IGLESIAS DE ESPAÑA
La iglesia de San Severo es un templo de culto católico de Barcelona, España, situado en el número 9-11 de la calle homónima, en el barrio Gótico, frente a la Catedral. Está bajo el advocación de San Severo de Barcelona, obispo de Barcelona, mártir y uno de los patrones de la diócesis. La iglesia conserva su decoración barroca original y está catalogada como Bien Cultural de Interés Local.
Iglesia de San Severo | ||
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Bien Cultural de Interés Local | ||
![]() Frontón y hornacina de la fachada, con la imagen del santo titular | ||
Localización | ||
País | España | |
División | Barcelona | |
Dirección | C/ Sant Sever, 9-11 Barcelona ![]() | |
Coordenadas | 41°23′01″N 2°10′33″E | |
Información religiosa | ||
Culto | Católico | |
Diócesis | Archidiócesis de Barcelona | |
Advocación | San Severo de Barcelona | |
Patrono | Severo de Barcelona | |
Historia del edificio | ||
Construcción | 1699-1705 | |
Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Iglesia parroquial | |
Estilo | Barroco |
Historia[editar]
La construcción del templo se inició en 1699, según un proyecto de Jaume Arnaudies del año anterior. La obra fue continuada por el maestro de obras Juan Fiters. La iglesia fue consagrada en 1703, aunque su construcción no terminó hasta dos años más tarde. Ha sido mantenida y utilizada por los canónigos de la Catedral.
Desde 2002 el edificio pertenece al Capítulo de la Catedral, y en un cuerpo anexo se encuentran las oficinas de la misma. En 2007 se amplió el Museo de la Catedral con una sala de exposiciones en este espacio.2
Arquitectura[editar]
Se trata de una construcción barroca de una sola nave, con capillas laterales y ábside poligonal.
La fachada, diseñada por Jeroni Escarabatxeres, es austera y está dividida en tres partes mediante pilastras. Consta de una portada rectangular de regusto clásico flanqueada por dobles pilastras con decoración geométrica de casetones, rematada con un friso del mismo estilo y coronada con un frontón cortado que contiene un escudo con una mitra sostenido por unos ángeles, en alusión a la condición de obispo del santo titular, representado en lo alto dentro de una hornacina. Remata la fachada un sencillo óculo.
En contraste con la sencillez de la fachada, es notable la decoración interior de las paredes y el techo, con esgrafiados de Escarabatxeres, restaurados en 1911 por Josep Maria Pericas, autor también del púlpito. Las claves de vuelta de bóveda y los estucos de la sacristía y el presbiterio son obra de Juan Fiter, con dorados de Francisco Mas. Los vitrales se atribuyen a Francisco Saladrigues.
Destaca el retablo del altar mayor, obrado por el escultor Pere Costa entre 1754 y 1757. Las pinturas del ábside, que simulan elementos arquitectónicos, son atribuidas al artista Antonio Viladomat y las del presbiterio, que representan el martirio de San Severo, son obra del pintor barroco Joan Gallart. La iglesia alberga también un órgano barroco de 1700, uno de los más antiguos de Cataluña.
En 1928 en la fachada lateral, que da a la calle del Bisbe, se derribó la finca contigua para abrir la plaza de Garriga y Bachs, donde se erigió el monumento a los mártires de la independencia, obra de Josep Llimona.
El santuario de Santa Eulalia de Vilapicina (en catalán: Santuari de Santa Eulàlia de Vilapicina) es una capilla del siglo XVIII, ubicada en el barrio del Turó de la Peira, distrito de Nou Barris, de la ciudad de Barcelona. Actualmente dependiente de la Parroquia de Santa Eulalia de Vilapicina, Arciprestazgo de Vilapicina, Arzobispado de Barcelona.
Forma un conjunto histórico, catalogado como Bien Cultural de Interés Local, junto con la masía de Can Basté —actualmente centro cívico—, el antiguo hostal de Ca n'Artès y dos casas adosadas, que conforman el núcleo de la antigua aldea de Santa Eulalia de Vilapicina.
