miércoles, 22 de noviembre de 2023

HISTORIA DE ESPAÑA

 ESCULTURAS DE ESPAÑA

Nuestra Señora del Rosario es una advocación de la Virgen María venerada en la Basílica de la Macarena, en el barrio de San Gil de la ciudad de Sevilla, en la comunidad autónoma de Andalucía (España). Se trata de una de las titulares y patrona de la Hermandad de la Esperanza Macarena, junto con Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de la Esperanza Macarena.

Su advocación corresponde a la Virgen del Rosario y su fiesta se celebra el 7 de octubre, dentro de los actos de las Fiestas del Barrio de la Macarena.

Descripción[editar]

La imagen de la Virgen es una obra anónima del siglo xviii atribuida a Pedro Duque Cornejo (discípulo de Pedro Roldán) o a su taller, mientras que la del Niño Jesús que sostiene dormido en brazos corresponde a las primeras décadas del siglo xvi, sin que se conozca su autoría. En su origen la talla de la Virgen era de bulto, y fue transformada en una imagen de candelero. Fue restaurada en profundidad por Manuel Gutiérrez Reyes-Cano en 1882; en 1960 le talló unas nuevas manos Antonio Eslava Rubio y finalmente en 1980 es restaurada de nuevo por Francisco Arquillo Torres.

La imagen pertenecía a la cofradía de Nuestra Señora del Rosario, con sede en la iglesia de San Gil, y al trasladarse a ella en el siglo xvii la de la Esperanza, se fusionaron en una y tomaron también la advocación de Jesús de la Sentencia, constituyendo la actual Hermandad de Nuestra Señora del Santo Rosario, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de la Esperanza Macarena.

Pertenencias[editar]

La imagen tiene varias pertenencias: el paso, tallado por Herrera y Feria en 1957, partiendo de modelos barrocos. Los ricos respiraderos, en los que se disponen los escudos de la hermandad, los dominicos, san José y la giralda rodeados de querubines, se rematan con un molduró de línea ondulante de perfil liso que potencia la valiosa peana dieciochesca adquirida en 1882 al dorador José de la Peña y Ojeda. Sobre ella, una nube con cabezas de ángeles, realizada en 2004, sirve de pedestal.

En 2008 se estrenaron los originales faldones bordados en oro y sedas sobre terciopelo azul, diseñados por José Manuel Bonilla y realizados por Ana Bonilla, en el que destacan inusuales motivos polícromos tales como pájaros junto a cartelas, decoración neo rocalla y un salpicado de flores. También ha tenido varias vestimentas, la más tradicional que se usó en varios años en su festividad usa un vestido rosada con azul y el niño Jesús porta un vestido rosado antiguo al paso de este la mayor parte de joyas son de oro. En 2017 se le realizó una nueva vestimenta formada por un manto rojo y vestido blanco, y al niño Jesús un vestido blanco. La virgen tiene una gran diversidad de vestidos, entre ellos uno verde con rojo, uno dorado con blanco o uno verde y blanco, entre otros.








Nuestro Padre Jesús Nazareno, también conocido como «El Viejo»1​ y «El Abuelo»,2​ es una talla realizada por Tomás de Sierra entre 1716 y 1717. Portada el Viernes Santo por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Madre la Virgen de la Amargura, la imagen está ubicada en la Capilla de Jesús Nazareno de Palencia (Castilla y LeónEspaña).

Historia[editar]

El encargo de la imagen se decidió en el cabildo del 1 de mayo de 1716 y estuvo motivado por el deseo de la cofradía de reemplazar la talla que ya poseía por no tener esta las dimensiones adecuadas con respecto al nicho central del retablo mayor de la capilla de la hermandad:

Cavildo 1 de mayo de 1716. Asimismo, dicho alcalde dijo cómo habiéndose colocado en dicho retablo la ymajen de Jhs. Nazareno antigua que tiene esta dicha cofradía, parezía no benir al sitio, por tener diferente movimiento y planta de la que pide dicho retablo, como al presente se podía reconozer, y que sería mui del caso el que se hiziese otra nueva ymajen de Jhs. Nazareno que biniese a dicho sitio y retablo... Acordó dicha cofradía el que se hiziese dicha ymajen de Jhs. Nazareno...3: 124 

Por los documentos de la cofradía se conoce que la talla ya se encontraba terminada y en poder de la hermandad en el cabildo celebrado el 14 de febrero de 1717. Así mismo, se sabe que el escultor pidió por ella la suma de 600 reales de vellón:

Domingo, 14 de febrero de 1717. En este cabildo Alonso Fernández, alcalde, dijo cómo se havía traído la nueva ymagen de Jhs. Nazareno que havía echo Thomás de Sierra, maestro estatulista vezino de Rioseco, la qual estava presente en este Palacio, para que la viese y reconociese esta dicha cofradía y dijese lo que se ofreciese sobre ella. Y que en quanto a su coste, puesta en toda forma, como está, el dicho maestro quería seiszientos reales de vellón. Acordóse y diose comisión por toda la cofradía a dicho Alonso Fernández para que, ynformándose de maestro del arte de si estava ejecutada conforme a él dicha ymagen, siendo así, la ajustase en lo que fuese justo con dicho Thomás de Sierra y le pagase de las mandas que para ello hizieron diferentes cofrades devotos en el cavildo de primero de mayo del año pasado de mill setezientos y diez y seis.3: 124 

En ese mismo cabildo, firmado por Alonso Palazios, consta el inconveniente de no poder exhibir la imagen del Nazareno con la cruz a cuestas dadas las reducidas dimensiones del nicho del retablo y, en consecuencia, la necesidad de abrirlo para disponer del espacio suficiente aprovechando la oportuna ubicación de una ventana tras él:

Asimismo se acordó que por quanto el nicho que al presente tiene el retablo, donde se ha de poner dicha ymagen de Jesús Nazareno, es de cascarón zerrado, por cuia razón no se puede poner a su divina Magestad con la Cruz a cuestas, como está, el que dicho nicho se hiziese avierto y calado, por ser nezesario por la razón dicha; y porque haviendo, como ay, luz y bentana para ella detrás de dicho retablo, diría como camarín con más luzimiento y hermosura. Y para su ejecuzión y cumplimiento, dicha cofradía lo cometió al dicho Alonso Fernández y su coste le pague del caudal más pronto que hubiera de ella. Con lo qual y prebenir a todos asistiesen el Viernes Santo próximo que viene a la prozesión de penitencia, que esta dicha cofradía haze todos los años dicho día, por la mañana, se fenezió dicho cabildo [...].3: 125 

Descripción[editar]

La talla muestra a Cristo encorvado por el peso de la cruz, la cual carga sobre su hombro izquierdo. El brazo izquierdo está alzado y aferrado al madero mientras que el derecho se halla levemente erguido, como si quisiese proteger su cuerpo ante una caída inminente. Destaca un rostro de gran realismo caracterizado por una boca abierta en la que se aprecian las dentaduras superior e inferior, una nariz ancha y prominente, unos ojos muy abiertos, unas cejas arqueadas y varios regueros de sangre, entre ellos uno que parte de la frente y recorre la nariz hasta llegar al labio superior, todo ello acentuado por una barba de espesos y simétricos rizos, siendo el cabello de pelo natural. La imagen, pese a ser de talla completa (viste túnica de pliegues discretos con una finura y acabado poco reseñables), luce sobre los paños originales una túnica de terciopelo morado con bordados en oro y cíngulo dorado por expreso deseo de los cofrades.3: 91  Por su parte, la cruz, de gran tamaño y grosor, posee numerosos relieves aunque carece de policromía con el fin de no caer en un barroquismo excesivo, estando el paso procesional, el cual es portado por 32 cofrades,4​ decorado con frases bíblicas.5

La calidad de la pieza así como su dramatismo radican sin duda en el rostro, reflejo puro del dolor de este momento de la Pasión en un alarde de patetismo por parte de Sierra. La talla posee un marcado equilibrio entre lo mental y lo sensible, toda ella realista y, por tanto, alejada de la idealización, buscando el entallador por lo general la devoción y la piedad al momento de esculpir imágenes relativas a estos pasajes bíblicos mediante el empleo de gesticulaciones desmesuradas, sugiriendo por su parte la mirada perdida una concentración espiritual ante la cercana crucifixión. Es posible que, en consonancia con lo anterior, la cabellera de pelo natural fuese idea de los cofrades, deseosos de dotar a la imagen de un carácter aún más realista, si bien esta no fue la primera escultura en contar con una peluca,3: 91–92  detalle típico en la imaginería castellana de la época.1​ En origen la talla contaba con una imagen de Simón de Cirene ayudando a cargar la cruz, si bien esta pieza fue retirada tras la elaboración de una réplica de ambas esculturas por Víctor de los Ríos en 1955 con el fin de que no hubiese dos escenas idénticas, perdiendo la talla de Sierra la categoría de imagen titular de la cofradía,6​ tras lo cual pasaría a ser conocida como «El Viejo».54

Legado[editar]

