sábado, 13 de agosto de 2022

HISTORIA DE ESPAÑA

 CATEDRALES DE ESPAÑA

La catedral de Zamora (ZamoraEspaña), dedicada al Salvador, se inscribe dentro del denominado románico del Duero, distinguiéndose por ser la más pequeña y la más antigua de las once de la Comunidad de Castilla y León.1​ Fue declarada Monumento Nacional por Real Orden de 5 de septiembre de 1889.2​ Su planta es de cruz latina con tres naves de cuatro tramos, las laterales con bóveda de arista y la central de crucería simple. Los tres ábsides que tenía en origen fueron sustituidos por una cabecera gótica en el siglo xvi. En el crucero se alza un cimborrio con un tambor de 16 ventanas sobre el que se levanta una cúpula de gallones revestidos con escamas de piedra y soportada con pechinas de clara influencia bizantina. Es el elemento más llamativo, bello y original del templo, y un verdadero símbolo de la ciudad.

Catedral de Zamora
Bien de Interés Cultural
Patrimonio histórico de España
Catedral Zamora.jpg
Localización
PaísBandera de España España
ComunidadFlag of Castile and León.svg Castilla y León
ProvinciaZamora
LocalidadZamora
Coordenadas41°29′56″N 5°45′16″O
Datos generales
CategoríaMonumento Nacional
CódigoRI-51-0000060
Declaración1889
Construcción1140 - 1174
Estilo


Antecedentes históricos[editar]

Aspecto de la Catedral vista desde la ribera del Duero.

La ciudad de Zamora, situada sobre una meseta de indiscutible valor estratégico, junto al Duero, habitada al menos desde la etapa final de la Edad del Bronce, sobre la que se asentará el oppidum vacceo de Ocelodurum, por el que discurriría la calzada romana de Mérida a Astorga, que con la turbulenta llegada de los pueblos germanos se convertiría en el enclave suevo de Sinimure y, seguidamente, en el hispanogodo de Simure.

Tras la invasión musulmana, la ciudad de Zamora fue abandonada hasta que en el 893 fue recuperada, reconstruida y repoblada por cristianos vasallos de Alfonso III, venidos estos del norte cristiano y de Al-Ándalus: mozárabes de ToledoMérida y Coria. De las construcciones se harían cargo los toledanos, que levantarían defensas militares, iglesias, baños y un palacio regio... que llevaría a que en el 901 se dotara de obispado a esta ciudad, siendo nombrado Atilano su primer pastor.

Poco a poco la frontera será desplazada hacia el sur, hasta incluir las tierras situadas al norte del río Tormes, lo que dio pie a una incipiente situación de progreso de la ciudad de Zamora, solo quebrada por las aceifas de Almanzor (المنصور), que el 986 la conquistó y destruyó.

Vista interior de la cúpula.

Durante el reinado de Fernando I de León (1035-1065) la frontera será definitivamente consolidada, hecho que permitió la renovación de la población zamorana mediante una segunda repoblación y que la misma recibiera un breve fuero, además de ser entregada como señorío a favor de Urraca, la hija del monarca. Durante los reinados de Alfonso VI y Alfonso VII se consolidó la repoblación extramuros, lo que contribuyó definitivamente al progresivo auge de la ciudad de Zamora, hecho que impuso la necesidad de contar con una catedral acorde al rango e importancia que la misma había adquirido, idea que recibiría su impulso definitivo cuando la Diócesis de Zamora consiguió definitivamente en 1120 su propia sede, al ser elegido obispo Bernardo de Perigord, monje de Sahagún y chantre de Toledo.

En el reinado de Alfonso VII, el edificio que servía de sede, San Salvador, seguramente levantado en el mismo lugar que hoy ocupa la catedral, parece que no reunía las condiciones necesarias, motivando que el rey en 1135 donase la iglesia de Santo Tomás para que provisionalmente hiciese las veces de catedral. Entre 1150 y 1160 se documentan importantes mandas a la seo y nueve años más tarde, en 1169 ya hay documentación que corrobora la existencia de un templo románico.

Origen y construcción[editar]

Vista general del castillo y catedral de Zamora.

La construcción de la catedral se atribuye al obispo Esteban, sucesor de Bernardo, levantada seguramente sobre el local de la anterior, en lo mejor de la ciudad, junto al castillo, y patrocinada por Alfonso VII de León y su hermana, la infanta-reina Sancha Raimúndez. Respecto a las fechas de inicio y final de las obras de la catedral, no hay acuerdo entre los autores, si bien existen una serie de datos que permiten hacer algunas precisiones.