Santuario de Santa Eulalia de Vilapicina | ||
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Bien Cultural de Interés Local (1971) | ||
![]() Santuario de Santa Eulalia de Vilapicina | ||
Localización | ||
País | España | |
División | Barcelona Distrito de Nou Barris | |
Dirección | ![]() | |
Coordenadas | 41°25′50″N 2°10′23″E | |
Información religiosa | ||
Culto | Católico | |
Diócesis | Barcelona | |
Advocación | Santa Eulalia | |
Patrono | Eulalia de Barcelona | |
Historia del edificio | ||
Construcción | 1782 | |
Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Iglesia | |
Estilo | Neoclásico | |
Año de inscripción | 1971 |
Historia[editar]
La iglesia prerrománica[editar]
Aunque el templo actual fue construido en 1782, anteriormente ya existía en este lugar una capilla prerrománica dedicada a Santa Eulalia, cuya existencia está documentada en al año 991. En el edificio actual, en el interior de la capilla, pueden observarse elementos constructivos de la primitiva iglesia e incluso restos de una asentamiento romano anterior.1
En una escritura del 22 de enero de 1034 consta que Arnau Vidal de Horta adquirió un alodio formado por la iglesia de Santa Eulalia, y varias casas, tierras y viñas. En 1064 el propio Arnau Vidal donó sus propiedades en Vilapicina al obispo de Barcelona.
Una acta de visita pastoral de 1413 cita la capilla de Santa Eulalia como sufragánea de la parroquia de San Andrés de Palomar, un municipio independiente hasta su anexión a Barcelona, en 1897. El paso de los múltiples ejércitos que asediaron la ciudad de Barcelona durante los siglos XVI y XVII provocaron desperfectos en el templo, habiendo constancia de dos restauraciones importantes, en 1562 y en 1637.
A principios del siglo XVIII la iglesia había dado nombre a una aldea rural, Santa Eulalia de Vilapicina,2 formada por varias masías dispersas en un territorio de campos y viñas. Una de las pocas masías que se conservan de esa época es Can Basté, junto a la iglesia; data del siglo XVIII y actualmente funciona como centro cívico. También se conserva actualmente Ca n'Artés, un antiguo hostal que dataría, probablemente, del siglo XV. Su construcción junto a la iglesia no es casual, ya que este era el punto de confluencia de dos importantes vías: el antiguo camino de San Andrés de Palomar a Sant Joan d'Horta y el llamado camino de San Acisclo, que iba hasta Sardañola del Vallés pasando por la masía de Can Masdeu.
La iglesia de 1782[editar]
Debido al estado de deterioro del templo y al incremento de feligreses, en 1781 los vecinos más distinguidos de Vilapicina impulsaron una reedificación. Financiado por subscripción popular, se construyó actual santuario neoclásico, cambiando la orientación de la planta de forma perpendicular a la antigua disposición. Al mismo tiempo, se construyó el puente que une la iglesia con Can Basté. La construcción finalizó el 1 de agosto de 1782.
Ante el crecimiento demográfico que venía experimentando Vilapicina, el 31 de diciembre de 1866 el Obispo Pantaleón Montserrat erigió la capilla de Santa Eulalia como parroquia segregada y Can Basté se habilitó como rectoría. En 1885 el rector, reverendo Narcís Cot, considerando que la parroquia había quedado pequeña, encargó al arquitecto José Doménech y Estapá la construcción de un nuevo templo, que se levantó a un centenar de metros de distancia, en unos terrenos cedidos por Josepa Sola, junto a la Rambla de Santa Eulalia (hoy Paseo de Fabra i Puig). En 1905 el que hoy es Santuario de Santa Eulialia perdió su condición de parroquia en beneficio del nuevo templo.
