ESCULTURAS DE ESPAÑA SIGLO XX
A los mártires de la independencia | ||
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Autor | Pere Benavent de Barberà (conjunto), Josep Llimona (estatua), Vicente Navarro (relieve) | |
Creación | 1929 —1941 | |
Ubicación | Plaza Garriga i Bachs, Barcelona, España | |
Coordenadas | 41°23′01″N 2°10′33″E | |
A los mártires de la independencia,1 también conocido como A los héroes de 1809, es un monumento ubicado en la plaza de Garriga i Bachs de Barcelona. Proyectado por el arquitecto Pere Benavent de Barberà, fue realizado entre 1929 y 1941 con obras de los escultores Josep Llimona y Vicente Navarro.
Dedicación[editar]
El conjunto monumental está dedicado a la memoria de los barceloneses que en 1809, en el marco de la Guerra de la Independencia Española, lideraron la insurgencia contra las tropas napoleónicas en la ciudad, en el fallido Complot de la Ascensión, siendo posteriormente detenidos y ejecutados.
El 3 de junio de 1809, tras el llamado «Proceso de la Ciudadela», un militar, el subteniente José Navarro, dos civiles, Juan Massana y Salvador Aulet, y dos sacerdotes, Juan Gallifa y Joaquín Pou, fueron ejecutados por los franceses en la explanada de la Ciudadela. Durante sus ejecuciones otros tres insurgentes, Ramón Mas, Julián Portet y Pedro Lastortras, tocaron a somatén con la campana grande de la Catedral, siendo también apresados y condenados a muerte el 27 de junio de 1809.
Historia[editar]
El 1815, cuando los soldados napoleónicos dejaron Barcelona tras la Guerra del Francés, surgió la idea de levantar un monumento a los ocho barceloneses ejecutados por las tropas ocupantes en 1809. Este primer proyecto monumental no prosperó, y el homenaje se limitó a trasladar sus restos mortales a la Catedral, para ser enterrados en la sacristía. Un nuevo proyecto monumental surgió en 1884, cuando el ayuntamiento encargó a Venancio Vallmitjana una escultura del padre Juan Gallifa, principal inspirador de la conspiración, que debía colocarse en el nuevo Parque de la Ciudadela. No obstante, la escultura que representaba la ejecución del fraile no gustó a las autoridades municipales y no llegó a instalarse.
En 1909, coincidiendo con el centenario de las ejecuciones, se formó una nueva «comisión de homenaje a los mártires», integrada entre otros por el industrial Andrés Garriga Bachs y José María Milá Camps. Se encargó al arquitecto Augusto Font un panteón en una capilla de la Catedral, donde se trasladaron los restos de los ocho ejecutados, en 1911. Con la dictadura de Primo de Rivera, Garriga Bachs accedió al cargo de teniente de alcalde y Milá Camps al de presidente de la Diputación, dando un impulso definitivo a la creación de un monumento público a la memoria de las ocho víctimas. Paralelamente, en 1927 el ayuntamiento dedicó una calle de la ciudad a cada uno de los ocho ejecutados.
Para el monumento se eligió un emplazamiento junto a la Catedral, donde estaban enterrados, en una plaza de nueva creación. Garriga Bachs compró una finca ubicada en la calle del Obispo, frente a la puerta del claustro de la Catedral, y la cedió al consistorio para que fuese derribada. El diseño de la nueva plaza y del monumento se encargó al arquitecto Pere Benavent de Barberà y las obras fueron financiadas por la Diputación. Se encargó a Josep Llimona un grupo escultórico de bronce que representase a los ajusticiados y que debía presidir el conjunto monumental. Sin embargo, en noviembre de 1929, aprovechando una visita de la reina, la plaza fue inaugurada aún sin la estatua, que no estaba terminada. El pedestal permanecería vacío más de una década, ya que con la llegada de la Segunda República las nuevas autoridades descartaron la colocación del grupo escultórico y la obra quedó guardada en el taller de Llimona, fallecido en 1934.
Tras la Guerra Civil, el espíritu nacionalcatólico del nuevo régimen rescató la idea original del monumento a los mártires. El 3 de junio de 1941, coincidiendo con el 133.er aniversario de las ejecuciones, el conjunto monumental fue reinaugurado, con la incorporación del grupo escultórico de Llimona y de unos relieves de ángeles de alabastro de Vicente Navarro, añadidos al proyecto original.
Características[editar]
El conjunto monumental, adosado a la fachada lateral de la iglesia de San Severo, está integrado por distintos elementos de diferente cronología, cuyo elemento central es una hornacina. El diseño del conjunto, obra de Pere Benavent de Barberà, data de 1929.
En el centro, sobre un pedestal de granito, se ubica un conjunto escultórico de bronce, obra de Josep Llimona. Representa a los ciudadanos Juan Massana y Salvador Aulet, los padres teatinos Juan Gallifa y Joaquín Pou y el subteniente José Navarro, todos ellos ejecutados por las tropas napoleónicas el 3 de junio de 1809. La escultura representa los momentos previos a la ejecución, y cada personaje va ataviado según su condición: militar, eclesiástica o civil. La escultura data de 1929 pero no fue colocada hasta 1941.
La placa del pedestal recuerda, además de estos cinco insurgentes, a los tres ciudadanos ajusticiados posteriormente, el 27 de junio, por tocar a somatén con la campana de la Catedral durante la ejecución de los primeros.
