaterialBronce
TécnicaEscultura

Al General Franco es una estatua ecuestre dedicada al dictador Francisco Franco, elaborada por Josep Viladomat en 1963. Estuvo situada en el castillo de Montjuic de Barcelona hasta 2008, fecha en que fue retirada en virtud de la Ley de Memoria Histórica. En la actualidad está depositada en el almacén del Museo de Historia de Barcelona.

Historia y descripción[editar]

La iniciativa de una escultura dedicada a Franco, que no tenía ninguna en Barcelona, partió del alcalde José María de Porcioles, en agradecimiento por la donación a la ciudad del castillo de Montjuic por parte del Caudillo, en 1960. Porcioles era alcalde desde 1957, y durante su mandato se colocaron en la ciudad un gran número de obras de arte público, algunas de ellas ensalzadoras del régimen franquista, como el Monumento a José Antonio Primo de Rivera (1964), situado en la avenida Infanta Carlota (retirado en 2009) o la estatua de Franco.1

El encargo fue realizado a Josep Viladomat, autor, paradójicamente, del Monumento a la República en 1934. El escultor aceptó a regañadientes, debido a un pequeño problema legal: Viladomat vivía entre Barcelona y Andorra, lugar donde compró un coche de importación a bajo coste; sin embargo, debía permanecer medio año en el Principado, condición que no mantuvo, por lo que un día fue confiscado por la Guardia Civil en la capital catalana. Viladomat pidió ayuda a Porcioles, que era además de alcalde juez de paz en Andorra; este intercedió por él a cambio de la elaboración de la estatua.2

El formato elegido fue el de la estatua ecuestre, de larga tradición para militares y estadistas desde tiempos de la antigua Roma, y especialmente desde el Renacimiento, época en que proliferaron este tipo de obras realizadas por los mejores escultores del momento, como la dedicada a Gattamelata, de Donatello; el Monumento a Bartolomeo Colleoni, de Andrea del Verrocchio; o la estatua ecuestre de Cosme I de Médici, de Juan de Bolonia. En Barcelona había ya diversas estatuas ecuestres, como la dedicada al General Prim (Lluís Puiggener, 1882-1887), la de Ramón Berenguer III (Josep Llimona, 1888) o la de San Jorge (Josep Llimona, 1924).3

El Caudillo está representado en uniforme militar, sujetando con la mano izquierda las riendas del caballo, y el brazo derecho alzado, como dirigiendo a sus tropas. El caballo va al paso, con la pata delantera izquierda levantada. La obra tiene un cierto estilo barroco, ya que recuerda los retratos de Felipe IV o el conde-duque de Olivares efectuados por Velázquez.2​ La estatua fue colocada en el patio de armas del castillo de Montjuic, donde fue inaugurada por el propio Franco el 17 de junio de 1963.2

Con la llegada de la democracia la estatua fue objeto de frecuentes vandalismos: en 1985 fue pintada de rosa, lo que provocó que fuese retirada al interior del Museo Militar de Montjuic. En 2011 fue confinada en un espacio expositivo no visitable y, por último, en 2008 fue retirada de su emplazamiento y guardada en el almacén municipal de Via Favència. Estando en este almacén le fue sustraída la cabeza en 2013, sin que fuese posible averiguar el autor de la decapitación ni el paradero de esta parte de la escultura.4

En octubre de 2016 la estatua fue objeto de una agria polémica al ser expuesta de nuevo en la vía pública en el contexto de una exposición organizada en el Centro Cultural del Borne titulada Franco, Victoria, República. Impunidad y espacio urbano. Inaugurada el 18 de octubre de 2016, esta exposición pretendía denunciar la impunidad con que diversos símbolos franquistas habían pervivido en el espacio urbano hasta bien avanzada la democracia, gracias a la permisividad y la banalización de la dictadura ejercidas por buena parte de la sociedad y las instituciones.5​ La estatua de Franco fue colocada en el exterior del centro expositivo, junto a la estatua de la Victoria de Frederic Marès, otro de los símbolos franquistas de Barcelona. Su emplazamiento fue duramente criticado por diversos partidos políticos, que reprocharon al consistorio de Ada Colau su colocación en un espacio público, agravado porque el Borne está considerado uno de los puntos neurálgicos del sitio de Barcelona de 1714. Incluso el gobierno de la Generalidad de Cataluña lo tildó de «grave error».6​ Desde el día de su colocación, la estatua fue objeto de diversos actos vandálicos: le arrojaron huevos y pintura,7​ le colocaron una muñeca hinchable8​ y una cabeza de cerdo;9​ finalmente, el día 21 fue derribada al suelo, sufriendo diversos desperfectos —la figura del dictador se desprendió del caballo—, por lo que la obra tuvo que ser retirada.







El Ampurdán expuesta en los Jardines de Salvador Espriu.

El Ampurdán (en catalán, L'Empordà) es una escultura del artista catalán Ernest Maragall Noble creada en 1961.

Historia[editar]

El Ampurdán es una escultura de mármol blanco realizada por Ernest Maragall, hijo del destacado poeta español Joan Maragall, en 1961 durante la celebración del centenario de su nacimiento. La obra fue ubicada en los Jardines de Salvador Espriu de la ciudad de Barcelona (España) e inaugurada el 11 de diciembre de ese mismo año por el alcalde José María de Porcioles, junto al artista y con la presencia del destacado pedagogo, investigador y escritor Pau Vila.

La obra acarreó muchas críticas por parte de sectores conservadores al tratarse de dos mujeres semidesnudas sentadas una frente a otra, como ya ocurrió anteriormente con los monumentos de la Plaza Cataluña. Años más tarde, los detractores de la escultura de Maragall tuvieron la oportunidad de apartar la polémica escultura hasta el límite de la ciudad, en el Parque Cervantes que limita con el municipio de Esplugas de Llobregat, debido a unas obras que se estaban realizando en el subsuelo de su emplazamiento original. A pesar de las numerosas peticiones que realizó Ernest Maragall para que la obra fuera devuelta a su lugar, el artista no pudo lograr su objetivo hasta en 1985, cuando su sobrino Pasqual Maragall fue alcalde de Barcelona.

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