ESCULTURAS DE ESPAÑA SIGLO XX
El monumento a Francisco Franco, ubicado en la plaza de España, en la ciudad de Oviedo, Principado de Asturias, España, es una de las más de un centenar de esculturas urbanas que adornan las calles de la mencionada ciudad española.12
El paisaje urbano de esta ciudad se ve adornado por obras escultóricas, generalmente monumentos conmemorativos dedicados a personajes de especial relevancia en un primer momento, y más puramente artísticas desde finales del siglo xx.3
La composición, hecha en bronce, es obra de Juan de Ávalos, y fue inaugurada en 1977.4 El monumento fue construido por iniciativa del ayuntamiento preconstitucional de la ciudad, que tomó la decisión tras la muerte del dictador.
El conjunto está formado por tres puntos focales. En los laterales se presentan sendas esculturas que representan a Neptuno y Apolo, dioses del mar y del sol respectivamente. Neptuno se sitúa a la derecha de las escalinatas, se le ve recorriendo el mar en un delfín. Por su parte Apolo, recorre el cielo mirando hacia el sol. En el centro de la composición, sobre un elevado pedestal, la diosa Hera, esposa de Zeus, reina de los dioses. En el pedestal sobre el que descansa la figura de la diosa, un disco en bronce con la efigie de Francisco Franco.135
Desde la entrada en vigor de la Ley 52/2007 de Memoria Histórica se produjeron diversas solicitudes6 por parte de asociaciones y partidos políticos para la retirada del medallón con la efigie del dictador y el aro metálico con la dedicatoria "Oviedo a Francisco Franco" que se encontraba fijado también sobre el pedestal de Hera.
Finalmente el gobierno municipal procedió a dicha retirada el 8 de junio de 2015, tras un procedimiento contencioso-administrativo promovido por dos militantes de PSOE e IU y un dictamen favorable del Consejo del Patrimonio Cultural de Asturias.
Monumento a la Infanta María Luisa | ||
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Estatua de la infanta María Luisa en el parque de su nombre, siendo copia en bronce de la original. | ||
Localización | ||
País | España | |
Comunidad | Andalucía | |
Localidad | Sevilla | |
Dirección | Parque de María Luisa | |
Coordenadas | 37°22′37″N 5°59′23″O | |
Información general | ||
Administrador | Ayuntamiento de Sevilla | |
Historia | ||
Construcción | 1972 | |
Autor | Copia en bronce de una obra de Enrique Pérez Comendador | |
Protección | ||
Características | Reproducción en bronce de una estatua de 1929 que muestra la Infanta María Luisa con su vestido y una flor en la mano izquierda. Con pedestal | |
El monumento a la infanta María Luisa es una copia en bronce de la escultura realizada en piedra por Enrique Pérez Comendador en 1929, que se ubica en el parque de María Luisa de la ciudad de Sevilla (Andalucía).
Fue instalada por el Ayuntamiento de Sevilla en el parque como agradecimiento a la infanta María Luisa Fernanda de Borbón por ceder unos terrenos del palacio de San Telmo para convertirlos en el actual parque.
Historia[editar]
El primer encargo de la estatua se realizó al escultor Antonio Susillo el 23 de marzo de 1893, quien presentó un proyecto el 17 de diciembre del mismo año, pero el 20 de marzo de 1894 la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría (Sevilla) decidió no aprobar el proyecto del escultor, y su inesperada muerte lo dejó fuera del proyecto.
Hubo que esperar hasta 1929 para llevar a cabo la ejecución de la obra, encargada a Enrique Pérez Comendador, que realizó una estatua de piedra representando a la infanta con una flor en la mano, que parece simbolizar a su hija María de las Mercedes. La estatua se colocó en la Avenida Rodríguez Caso, dentro del parque. En 1965 cambia de ubicación unos metros dentro del mismo parque y se sitúa junto al Estanque de los Lotos. Posteriormente, la estatua de piedra se almacena en el Convento de Santa Clara y se coloca una estatua de bronce en su lugar.
En 1972 la estatua de piedra fue trasladada a la plaza de los Cisnes de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), donde su marido, el duque de Montpensier Antonio de Orleans, también tenía un palacio. La estatua original en piedra se trasladó en 2008 a los jardines de entrada del Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, que se encuentra en el antiguo palacio de Orleans-Borbón.
La vegetación que rodea al monumento está compuesta por un ombú (femenino) o árbol de la bella sombra (Phytolacca dioica) también conocido como zapote, originario de Sudamérica; una morera blanca (Morus alba) originaria de China cuyo fruto es comestible y un almez (Celtis australis). En su base hay plantas de flor. El primer ombú que se importó de tierras americanas es el que se conserva en el monasterio de la Cartuja, al principio del descubrimiento del Nuevo Mundo, ahora se pueden observar en múltiples puntos de la ciudad.
Monumento a los Enamorados | ||
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Localización | ||
País | España | |
Localidad | Campo Santo de los Mártires, Córdoba (España) | |
Coordenadas | 37°52′40″N 4°46′55″O | |
Historia | ||
Inauguración | 1971 | |
Autor | Pablo Yusti Conejo (escultor) | |
Arquitecto | Víctor Escribano Ucelay | |
El monumento a los Enamorados o monumento a los Amantes es un monumento situado en Córdoba (España), inaugurado en 1971 en memoria del amor entre el poeta Ibn Zaydun y la poeta y princesa Wallada.1 Vivieron, aproximadamente, en la misma época de los Infantes de Lara, pero son conocidos principalmente por su poesía amorosa. El monumento es un templete formado por cuatro columnas sin basa, tejadillo y un pedestal con dos manos.
La poesía, en esta época, estaba escrita en árabe clásico y mantenía temas primitivos. Pero en al-Ándalus, concretamente en el área de Córdoba, tuvo lugar una innovación poética. Aquí surgieron dos formas métricas nuevas que, aunque estén relacionadas, son distintas: el zéjel y la moaxaja. Las moaxajas más antiguas que se conservan son del siglo xi y los tratadistas árabes nos dicen que fueron inventadas en el 900 por un poeta de Cabra, identificado como Ben Mocadem.
Ibn Zaydun murió en Sevilla exiliado a causa de sus pasiones, enamorado de la princesa y poetisa Wallada, arrastró su amor apasionado por los jardines de Córdoba, que se llenaron de sus besos y sus poemas. Cuando Wallada lo abandonó, eligiendo en su lugar a otro, Zaydun, desesperado, le escribió una carta al preferido como si se la escribiera a la princesa. Wallada, indignada, insultó al poeta, lo llamó degenerado, adúltero, ladrón… Ibn Zaydun no tuvo más remedio que irse de Córdoba.
El monumento forma parte del centro histórico de Córdoba que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994.
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