ESCULTURAS DE ESPAÑA SIGLO XX
La madre del emigrante | ||
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'La lloca'l Rinconín La muyerona' | ||
Localización | ||
País | España | |
División | Asturias | |
Municipio | Gijón | |
Localidad | Paseo de Rosario Acuña (Paseo del Rinconín) | |
Dirección | 33201 | |
Coordenadas | 43°32′54″N 5°38′28″O | |
Historia | ||
Daños | 1976 | |
Inauguración | 18 de septiembre de 1970 (53 años, 8 meses y 8 días) | |
Autor | Ramón Muriedas Mazorra | |
Artistas | Francisco González Macías | |
Dedicado a | emigración | |
Características | ||
Estilo | Arte moderno | |
Materiales | Bronce | |
Altura | 4 metros | |
La madre del emigrante, conocida popularmente como La lloca'l Rinconín o La muyerona (del asturiano "La loca del Rinconín" y "La mujerona"),1 es una escultura de Ramón Muriedas Mazorra ubicada en Somió, en el paseo marítimo de Gijón, en homenaje a la emigración asturiana por el mundo y primera obra escultórica de lenguaje moderno ubicada en la ciudad.
Descripción[editar]
La obra en bronce representa a una mujer, de pelo encrespado y vestido pegado al cuerpo por el viento, con la mano extendida, en un adiós, y la mirada hacia el mar, lugar por el cual desaparecieron sus hijos, esperando su regreso mientras sufre expuesta a los elementos del mar Cantábrico.
Historia[editar]
En 1958 ocurre el I Congreso de Sociedades Asturianas. En el marco de este congreso se propone al alcalde, Cecilio Olivier Sobera, la creación de un monumento en El Musel u otro sitio de la ciudad que rindiera homenaje a las madres de los emigrantes. La propuesta se acepta y el Ayuntamiento, junto al consulado de Cuba, inicia una Comisión Pro-Monumento. La Comisión Ejecutiva de esta Comisión estuvo integrada por el alcalde de Gijón como presidente, los cónsules de Cuba y Argentina y el presidente del Centro Asturiano de La Habana como vocales; y el director de la Oficina de América como secretario. Luego de algunas discusiones se decidió convocar un concurso abierto a artistas hispanoamericanos para la realización de la escultura.1
Sin embargo, no fue hasta marzo de 1964 cuando se conformó el jurado y se dio a conocer el concurso, que permanecería abierto hasta mayo. El dictamen final estaba estimado realizarlo en junio. El concurso se comunicó a los Centros Asturianos y a las Sociedades Asturianas a través de la revista Mundo Asturiano, órgano oficial de la Federación Mundial de Sociedades Asturianas y de la Oficina de América. El dictamen se alargó en espera de la ejecución del III Congreso de Sociedades Asturianas, durante el cual se expusieron casi un centenar de maquetas y bocetos que habían sido recibidas para el concurso. A pesar de esto, existían dudas pues el proyecto no había recibido financiación ni se tenía certeza del emplazamiento del monumento; a lo que se sumaba la carencia de unas bases redactadas para la selección del ganador, lo que llevó inevitablemente a postergar nuevamente el proyecto.1
En 1967 se retoma el tema asignando a Ramón Muriedas Mazorra la labor de crear la obra y al Cerro de Santa Catalina, por entonces un espacio militar que se esperaba recuperar, como hogar de esta. Los bocetos de la obra fueron presentados durante el IV Congreso Mundial de Sociedades Asturianas, recibiendo opiniones negativas por su estética que fue tildada de "excesivamente moderna".2 La imagen que por entonces se esperaba perpetuar era una de la madre de antaño con el traje típico asturiano: falda larga fruncida, tocado de pañuelo, toquilla y madreñas. Además de Muriedas, los arquitectos Fernando Castevany y Enrique Álvarez-Sala Morís, serían los encargados del proyecto, que volvería a retrasarse hasta que en 1969 el ayuntamiento de Gijón decidió destinar fondos propios para finiquitar el proyecto.3 El 2 de septiembre la Comisión Permanente aprueba el presupuesto, que es ratificado por el Pleno al día siguiente. Muriedas realiza un nuevo boceto y se decide emplazar el monumento en el Rinconín, cerca a la zona de Rosario Acuña, pues el Cerro de Santa Catalina seguía siendo una zona militar.1
Inauguración[editar]
El monumento se inauguró el 18 de septiembre de 1970 en el marco del V Congreso Mundial de Sociedades Asturianas. Se preparó un pedestal sencillo en el Rinconín, pensado originalmente como emplazamiento temporal, con una inscripción también sencilla:
A LAS MADRES
DE NUESTROS MIGRANTES
QUE CON SUS VIDAS
SON SURCO PROFUNDO
DE NUESTRA ESPAÑA
GIJÓN
ASTURIAS 1970
En el acto de inauguración estaban presentes diversas autoridades locales: Ignacio Bertrand Bertrand, alcalde de Gijón; Juan Manuel Mateu de Ros, gobernador civil de Asturias; Aurelio González González, Presidente del Congreso Mundial de Sociedades Asturianas; y Gonzalo García Passigli, representante del Instituto Español de Emigración. Durante su discurso, Ignacio Bertrand aseguro que aquel lugar era provisional, y "posiblemente [La escultura] se coloque más lejos, en el alto de La Providencia".3
Tras su inauguración, el monumento recibió múltiples críticas. El diario La Nueva España, titulaba su edición del 10 de septiembre de 1970 "Un monumento que no gusta". Y es que, se esperaba una escultura más clásica. En el momento de su inauguración resultaba una obra demasiado moderna, prueba de ello es lo que se llegó a escribir sobre ella: "ese mamarracho no puede representar un sagrado símbolo como son las madres de nuestros emigrantes a América".3
Explosión y posteriores reparaciones[editar]
En 1976 un explosivo dañó la parte inferior de la estructura, que fue pintada tan solo para cubrir el daño. El monumento, ya afectado por la explosión, quedó inclinado luego de un fuerte temporal que azotó las costas de Asturias y Cantabria, dejando a la figura en una penosa situación.
