ESCULTURAS DE ESPAÑA
El retablo de los santos segovianos está ubicado en el trascoro de la catedral de Santa María de la ciudad de Segovia. Es una obra de estilo neoclásico, fue realizado en mármoles de varios colores y mármol en 1784 por el arquitecto español Ventura Rodríguez (1717-1785) y custodia las reliquias de san Frutos, san Valentín y santa Engracia, hermanos y santos segovianos.
Historia y descripción[editar]
Este retablo fue encargado en principio para la capilla del Palacio Real de Riofrío, donde estuvo colocado varios años, pero tras quedarse deshabitado el palacio, el Obispo de Segovia solicitó a Carlos III de España que fuese trasladado a la catedral de Segovia, con el fin de que albergase las reliquias que ésta conservaba de los tres santos hermanos segovianos.
La traza del retablo fue realizada por Ventura Rodríguez, arquitecto español al servicio de la casa real, y las estatuas de San Felipe y Santa Isabel situadas en los laterales fueron ejecutadas también en mármol por los escultores franceses Humbert Dumandré y Juan Tierri, en memoria de los reyes Felipe V de España e Isabel de Farnesio. La hornacina central custodia una caja de bronce y plata en la que se encuentran las reliquias de san Frutos, patrón de la Diócesis de Segovia, y las de sus hermanos san Valentín y santa Engracia.
Retablo de los santos segovianos | ||
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![]() Retablo de los santos segovianos en la catedral de Segovia. | ||
Autor | Ventura Rodríguez | |
Creación | 1784 | |
Ubicación | Catedral de Segovia | |
Estilo | Neoclásico | |
Material | Mármol y bronce |
El retablo del altar mayor de la catedral de Segovia está ubicado en la cabecera de la catedral de Santa María de la ciudad de Segovia. Es una obra de estilo neoclásico, fue realizado en mármoles de varios colores y bronces en el siglo xviii por el arquitecto italiano Francesco Sabatini (1722-1797) y está dedicado a la Virgen de la Paz.
Historia y descripción[editar]
Se desconoce la fecha y otros aspectos de la contratación del conjunto, que tuvo lugar en el último tercio del siglo xviii. Se sabe que su presupuesto inicial fue de 585.000 reales, y su inversión final ascendió a 620.379 reales. Tampoco se conoce la fecha de finalización del conjunto, que ya lo estaba en 1775, año en que Sabatini solicita licencia al rey para levantar el retablo de los teatinos en la iglesia de san Cayetano de Madrid (que al final no realiza), en cuyo documento sostiene haber terminado ya el de la catedral de Segovia.1
El retablo consta de dos cuerpos de diferentes alturas: el inferior es de mayor tamaño, enmarcado por dos columnas a cada lado, quedando en el centro la hornacina que custodia la imagen sedente de la Virgen de la Paz, una talla del siglo xiv que fue donada por Enrique IV de Castilla a la catedral, y que pudo pertenecer a Fernando III de Castilla, recubierta de plata en 1775 por Antonio Vendetti. En los intercolumnios se hallan dos grandes imágenes realizadas en mármol blanco, que representan a san Frutos (patrón de Segovia) y san Jeroteo (supuesto primer obispo de la diócesis), ambas obras de Manuel Adeba Pacheco.
En el centro del segundo cuerpo se localiza el anagrama mariano, y custodiándolo, dos imágenes, también de mármol blanco, que representan a san Valentín y santa Engracia (santos segovianos, hermanos de san Frutos) sentados, y en la cúspide, un angelote que sostiene una cruz entre nubes.
Este retablo es un importante jalón en la evolución de la retablística española hacia el Neoclasicismo, por cuanto ejemplifica varias de las novedades que este estilo impuso en la misma. En primer lugar, su tamaño es claramente inferior al que se preveía en el cascarón del ábside catedralicio, que se construyó con un muro ciego con ventanales en lo alto, seguramente como previsión de colocar un retablo aparatoso y de grandes dimensiones. La estética neoclásica rechazó los abigarrados y monumentales retablos barrocos, en favor de muebles más sencillos y proporcionados. Los materiales con que está realizado el retablo segoviano (mármoles, jaspes y bronce) también se contraponen a la madera dorada y policromada, tradicional en los retablos hasta entonces; es más, se huye deliberadamente del uso excesivo del oro y del color, siendo llamativo que las esculturas no estén policromadas. Finalmente, la propia iconografía descarta el sentido narrativo y exuberante del Barroco y se limita a esculturas, siendo notable que el coronamiento sustituya el tradicional calvario por una simple cruz con ángeles adoradores, o que en el segundo cuerpo, la parte más llamativa y visible, se opte por un sencillo anagrama en relieve. Desaparecen también las tradicionales divisiones o compartimentaciones (encasamientos), así como la predela; la ordenación arquitectónica del conjunto la protagonizan las columnas, que muestran capiteles análogos a los que usa Sabatini en otras obras suyas, como la Puerta de Alcalá.
En definitiva, el retablo de la seo de Segovia muestra de manera clara los cambios estéticos y funcionales que experimentó el arte religioso durante el Neoclasicismo.
Retablo mayor de la catedral de Segovia | ||
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![]() Retablo del altar mayor de la catedral de Segovia. | ||
Autor | Francesco Sabatini | |
Creación | siglo xviii | |
Ubicación | Catedral de Segovia | |
Estilo | Neoclásico | |
Material | Mármol y bronce |
El sepulcro del obispo Antonio Idiázquez es un monumento funerario barroco ubicado en la capilla de San Antón de la catedral de Segovia. Representa a Antonio Idiáquez Manrique, obispo de Ciudad Rodrigo y de Segovia.
El prelado falleció en 1615, aunque no fue hasta principios del siglo xviii cuando se llevó a cabo la ejecución del monumento funerario.
Fue realizado en piedra caliza blanca, y terminado hacia el año 1714. Sigue el modelo de las obras de Gian Lorenzo Bernini, y fue diseñado por Carlos de la Colina, con escultura orante del prelado acompañado de un paje, del segoviano José Galbán, yerno de Juan Alonso de Villabrille y Ron.
Se encuentra en la capilla de San Antón de la catedral, que el obispo Idiázquez fundó y dotó a su costa.
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