Esta casa se hizo sobre la salomónica que la precedió. Aquí añadid la fe. Y esta casa sucede a aquella por su magnificencia y coste. Se realizó en veintitrés años desde que se cimentó. Se consagró con la ayuda del Señor el año MCLXXIII, teniéndose a Esteban por su constructor'.

Tradicionalmente se ha admitido que la fábrica se alzó de un solo tirón en tan solo 23 años (1151-1174), como parece atestiguar un epígrafe situado en el extremo norte del crucero en el que se copiaron otros más antiguos referentes a la breve historia de la catedral y epitafios de los tres primeros obispos. El que nos interesa dice así:

Recientes y meticulosos análisis de la documentación existente han permitido asegurar que las obras, al menos las de cimentación, estaban ya en marcha en 1139, en tiempos del obispo Bernardo y que, a su muerte, ya estaban edificadas la cabecera, nave meridional y portada de este lado pues fue enterrado en el lado sur, correspondiendo la continuación de la construcción a Esteban que la consagró en 1174, aunque este último detalle no supuso la terminación de las obras, ya que las mismas continuaron durante el obispado de su sucesor, Guillermo (1176-1192), que levantaría el transepto y el cuerpo de la iglesia, en tanto que el claustro y la torre estaban en obras en el primer tercio del s. xiii.

La insólita celeridad de su fábrica se tradujo en una unidad de estilo poco frecuente en aquel siglo y en una extrema austeridad decorativa, más propia de lo cisterciense que de otros templos coetáneos de la península. Aun así, se proyectó según los cánones borgoñones clásicos y, sobre su marcha, se introdujeron sustanciales novedades en la cobertura por influencia cisterciense y oriental. Las bóvedas de ojivas de su nave central son de las más tempranas de España y anuncian ya el gótico.

Un solo maestro, anónimo como es habitual, la proyectó y dirigió su construcción. Para Gómez-Moreno era foráneo y figura de primer orden, seguramente francés traído por el obispo Bernardo, y hubo de estar en contacto con los maestros al servicio de los normandos en Sicilia, donde los orientalismos estaban al orden del día. Sin embargo, no se le puede identificar con el "Guillermo maçonerius" o el "Munendo pedreyo" que figuran en documentos de la época, ni tampoco con el "magister Oddo" que aparece dirigiendo los trabajos en 1182. Su personalidad habría de imponerse a otras en otras construcciones del valle del Duero, especialmente en ToroSalamancaCiudad Rodrigo y Benavente. En las últimas fases debió intervenir el maestro Fruchel cuya presencia está documentada entre el 1182 y 1204.

Descripción[editar]

Torre del Salvador.
Cristo de las Injurias, venerado en la capilla de San Bernardo.
Cristo de la Urna de Luis Álvarez Duarte en la catedral.3
Cúpula románica gallonada.
Portada del Obispo

El templo románico, tiene planta de tres naves, en origen tres ábsides, que debían ser parecidos a los de la colegiata de Toro y que se sustituyeron en el siglo xv por los actuales góticos y un crucero poco marcados en planta. Los transeptos se cubren con bóvedas de cañón apuntado, las naves laterales con bóvedas de arista capilazadas, y la nave central con bóveda de crucería tardorrománica o protogótica.

Sobre el crucero, apoyado internamente, se alza el cimborrio, que es un tambor perforado por 16 ventanas sobre el que se elevan las dos cúpulas, una interna semicircular, gallonada, y otra externa ligeramente apuntada. Tiene planta de cruz latina, tres naves de cuatro tramos y tres ábsides que fueron sustituidos por una cabecera gótica en el siglo xvi. El exterior se ameniza con cuatro cupulines que sirven para reforzar las esquinas y cuatro frontones hacia los puntos cardinales que apuntalan la bóveda. Es, con su decoración exterior de escamas, el elemento más destacado del templo y un auténtico símbolo de la ciudad. De «obra genial sin paralelo en la arquitectura medieval» la calificó el historiador José Ángel Rivera de las Heras, quien añade que se convirtió en «cabeza de serie de obras semejantes en la Catedral Vieja de Salamanca, la Colegiata de Toro o la sala capitular de la seo de Plasencia»,4​ singular grupo que fue denominado por el historiador Manuel Gómez-Moreno como cimborrios bizantino-leoneses.

