sábado, 4 de noviembre de 2023

HISTORIA DE ESPAÑA

 ESCULTURAS DE ESPAÑA

La Inmaculada Concepción es una talla realizada hacia 1670 y atribuida al círculo de José de Rozas,12​ hijo del también escultor Alonso de Rozas. Está ubicada en la la Capilla de la Inmaculada de Iglesia de San Miguel y San Julián, en Valladolid (Castilla y LeónEspaña). Se conoce que para 1686 ya era la imagen titular de este espacio de acuerdo con el testamento de Ana de Aguilar.1​ Del mismo modo, también se sabe que el autor se inspiró en un cuadro para su elaboración por la disposición del manto.


Inmaculada Concepción
Autoratribuida al círculo de José de Rozas
Creaciónc. 1670
UbicaciónIglesia de San Miguel y San JuliánValladolid (Castilla y LeónEspaña)
Estilobarroco
Materialmadera policromada










La Virgen Peregrina es una imagen de vestir, de la escultora Luisa Roldán, tallada en madera y policromada que mide 135 cm cuya fecha de ejecución data de alrededor de 1687. Sólo la cabeza y las manos están talladas, el resto es un maniquí o candelero. Lleva en los brazos un Niño Jesús desnudo que es una escultura entera. Se conserva en el museo de las Madres Benedictinas de la villa de Sahagún en León (España). Procede del convento franciscano que hubo a la entrada de esta localidad. Desde finales del siglo xvii fue su imagen titular y a partir de mediados del XVIII fue patrona de la villa.

Historia de una adquisición[editar]

Una serie de sucesos fortuitos dieron lugar a que los frailes de este convento tuvieran en su poder una talla de tal valor artístico y procedente de lejanas tierras de Andalucía. En el último tercio del siglo xvii el convento se hallaba en estado decadente y con poca vida. En 1683 fray Francisco Salmerón que ocupaba el cargo de guardián tuvo la idea de traer a Sahagún el colegio misionero que a la sazón se encontraba en las inmediaciones de Sepúlveda, en tierras segovianas. El comisario general autorizó la propuesta y de esta forma el convento de Sahagún pudo salir de su letargo.

Años más tarde el padre Salmerón fue nombrado visitador general de las provincias franciscanas en Andalucía. Hizo el viaje en 1687 acompañado por fray Antonio González (nuevo guardián del convento) y fray Felipe (secretario del seminario). Fray Felipe tuvo la oportunidad de visitar el taller por entonces famoso del escultor Pedro Roldán y allí vio (todavía sin armar) la cabeza y las manos que correspondían a la figura de una Virgen, más un niño Jesús que habría de ser el complemento, todo obra de Luisa Roldán, hija del escultor.nota 1

Fray Felipe pensó que aquella imagen sería la ideal para colocarla en el altar mayor del convento de Sahagún para ser contemplada y venerada por los seminaristas misioneros que se educaban en aquella casa. Pero de momento tuvo que renunciar a su adquisición debido al alto costo. El problema se resolvió gracias a un rico comerciante que intervino generosamente comprando y regalando a los franciscanos la obra de arte. De esta manera llegó la imagen al convento donde el 2 de julio de 1688 se organizó una solemne ceremonia en su honor. Se hizo tan popular y querida entre los feligreses que los frailes construyeron en 1744 un camarín en una capilla especial para su exposición.1

En 1758, la Sagrada Congregación de Ritos institucionales proclamó Patrona de Sahagún a la Virgen Peregrina. La historia del convento se fue desarrollando con normalidad hasta los tiempos de la Guerra de la Independencia Española y de las desamortizaciones más tarde. La capilla y camarín de la Virgen fue deteriorándose y perdiendo interés; fue necesario trasladar la imagen a la iglesia de San Juan que tenía culto y más tarde a la de San Lorenzo hasta la decisión final de llevarla a un lugar seguro: el museo de las Madres Benedictinas de Sahagún, donde goza de un lugar destacado y recibe los oportunos cuidados, como símbolo religioso y como obra de arte de gran calidad.

Descripción[editar]

Es una imagen de vestir lo que significa que sólo la cabeza y manos están talladas, además del complemento de la figura del Niño. Representa una joven María que sujeta al hijo en su brazo izquierdo. El Niño es una figura entera, de bulto redondo, exquisitamente trabajada, que inclina su cabecita hacia la madre mientras su brazo derecho se alza para abrazarla por el cuello. Su policromía es de gran calidad lo mismo que el brillo y pulimento. Los ojos de la Peregrina son de cristal y el cabello y pestañas de pelo natural. El pelo fue donado por una joven muchacha enferma de leucemia, gran devota de la imagen, y que se encomendó a ella. Murió esta a la edad de 14 años.

El vestido es también obra esmerada. Lleva una camisa con cuello y puños de encaje, velo de encaje, corpiño o chaquetilla con mangas, falda y manto de rica tela de seda con bordados de temas vegetales. La esclavina es de terciopelo y también va bordada. Para demostrar el carácter de Virgen peregrina lleva los atributos del bordón y las conchas. El bordón (o bastón de peregrino) es de plata y está rematado por una cruz. Como adorno adicional cuelga una concha o venera también de plata. Las conchas peregrinas están bordadas sobre la esclavina. De la cintura pende un bolso pequeño, plano y de plata como símbolo del zurrón de los peregrinos.

Siguiendo la tradición de las imágenes muy famosas y veneradas, los fieles fueron regalando a lo largo del tiempo todo un ajuar de joyas (anillos, pendientes, broches, coronas), vestidos y mantos.El día de su fiesta se le ponen numerosas y valiosas joyas donadas a lo largo de los años, y en la actualidad, por la devoción popular.En algunas épocas del año, se la viste de peregrina, con un vestido diferente al de "reina", con Pamela con flores en lugar de la corona de plata, con Bordón de madera en vez de plata y sin ningún tipo de joyas.