A partir de esa fecha, la iglesia antigua quedó limitada a la celebración de catequesis y algunos actos populares. En 1927 se urbanizó y enjardinó la plazoleta frente a la puerta principal. Nueve años después, el templo sufrió los estragos de la Guerra Civil. El 25 de julio de 1936 la iglesia fue saqueada y se quemaron los altares y las imágenes en la plazoleta frente al templo. Poco después fueron asesinados el vicario, Mosén Josep Juncosa, y el maestro de la escuela parroquial, Francesc de Paula Garí. También la parroquia nueva fue saqueada y quemada durante el conflicto bélico, por lo que al finalizar la contienda, en 1939, la iglesia vieja tuvo que ser habilitada temporalmente para el culto. Luego, el templo quedó olvidado y abandonado durante años, hasta que un grupo de seminaristas impulsó su recuperación y restauración a finales de los años 1960. El 12 de febrero de 1969, día de Santa Eulalia, se restableció el culto en la iglesia vieja, distinguiéndola con el título de Santuario de Santa Eulalia.
A principios de los años 2000 los vecinos de Vilapicina llevaron a cabo múltiples actividades (butifarradas, conciertos, etc.) para recaudar fondos para rehabilitar el santuario. Las obras, finalizadas en 2004, consistieron en la reconstrucción del campanario y de la nave central, que estaba hundida.1
Actualmente el santuario de Santa Eulalia de Vilapicina solo presta servicio para la misa dominical y el primer viernes de cada mes, cuando se celebra una eucaristía dedicada a los difuntos. Alberga también clases de catequesis y a varios colectivos que promueven actividades culturales, como un grupo de teatro o una coral.1
Arquitectura[editar]
El santuario de Santa Eulalia de Vilapicina es un edificio de estilo neoclásico, sobrio y sencillo. Consta de una única nave, con cubierta de arco fajón. Se conservan restos del anterior templo románico, levantado, a su vez, con elementos constructivos de época romana; pueden observarse en la fachada lateral, bajo el puente que une la iglesia con Can Basté, y en la capilla interior, llamada del Santísimo, que se ubica en el que fue al ábside del templo antiguo.
La fachada está decorada con esgrafiados, alrededor de un óculo, en los que aparen la cruz de Santa Eulalia y unos ángeles. Entre el óculo y el portal rectangular hay una hornacina con la imagen de la santa. En el dintel de la puerta de entrada figura la inscripción SACELLUM HOC RAEDIFICATUM FUIT VICINORUM SUMTIBUS ANNO 1782, que hace referencia a la reconstrucción del templo, en 1782, sufragada por los vecinos. Corona la fachada un campanario, formado por un pequeño cuerpo con arcos, y coronado por florones de cerámica vidriada de color verde.
La iglesia, junto a varios edificios contiguos —entre ellos Can Basté i Ca N'Artés—, fueron declarados conjunto de interés histórico-artístico en 1971.
El Santuario de Nuestra Señora del Monte Carmelo (en catalán, Santuari de la Mare de Déu del Mont Carmel) se encuentra en el barrio de El Carmelo, en el distrito de Horta-Guinardó de Barcelona. Está ubicado en el Parque del Carmelo, una zona forestal ubicada alrededor del Monte Carmelo, que forma parte del Parque de los Tres Cerros. Fue fundado en 1860 por el ermitaño Miquel Viladoms. Pertenece al arciprestazgo de Horta.