Hay que destacar también el coro, que fue construido entre 1512 y 1516 por Juan de Bruselas. La sillería del coro destaca por la abundancia de temas de carácter profano: escenas basadas en fábulas, proverbios, refranes, mitología y también de la vida cotidiana.

La torre del Salvador, de 45 metros de altura, se construyó a lo largo del siglo xiii, aunque el estilo es románico. Se cree que originalmente tuvo también una función defensiva, para lo que debió ser dotada de almenas, que aumentarían unos metros adicionales su altura. Sirvió hasta el terremoto de Lisboa de 1755 como cárcel del Cabildo.

Desde el claustro se accede al Museo Catedralicio, que alberga, entre otros, una importante colección de tapices.

El interior del templo posee numerosos símbolos e inscripciones en sus muros que aún hoy siguen descubriéndose, como la que recientemente se ha recuperado de antiguas y desafortunadas intervenciones que hace mención a posesiones de la iglesia en "Orlelos" y "Carvillino" (actuales Roelos y Carbellino).

Retablos mayores[editar]

Cuatro han sido los retablos mayores que ha tenido. El original románico fue sustituido por uno de estilo gótico hispano-flamenco, realizado por el pintor Fernando Gallego y su taller entre 1490 y 1494. Este a su vez fue vendido en 1715 a la parroquia del pueblo de Arcenillas (a 7 kilómetros de la capital), por 3240 reales y algunas cargas de grano. Se desconoce cuántas tablas lo integraban, aunque se sabe que eran al menos 35. Con la desamortización 19 fueron a parar a manos del ejecutor de la misma en la zona, Manuel Ruiz-Zorrilla (dos descendientes suyos donaron en 1925 al Obispado las dos que se exhiben en el Museo Catedralicio). En el inventario realizado en 1897 faltaba otra más, que no se había recuperado tras una exposición. El número continuó menguando con el paso del tiempo, pues de estas 15, cuatro fueron robadas el 22 de noviembre de 1993 y hasta la fecha no han sido recuperadas. De las otras 24 tablas solo se conoce el paradero de tres: 2 se conservan actualmente en el Museo Catedralicio: "Pentecostés" y "Noli me tangere", y otra más en el Museo de Bellas Artes de Asturias, "Adoración de los Magos", en el que ingresó en 1994, integrada en el conjunto de obras de la colección Masaveu que dicho museo recibió como dación de pago del impuesto de sucesiones de Pedro Masaveu. Este último cuadro fue identificado como procedente de Arcenillas en 2005 gracias a las investigaciones del zamorano Enrique Rodríguez García.5​ Ya antes de las tablas del altar mayor, la catedral había encargado a Gallego otro retablo para la capilla de San Ildefonso a finales de la década de 1470 (este conservado in situ) y que está considerado como la obra más temprana de cuantas se conservan del pintor. El sustituto del retablo gótico fue un altar barroco del escultor Joaquín Benito Churriguera, de efímera vida, puesto que sufrió daños por el terremoto que el 1 de noviembre de 1755 arrasó Lisboa (cuyos efectos se sintieron también en otras provincias españolas) y a consecuencia de ello fue desmontado en 1758, siendo malvendido al año siguiente, parece ser que para hacer fuego, desapareciendo con ello la que según los datos que se conocen constituyó la obra cumbre de su autor. Lo sustituyó el actual, de mármoles y bronce dorado, diseñado en estilo neoclásico por Ventura Rodríguez, para el que se inspiró en el que había diseñado Sabatini para la Catedral de Segovia.

Epitafio de la infanta Sancha Raimúndez[editar]

En el muro izquierdo del presbiterio de la catedral se encuentra colocado un epitafio, compuesto entre 1620 y 1621 por Alonso de Remesal, en el que se afirma que la infanta Sancha Raimúndez, hija de la reina Urraca I de León y hermana de Alfonso VII de León, fue sepultura allí:6

HIC IACET ILLUSTRIS DOMINA SANCIA INFANTISSA SOROR ADEPHONSI IMPERATORIS.