Ninguna reparación fue preparada hasta que un ciudadano pidió al Ayuntamiento que le vendiera la estructura, tras lo cual se decide repararla en 1995. El encargado de realizar la reparación sería Francisco González Macías, quien reconstruyó los pies de la figura y la dotó de una mayor estabilidad a través de ejes mayores y una base para asegurar su sujeción. También modificó la cabeza y la mano izquierda.3
Tras la reparación el monumento quedaría relegado a un almacén y no sería emplazado de nuevo en el Rinconín hasta la elección del primer gobierno democrático de la ciudad a principios de los 80. Finalmente entre 1995 y 1996 se reemplazó su pedestal y se la ubicó en una pequeña plazoleta levemente elevada a la que se accede a través de una pequeña escalinata. La inscripción del pedestal fue sustituida por el poema Al son del agua del poeta gijonés Alfonso Camín.1
Entre febrero y julio de 2004 fue sometida a una restauración integral, ya que su estado estaba dañado. Concretamente le faltaban varios dedos de la mano derecha, presentaba grietas en los pies, y su estructura interna estaba oxidada.3
En 2012 volvió a ser reparada, después de sufrir un acto vandálico en el que se le mutiló el dedo corazón de la mano derecha.
Monumento a Octavio Augusto | ||
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Autor | Francisco González Macías | |
Creación | 1970 | |
Ubicación | Campo Valdés Gijón, Asturias, España | |
Material | Bronce | |
Técnica | Escultura | |
El monumento a Octavio Augusto es una de las más de cien esculturas, monumentos y obras de arte que adornan las calles de la ciudad asturiana de Gijón, en el norte de España.1 Está erigida en el parque del Campo Valdés, en pleno casco histórico de la ciudad, muy cerca de las termas romanas y orientada mirando hacia la bahía de la playa de San Lorenzo.2
Descripción[editar]
Se trata de una obra de Francisco González Macías, mide más de 3m de alto y fue erigida en la ciudad en 1971, está hecha de bronce y representa una réplica de la conocida obra Augusto de Prima Porta. Fue encargada por la ciudad en 1970, para conmemorar el pasado romano de la misma y honrar a Augusto, el emperador responsable de la conquista del Conventus Asturicensis.2 Ubicada originalmente junto a la muralla del Palacio de Valdés, en 1995 fue trasladada a su ubicación actual, en medio de la restauración y puesta en valor del complejo de las termas romanas.
Al Doctor Trueta | ||
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Al Doctor Trueta | ||
Autor | Josep Ricart | |
Creación | 1978 | |
Ubicación | Rambla del Poblenou con Pedro IV, distrito de San Martín, Barcelona, España | |
Estilo | Expresionismo | |
Material | Piedra con relieves de bronce y hierro | |
Técnica | Escultura | |
Dimensiones | 3,70 x 3,60 x 1,86 | |
Coordenadas | 41°24′12″N 2°11′54″E | |
Al Doctor Trueta es un monumento escultórico situado en la rambla del Poblenou con Pere IV, en el distrito de San Martín de Barcelona. Fue creado en 1978 por Josep Ricart. El monumento está dedicado al médico catalán Josep Trueta i Raspall (Barcelona, 1897-1977), catedrático de Ortopedia de la Universidad de Oxford y autor de una historia de Cataluña en inglés, The Spirit of Catalonia (1940).1
Historia y descripción[editar]
El monumento fue promovido por la Coordinadora de Entidades del Pueblo Nuevo, en honor de este ilustre médico hijo del barrio, y fue sufragado con una suscripción popular, justo al año de su muerte. Se encargó al escultor Josep Ricart, también vecino del barrio y definido por él mismo como "artista social del pueblo". La obra se colocó en la Rambla del Poblenou con Pere IV, donde se inauguró el 9 de abril de 1978 con la asistencia del consejero de Cultura de la Generalidad, Pere Pi-Sunyer y una hija del médico, Montserrat Trueta Llacuna, esposa del político Ramón Trias Fargas.2
La obra estaba inicialmente en el tramo superior de la Rambla del Poblenou, donde destacaba por su frontalidad, pero al abrirse la rambla hasta la Diagonal ha quedado más como una escultura exenta, perceptible por todos sus costados, que no estaban pensados para esta perspectiva y quedan así un poco malparados. En su parte frontal se percibe una figura humana de trazos estilizados sostenida por unas gigantescas manos, con la cabeza gacha y la mano izquierda sobre el pecho, con la apariencia de ser una persona moribunda. Se podría interpretar entonces como la figura de Cristo recogida por las manos de Dios, pero teniendo en cuenta la labor del homenajeado debe verse como un enfermo acogido por la Medicina. Este conjunto se apoya sobre una peana de hormigón en cuya parte derecha figura un busto en relieve del doctor con su nombre escrito, mientras que a la izquierda aparecen las fechas vitales de Trueta. En la parte posterior del monumento, dejando de lado los dedos de las manos gigantescas que sobresalen de la obra frontal, hay un relieve en hierro en la parte inferior con diversas figuras humanas esbozadas en sus rasgos fundamentales, parecidas a la iconografía de algunas iglesias catalanas. Una de las figuras porta un caduceo, símbolo de la medicina. Al lado de estas figuras, en la parte derecha, hay una rueda, un ancla y una espiga de trigo, con la inscripción Al Doctor Trueta.
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