Santuario de Nuestra Señora del Monte Carmelo | ||
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Santuari de la Mare de Déu del Mont Carmel | ||
![]() Santuario de Nuestra Señora del Monte Carmelo | ||
Localización | ||
País | ![]() | |
División | ![]() | |
Subdivisión | ![]() | |
Localidad | ![]() | |
Dirección | C/ del Santuario n.º 116, Distrito de Horta-Guinardó 08032 | |
Coordenadas | 41°25′06″N 2°09′26″E | |
Información religiosa | ||
Culto | Cristianismo católico | |
Archidiócesis de Barcelona | Archidiócesis de Barcelona | |
Advocación | Nuestra Señora del Carmen | |
Historia del edificio | ||
Fundador | Miquel Viladoms | |
Construcción | 1860-1864 (primitiva) 1985-1988 (actual) |
Historia[editar]
El monte Carmelo (en catalán, Turó del Carmel, 265,6 msnm) era antiguamente conocido como Turó d'en Móra, por una masía que se hallaba en su territorio, Can Móra. También es conocido como la Montaña Pelada, por carecer de vegetación en su cima. En su ladera suroeste se sitúa el famoso Parque Güell, diseñado por el celebérrimo arquitecto Antoni Gaudí, mientras que en su parte norte se halla el Parque del Carmelo. En la ladera occidental de esta colina se encontraba la delimitación de dos poblaciones: el lado septentrional pertenecía a Sant Joan d'Horta, y el meridional a Gracia; esta división continuó hasta 1897, fecha en que Gracia fue agregada a Barcelona; Horta lo sería en 1904.1
Entre 1860 y 1864 se construyó una ermita dedicada a Nuestra Señora del Carmen, origen del actual santuario, en la ladera occidental del Turó d'en Móra, que desde entonces pasó a llamarse monte Carmelo. Fue promovida por el ermitaño Miquel Viladoms, y abierta al culto el 11 de abril de 1864 con permiso del obispo de Barcelona, Pantaleón Montserrat. Viladoms fue asesinado en 1877 en circunstancias desconocidas, y durante unos años la ermita quedó abandonada. En 1890 se estableció el párroco Jaume Moré, que continuó la labor iniciada por el ermitaño, convirtiendo el santuario en un lugar de peregrinaje y de encuentros de jóvenes católicos, especialmente el 16 de julio, festividad del Carmen.2
En 1913 el padre Moré se hizo cargo de una nueva capilla construida en la finca de Can Grau —actual parroquia de Santa Teresa de Jesús—, por lo que la ermita del Carmelo quedó sin servicio espiritual. Años más tarde, la iglesia de Santa Teresa de Jesús fue elevada a tenencia parroquial, y en 1930 la ermita del Carmelo fue nombrada capellanía de dicha tenencia, regida nuevamente por el padre Moré.3 En 1936, al inicio de la Guerra Civil, la ermita fue quemada y el padre Moré asesinado.4
Tras su reconstrucción, la ermita fue ganando en importancia con el aumento de sus feligreses, debido a la fuerte inmigración asentada en la zona en los años de posguerra, y en 1962 fue elevada a parroquia. El censo inicial de la nueva parroquia reflejaba un total de 6 000 feligreses. Se cedió su gestión a los carmelitas, y en 1963 fue nombrado párroco Eduard Piquer. Desde entonces, además de su labor religiosa, la nueva parroquia se implicó profundamente en la vida del barrio, realizando una gran labor en terrenos como la sanidad, la educación y la cultura, e implicándose en las reivindicaciones del barrio a nivel de servicios e infraestructuras.5
Dado el pequeño tamaño de la capilla, que sólo podía acoger a treinta personas, en 1964 se instaló en un espacio anexo a la ermita un barracón de obra y madera cubierto de uralita —cedido por el ejército—, para desarrollar los servicios complementarios a la liturgia, como impartir clases de catequesis, centro de reuniones sociales o sesiones de cine. Asimismo, en la explanada frente al barracón se celebraban actividades al aire libre, como procesiones y bailes populares. Sin embargo, con el tiempo era evidente la falta de espacio para las actividades pastorales y sociales de la parroquia, por lo que se planteó la necesidad de construir un nuevo edificio. Así, entre 1985 y 1988 se construyó una nueva iglesia, obra de los arquitectos Francesc de Paula Daumal i Domènech y Miquel Campos Pascual, con un diseño más contemporáneo, de forma triangular, donde destaca el color rojo del ladrillo visto y la forma tubular de las paredes laterales. El nuevo edificio fue inaugurado el 16 de julio de 1988 por el arzobispo de Barcelona, Narcís Jubany.
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