No obstante, a pesar de dicho epitafio y de las afirmaciones de algunos historiadores, está documentado que el cadáver de la infanta Sancha recibió sepultura en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León, donde en la actualidad se conserva su cadáver incorrupto.7

Capilla de San Bernardo[editar]

Fue fundada a mediados del siglo xiv por el obispo Alfonso Fernández de Valencia,8​ que era bisnieto de los reyes Alfonso X y Sancho IV de Castilla,9​ con el propósito de destinarla a panteón privado. Dicho prelado falleció en 1365 y fue sepultado en ella, y el 10 de enero de 1421 el patronato de la capilla fue concedido por el cabildo catedralicio al mariscal de Castilla Juan de Valencia,8​ sobrino carnal del obispo fundador.10

En la capilla se venera desde 1835 la imagen del Cristo de las Injurias, que llegó a la catedral, procedente del desaparecido monasterio de San Jerónimo de Zamora, durante la Desamortización de Mendizábal.11​ Y durante la Guerra de la Independencia Española dicha imagen estuvo a punto de ser quemada por los soldados franceses, aunque fue rescatada por el canónigo Martín Pérez de Tejeda.11

Portada del Obispo[editar]

La Portada del Obispo es la única que se mantiene completa de las tres originales. Es junto al cimborrio la pieza más valiosa de todo lo románico de la Catedral de Zamora constituyendo un ejemplo de decoración arquitectónica, sin apenas escultura.

Se divide en tres calles que a su vez están divididas en dos pisos, los inferiores contienen sendos arquillos con lo mejor de la escultura románica zamorana, uno, con San Juan y San Pablo y otro con una Virgen Theotokos. En el siguiente piso solo aparece una arquería ciega.

Rematando todo el conjunto se yerguen sobre los estribos y las dos pilastras acanaladas que recorren la fachada tres arcos ligeramente apuntados que conforman el remate del hastial.






La catedral del Buen Pastor de San Sebastián (GuipúzcoaPaís VascoEspaña) es la sede de la diócesis de San Sebastián, perteneciente a la archidiócesis de Pamplona. El edificio religioso más notorio de la capital guipuzcoana, dotado de una acusada verticalidad, y el más grande de Guipúzcoa, su construcción tuvo lugar en los últimos años del siglo XIX en un estilo historicista neogótico. Desde 1953 ostenta el rango de catedral.

Catedral del Buen Pastor
patrimonio construido vasco destacado y parte de un sitio Patrimonio de la Humanidad
Catedral del Buen Pastor (9225828442).jpg
Fachada frontal
Localización
PaísBandera de España España
ComunidadFlag of the Basque Country.svg País Vasco
ProvinciaGuipúzcoa.svg Guipúzcoa
LocalidadSan Sebastián
Coordenadas43°19′00″N 1°58′54″O
Información religiosa
CultoIglesia católica
ArchidiócesisPamplona
DiócesisSan Sebastián
OrdenClero secular
AccesoLibre
UsoIglesia
EstatusCatedral
AdvocaciónEl Buen Pastor
Dedicación30 de julio de 1897
SacerdoteKoldo Apezteguia
Historia del edificio
Fundación1897
Construcción1889-1897
ArquitectoManuel Echave
Ramón Cortázar (torre)
Datos arquitectónicos
Tipoplanta de cruz latina, contres naves longitudinales, crucero y cabecera pentagonal
EstiloNeogótico
Superficie1915 m²
Aforo4.000 personas
Nave principal3
TorresUna en el centro de fachada (75 m de altura)
Longitud64 m (nave)
Anchura36 m (crucero)
Altura25 m (nave)

Historia[editar]

En 1881, mediante Real Orden, se adoptó para San Sebastián una nueva división parroquial que incluía la creación de una parroquia, reclamada desde hacía años por los habitantes de la zona, en la parte meridional de la ciudad, lo que luego se llamaría el Ensanche de Amara. En agosto de 1887 el Ayuntamiento cedió un terreno entre el río Urumea y la Playa de la Concha, ocupado por arenales y marismas, para la construcción del templo. Hasta que éste estuvo terminado, las necesidades espirituales de la feligresía local fueron satisfechas por una parroquia provisional, consagrada al Sagrado Corazón de Jesús; inaugurado en marzo de 1888, este templo rudimentario estaba hecho de madera y se situaba entre las calles de Loyola y el Príncipe, en el cercano y antiguo Mercado de San Martín.1

La reina regente, María Cristina de Austria, y su hijo, el rey Alfonso XIII, inauguraron el templo en 1897.

En diciembre de 1887 una junta constructora presidida por el arcipreste Martín Lorenzo de Urizar Zalduegui-Ariño definió las bases del concurso de proyectos y prefijó un presupuesto de 750.000 pesetas, así como la capacidad del templo y su estilo arquitectónico, que debía ser neogótico. Los proyectos presentados fueron cuatro, siendo elegido el trazado por el arquitecto donostiarra Manuel Echave,2​ a quien le fue encomendada la dirección de las obras. La nueva iglesia tomaría la advocación del Buen Pastor.