Cruz de los Caídos | ||
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Localización | ||
País | España | |
Ubicación | Cruce av. Doctor Gadea con av. Maisonnave (Alicante, España) | |
Coordenadas | 38°20′36″N 0°29′19″O | |
Información general | ||
Nombres anteriores | Monumento a los Caídos por España y por la Patria | |
Usos | Monumento | |
Inicio | 1939 | |
Finalización | 1940 | |
Construcción | 1940 | |
Propietario | Patrimonio Nacional | |
Diseño y construcción | ||
Arquitecto | Miguel López González y Miguel Abad Miró | |
La Cruz de los Caídos es un monumento de la ciudad de Alicante, España, situado en una rotonda de tráfico entre las avenidas del Doctor Gadea y de Federico Soto, y tangente a la plaza de Calvo Sotelo, en el lugar que ocupaba originalmente el monumento a Maisonnave.1 Inicialmente se denominaba Monumento a los Caídos por España y por la Patria.2
El 1 de abril de 1939 tras la toma de Alicante por parte del bando sublevado se dio por finalizada la Guerra Civil y por ende comenzaba la época que marcó a la España reciente. Una vez terminada la guerra se decidió hacer un monumento por todos aquellos que dieron su vida por España en el bando de los sublevados. Esto ocurrió el 21 de abril de 1939. Tan solo unos meses después el 18 de octubre de 1939 se acordaba ya el presupuesto para el monumento con un coste de 14 884,10 pesetas. Este presupuesto se vio incrementado después por el uso de otros materiales más caros a 19 500 pesetas.
Esta cruz que conmemoraba a los caídos se hizo de hormigón armado recubierto de aplacado de piedra fue obra del arquitecto Miguel López González en colaboración con Miguel Abad Miró.3
Finalmente, siendo alcalde José Luis Lassaletta se decidió que esta obra debería conmemorar no solo a los caídos del bando sublevado sino también a los caídos en el bando republicano así pues se decidió que en la inscripción de la cruz se mencionara a todos los fallecidos:
1936-1940 A TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES QUE MURIERON EN DEFENSA DE SUS IDEALES
La estatua de Indíbil y Mandonio es un grupo escultórico de bronce que se encuentra situado a la plaza Agelet y Garriga de Lérida, bajo el Arco del Puente, la antigua entrada a la ciudad (construida en el siglo xviii) que comunica la calle Mayor con el Puente Viejo. Los guerreros, armados con cadenas, una lanza y una falcata (la espada característica de los ibéricos), representan los dos caudillos ilergitas que defendieron Lérida de los ataques de los cartagineses y de los romanos y que gracias a las luchas y a las acertadas negociaciones evitaron que la ciudad fuera arrasada.
Origen[editar]
Originalmente, la obra se titulaba Grito de independencia y la elaboró en escayola el escultor barcelonés Medardo Sanmartí en 1884. La escultura representaba a Istolacio e Indortes, dos guerreros célticos que lucharon contra los cartagineses en la segunda guerra púnica. En el año 1946 se realizó la réplica en bronce que actualmente recuerda a los guerreros íberos ilergetes.
Hoy en día se considera a la estatua de Indíbil y Mandonio como uno de los monumentos más destacados y simbólicos de Lérida, junto a la La Seu Vella y la Fuente de la Sirena. Situado en uno de los centros de actividad más importantes de la ciudad, se ha convertido en punto de encuentro para los leridanos.
Curiosidades[editar]
- La estatua se limpia periódicamente para que conserve el brillo característico del bronce.
- Cada año, durante los días de carnaval, se disfraza a la estatua.
La escultura urbana conocida por el nombre Doctor Julián Clavería, ubicada en la calle Emilio Rodríguez Vigil, en la ciudad de Oviedo, Principado de Asturias, España, es una de las más de un centenar que adornan las calles de la mencionada ciudad española.12
El paisaje urbano de esta ciudad, se ve adornado por obras escultóricas, generalmente monumentos conmemorativos dedicados a personajes de especial relevancia en un primer momento, y más puramente artísticas desde finales del siglo xx.3
La escultura, hecha en piedra, es obra de Víctor Hevia, y está datada en 1944.12
Se trata de un sencillo busto, instalado sobre un pedestal de piedra, en los jardines ubicados ante la fachada principal del Hospital General de Asturias. Quiere rendir homenaje y servir de recuerdo del doctor Julián Clavería y Gonzalo. Es representado de joven, informalmente vestido, en actitud de pasar las hojas de un libro que sostiene entre sus manos.
Monumento a Julio Romero de Torres | ||
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Localización | ||
País | España | |
Localidad | Jardines de la Agricultura, Córdoba (España) | |
Coordenadas | 37°53′12″N 4°47′06″O | |
Historia | ||
Inauguración | 22 de mayo de 1940 | |
Autor | Juan Cristóbal González | |
Dedicado a | Julio Romero de Torres | |
Características | ||
Tipo | Monumento conmemorativo | |
Materiales | Piedra y bronce | |
El monumento a Julio Romero de Torres es un monumento conmemorativo, dedicado a dicho pintor, situado en los Jardines de la Agricultura de la ciudad de Córdoba (España) y realizado en el año 1940.1 Fue promovido por el Ayuntamiento de Córdoba en homenaje tras la muerte del pintor, encargándose la obra al escultor almeriense Juan Cristóbal González Quesada que utilizó principalmente piedra para el conjunto y bronce para la escultura.1
Debido al pésimo estado en que se encontraba, el monumento fue sometido a finales de 2002 a una extensa restauración durante un periodo de tres meses, con un presupuesto de 6.901,86 euros.2
El pintor aparece representado en medio del monumento de pie, con su perro Pacheco a sus pies, un galgo negro que le fue regalado por unos amigos.
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