En el año 2013 la imagen de la virgen ha sido restaurada, centrándose en el estado de los dedos, que se encontraban prácticamente todos rotos debido a los viajes que ha tenido la imagen estos últimos años. También se le ha recuperado el color original de la cara.

La imagen mariana, con sus complementos, pertenece a la hermandad de la Virgen Peregrina, aunque en los últimos años, el ayuntamiento de Sahagún está colaborando con la hermandad para alcanzar una mayor difusión de la imagen.

Difusión de la imagen[editar]

Fue tal la fama adquirida que esta imagen se reprodujo pronto en copias y en grabados, uno de los cuales se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Valladolid, cuyo autor fue Ventura de Ágreda, hacia la mitad del siglo xviii. A raíz de este grabado se hicieron copias en pintura que los misioneros españoles llevaron a América.













Lo sagrado hecho real fue una importante exposición de pintura y escultura del Barroco español, religiosa en casi su totalidad, que fue presentada en la National Gallery de Londres, la National Gallery of Art de Washington y en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid en los años 2009-10. Supuso una indagación sobre aspectos del Barroco y una incorporación de las últimas innovaciones historiográficas en el campo de la imagen católica. Asimismo se integra en el interés, manifestado en la primera década del siglo xxi, por este movimiento artístico.

Trayectoria[editar]

La exposición tuvo una gran acogida internacional, tras su presentación en octubre de 2009 en la National Gallery de Londres —donde había sido concebida y organizada por Xavier Bray conservador de esta institución1​— y luego en la National Gallery of Art de Washington.

Tras el éxito que la muestra tuvo en Londres y Washington, se pudo ver en el entonces Museo Nacional Colegio de San Gregorio (hoy, Museo Nacional de Escultura) de Valladolid, que había participado en ese evento, entre otras cosas, con dos importantes imágenes: la Magdalena penitente de Pedro de Mena y el Cristo yacente de Gregorio Fernández. Fue inaugurada por el Ministerio de Cultura el 5 de julio de 2010. En principio, iba a presentarse en España del 6 de julio al 30 de septiembre de 2010, pero fue prolongada hasta el 17 de octubre.

En la National Gallery de Londres se expuso del 21 de octubre de 2009 al 24 de enero de 2010. con éxito (más de 100.000 visitantes), y a continuación en la National Gallery of Art de Washington, entre el 28 de febrero y el 31 de mayo de 2010 (unas 85.000 personas). Finalmente estuvo en el citado Museo Nacional de Valladolid, que en conjunto atrajo a 38.500 visitantes.

Tema[editar]

La muestra sintética de 28 piezas estaba formada por una secuencia de obras, muy elegidas, muy significativas, para reconstruir los vínculos no bien resaltados que se trabaron en el siglo xvii entre dos artes en parte disjuntas pero complementarias, la pintura y la escultura.2​ Pintura y escultura, rivales entre sí, colaboraban abiertamente en la policromía, e indirectamente en ciertas obras pictóricas que tenían cierta inspiración escultural. Gracias a esa conjunción se logró una técnica virtuosa, realista, de imágenes desgarradoras que deseaban reforzar la fe católica. El resultado fue un arte sensorial, extraño y complejo, al servicio de la divulgación religiosa en ese tiempo de masificación que fue el siglo xvii.

Señala M. Bolaños, directora del citado Museo Nacional, que para los espectadores españoles son imágenes familiares, aunque no en esta nueva presentación; mientras que para los anglosajones protestantes, cuya educación recela de la imagen religiosa, la exposición ha supuesto un redescubrimiento del Barroco español, de nuestro gusto brutal e insólito por la muerte, por las lágrimas y la sangre. En ambos casos inspira en el visitante reflexión y sorpresa.

El pintor Pacheco y el escultor Martínez MontañésAlonso CanoDiego VelázquezGregorio FernándezPedro de MenaZurbarán o José Ribera se unen en Lo sagrado hecho real para reconstituir ese contraste fecundo entre escultores y pintores del siglo xvii, para contextualizar artísticamente el imaginario católico español con su teatralidad persuasiva. Pero, además, ofrece un aliento más amplio, al inscribirse en el interés contemporáneo por el Barroco, que mantiene un eco muy vivo en la crítica y en la creación del presente.













Púlpito de la catedral de Segovia

Púlpito de la catedral de Segovia.

El púlpito de la catedral de Segovia es una pieza escultórica que se conserva en la catedral de Santa María de la ciudad de Segovia (Castilla y León).

Procede del antiguo monasterio de San Francisco de la villa segoviana de Cuéllar, erigido por la Casa de la Cueva como panteón del Ducado de Alburquerque. Se trata de una pieza del siglo xvii, realizada posiblemente en Génova, en mármol de diversos colores, siendo el blanco y el encarnado la base de la pieza. Su plafón central custodia en relieve a la Inmaculada Concepción, mientras que en los laterales aparecen del mismo modo los cuatro evangelistas: MarcosMateoLucas y Juan. Junto a la base, y realizado también en mármoles de colores, custodia el escudo de la Casa de la Cueva.

Tras la exclaustración del monasterio en 1835, el púlpito fue donado por su entonces propietario, Nicolás Osorio y Zayasmarqués de Alcañices y duque de Alburquerque al cabildo segoviano, que lo instaló en la iglesia catedral de la ciudad el 23 de enero de 1845.

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