A la colocación de la primera piedra se invitó a la familia real española, que se encontraba veraneando en la ciudad. Los actos tuvieron lugar el 29 de septiembre de 1888. La reina regente, María Cristina, sus hijos y el infante Antonio de Orleans y Borbón, junto con ministros y demás autoridades, asistieron a la solemne misa que el prelado diocesano Mariano Miguel Gómez celebró en la parroquia provisional del Sagrado Corazón. Finalizada la ceremonia, la regia comitiva se trasladó al solar destinado al nuevo templo y allí procedió a colocar la primera piedra, que cubrió una caja de plomo, en la que se encerraron los retratos del Papa y de la familia real, varias monedas de la época y ejemplares de la Gaceta de Madrid y del Boletín Eclesiástico. El acta de la ceremonia fue suscrita por el rey niño Alfonso XIII, de dos años y cuatro meses de edad, para lo que su madre le hubo de llevar la mano, siendo la primera vez en que el monarca estampara su firma en un documento oficial.

Echave pasó a ejecutar las obras teniendo como maestro de las mismas a José Vicente Mendía y, tras fallecer este, al maestro cantero Agustín de Zumalabe. Las labores de cimentación exigieron un escrupuloso drenaje del solar, hasta dar con arena consolidada. Para la arquitectura general se eligió piedra arenisca de las canteras del monte Igueldo; las bóvedas fueron confeccionadas con toba procedente de Ocio (Álava) y la pizarra de las cubiertas se trajo de Angers (Francia). Los operarios fueron todos vascos. Para la talla de piedra de los capiteles, adornos, ventanales y agujas que decoran el interior y el exterior se aceptaron los modelos presentados por el artista local Julio Gargallo.

Aspecto del interior de la catedral

Tras sólo nueve años de obras (incluidos los casi dos en que éstas estuvieron suspendidas por falta de recursos, además de que la torre aún no estaba rematada), la iglesia del Buen Pastor fue consagrada al culto el 30 de julio de 1897. De nuevo, asistió al magno acto la familia real, con la reina regente María Cristina, el rey Alfonso XIII y la infanta María Teresa. La misa fue oficiada por Ramón Fernández de Piérola, obispo de Vitoriadiócesis a la que entonces pertenecía Guipúzcoa. La torre quedó terminada en 1899 bajo la dirección de Ramón Cortázar. Al final, la construcción del templo costó más de 1.500.000 pesetas, y eso sin incluir los altares y retablos.

De acuerdo a la bula papal Quo commodus del 2 de noviembre de 1949, en 1950 se segregaron de la Diócesis vitoriana las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa, constituyéndose las diócesis de Bilbao y San Sebastián. El primer prelado fue el eclesiástico catalán Jaime Font i Andreu, nombrado para el cargo el 13 de mayo de 1950 y en funciones desde el 3 de septiembre de ese año. Surgiendo la necesidad de escoger un templo donostiarra para servir de sede de la Diócesis local, el escogido fue, por su magnificencia y modernidad, el del Buen Pastor. El 30 de julio de 1953, finalmente, el templo adquirió el rango catedralicio con la consagración del nuevo altar mayor, fungiendo de párroco Ignacio Lasquibar Olaciregui, al que en 1954 tomó el relevo Román Mendiguchia.

Terminaron entonces cuatro años de reformas y modificaciones, necesarias para acondicionar el templo conforme a su nuevo uso diocesano. Así, se transformó por completo el presbiterio con la instalación de una nueva mesa y la retirada del altar mayor original, de estilo neogótico florido, tallado en madera de cedro por los talleres barceloneses de Juan Riera, que fue reemplazado por una sillería para el servicio coral y por la imagen del Buen Pastor; la Capilla de la Inmaculada fue transformada en sala capitular; y la Capilla del Cristo, en la cripta, se convirtió en la nueva sacristía parroquial, quedando la anterior sacristía para el servicio exclusivo del cabildo.

En 1972, siendo obispo Jacinto Argaya Goicoechea y con motivo del 75º aniversario de su inauguración, se acometió una segunda reforma del templo. Entonces, fueron retirados el púlpito neogótico, obra del artista donostiarra Nicolás Medive, que estaba adosado a uno de los pilares, y los altares dedicados a la Dolorosa, la Virgen del Rosario y la Virgen del Pilar. También, se restauraron tejados y vidrieras, se limpiaron muros y bóvedas, se sustituyó el antiguo suelo de roble americano por otro de mármol, se mejoró la iluminación interior y se instalaron nuevos bancos.

Descripción[editar]

Aspecto de la torre-aguja de la Catedral

En el proyecto de obra del arquitecto Echave, quien al parecer se inspiró en la catedral de Colonia, constan las medidas del templo: una superficie de 1.915 metros cuadrados, una altura de las naves de 25 metros, una torre de 75 metros, una nave central de 64 metros de longitud por 36 de anchura máxima en su crucero, y un aforo de 4.000 personas.

Se trata de una iglesia con planta de cruz latina, tres naves longitudinales, nave transversal o crucero y cabecera pentagonal. Carece de girola. Los dos hastiales del transepto alojan dos grandes ventanales-rosetones que acentúan la luminosidad interior del templo. Las naves hasta el crucero, de las que es más ancha y elevada la central, se segmentan en cinco tramos cubiertos con bóvedas barlongas de crucería simple. Los dos brazos del transepto constan de dos tramos abovedados de igual manera. El crucero es el único tramo que presenta crucería compleja, al incorporar terceletes entre los nervios principales. Desde el crucero hasta la cabecera, las naves se prolongan con otros tres tramos. En este espacio posterior las naves laterales se convierten en cuatro, dos a cada lado, hasta igualar la anchura del transepto, dando como resultado sendos espacios de igual altura divididos en seis tramos y separados por cuatro pilares. La esbelta torre-campanario, situada sobre el pórtico de entrada, se inspira claramente en las agujas de la Catedral de Colonia. El conjunto de pilastas y contrafuertes rematadas en pináculos y de gabletes rematados en cogollos realzan la verticalidad de todo el edificio.

Mobiliario interior[editar]

La Capilla Mayor, desde la reforma de 1972, aparece austeramente guarnecida por una sillería coral trabajada por la casa Goicoechea y Arín, de Vitoria. Sobre ella, posada sobre una peana que cuelga del ochavo central del ábside, la talla del Buen Pastor, que estuvo en el primitivo altar mayor neogótico. Es obra del artista barcelonés José Llimona, autor también de la tallas de los Cuatro Evangelistas, procedentes asimismo del viejo altar y hoy colocadas en los pilares del crucero. Bajo los rosetones del transepto el proyecto inicial contemplaba sendas puertas que finalmente fueron sustituidas por dos retablos, de estilo neogótico y dorados, colocados las advocaciones del Sagrado Corazón de Jesús y la Inmaculada Concepción de María. Fueron instalados respectivamente en 1907 y 1917. Otros elementos de interés son los retablos y altares de la Sagrada Familia, la Virgen del Carmen, San Antonio y San Francisco de Asís, obras de Julio Gargallo. Este artista trabajó también en los altares de Santa Teresa y de la Virgen del Perpetuo Socorro. La talla sedente de la Virgen del Rosario presidió un altar suprimido en 1972.

Cripta[editar]

Situada bajo el presbiterio, hace funciones de sacristía parroquial desde la reforma de 1949-1953. En ella descansan los restos del primer párroco, Martín Lorenzo de Urizar.

Vidrieras[editar]

Vidrieras de la cabecera

Fueron proyectadas por Juan Bautista Lázaro y fabricadas por las casas Bolinaga y Cía., de León, y Pujol, de Barcelona. Las que cierran las siete ventanas dobles del ábside representan a los doce apóstoles y los Sagrados Corazones de Jesús y María. También dispone de vidrieras figurativas en el baptisterio. El resto de las vidrieras se incorporan en ventanas dobles (parte superior) y triples (parte inferior), y recorren la mayor parte de los muros laterales. Dos rosetones se abren en los testeros del transepto.

Órgano[editar]

El órgano actual, segundo de los tenidos por la Catedral, fue inaugurado en el coro alto del templo en 1954. Según datos publicados entonces, se trataba del mayor órgano de España y de uno de los mayores de Europa. Su consola principal consta de cinco teclados para manos, uno de pies y 106 registros; además, en el presbiterio se sitúa un órgano de ecos con dos teclados manuales, pedalero y 20 registros. El órgano coral alberga en su interior y exterior 9.535 tubos sonoros, el mayor de los cuales mide 10 metros. Su peso alcanza las 30 toneladas. El enorme instrumento fue costeado, por un precio de más de 1,5 millones de pesetas, gracias al legado del donostiarra Fermín Lasala, duque de Mandas (1832-1917). Fue construido en 1953 por Organería Española, de Azpeitia, y sus ventiladores, de varios caballos de potencia, fueron adquiridos a la casa Meindinger de Basilea.

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