El Nazareno fue sacado en varias ocasiones en procesión de rogativa. En los libros de cuentas figura una procesión el 6 de junio de 1858 en la que la imagen fue cargada a hombros por los agricultores seguidos del clero, el ayuntamiento y los demás habitantes, siendo conducida hasta la Ermita del Cristo del Otero, todo ello con el fin de que cesase la sequía que estaba asolando la región; ese mismo día empezó a llover, desatándose una lluvia torrencial el 7 de junio la cual afectó a toda la provincia, motivo por el que dos semanas después se realizó una segunda procesión en señal de gratitud.3: 91 

Olvidada durante décadas y hasta 1996 en lo que respecta a las procesiones2​ pese a ser la imagen de mayor devoción entre los palentinos (aparece representada en la medalla que ostentan los miembros de la hermandad),3: 91  actualmente se exhibe en una hornacina en el lado de la epístola, ocupando el nicho central del retablo la réplica de Ríos.78​ En 2017 tuvo el honor de salir en procesión con motivo de la concesión a la hermandad de la Medalla de Oro de la Ciudad de Palencia,2​ celebrándose ese mismo año una exposición con motivo del tercer centenario de la imagen.


Nuestro Padre Jesús Nazareno
AutorTomás de Sierra
Creación1716-1717
UbicaciónCapilla de Jesús Nazareno de Palencia (Castilla y LeónEspaña)
Estilobarroco
Materialmadera policromada










La oración en el huerto, realizado por el escultor murciano Francisco Salzillo, es uno de los siete pasos procesionales que formaban la serie encargada por la cofradía de Nuestro padre Jesús Nazareno de Murcia. Se trata por tanto de una obra de imaginería procesional barroca del siglo xviii.

Biografía del autor[editar]

Francisco Salzillo fue hijo y discípulo de un escultor napolitano, Nicolás Salzillo. Trabajó en el taller de su padre junto con otros hermanos suyos. El realismo destaca en sus obras, por eso es uno de los máximos representantes del arte barroco en cuanto a escultura en madera policromada.

Contexto histórico[editar]

Francisco Salzillo va a ser testigo de un siglo fundamental en la historia del Reino de Murcia. El siglo xviii comienza con la Guerra de sucesión española en la cual Murcia apoya al candidato que finalmente ganará: Felipe de Anjou será el primer monarca de la dinastía Borbón dentro de España.

El Cardenal Belluga reformará la diócesis e iniciará un proceso de colonización agraria. Durante el reinado de Carlos III va a ser primer ministro un murciano, el Conde de Floridablanca, quien tratará de favorecer a su tierra natal en pleno auge del reformismo ilustrado con la construcción de caminos, puentes, pantanos, etc. Todo ello sienta las bases de un desarrollo económico y social sin precedentes en la Historia de la Región. La circulación de dinero hará que se construyan nuevos templos y que se reformen los antiguos, creando una gran demanda de imágenes religiosas tanto para las parroquias y cofradías como para el culto privado.

Descripción formal[editar]

La Oración del Huerto. Obra maestra de Salzillo perteneciente a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Murcia.

La oración del huerto fue creada en 1754. En ella se ve, por un lado, un ángel mostrando a Jesús el cáliz y, por otro, la escena de los tres Apóstoles durmientes bajo una palmera que contiene el cáliz de la Pasión y una rama de olivo.

El paso simboliza el momento en el que Jesús se retira con Santiago, Pedro y Juan al huerto de Getsemaní en el que sintiendo angustias de muerte y orando, se le apareció un ángel del cielo, confortándole, como indica el versículo de Lucas XXII. En primer plano aparece el Ángel de la Oración, hábilmente representado por Salzillo con un dulce rostro de belleza andrógina, que no permite determinación sexual por sus rasgos fisognómicos y con un impresionante plumaje. Su rostro es el paradigma de la belleza salzillesca. Muy sutilmente roza a Cristo (a punto de desmayarse y sudando sangre) con los dedos para reconfortarlo ante la visión del cáliz de la amargura que simboliza su próxima Pasión. Toda la composición tiene una estructura piramidal irregular, con líneas convergentes en la cabeza del ángel. El tratamiento de las figuras es de un acendrado naturalismo.

El grupo que forman los Apóstoles es un ingenioso estudio de actitudes: San Juan duerme profundamente, acomodada su cabeza sobre un brazo extendido; Santiago reposa en posición descuidada, y el cuerpo da auténtica sensación de peso; San Pedro se representa alerta, aunque duerme da un expresivo matiz de duermevela y sujeta la espada con la mano. Hay quien sostiene que se trata de una representación de las tres edades del hombre.1

Cada figura es tratada de manera individualizada. Así que se puede notar la delicadeza en el trabajo del ángel, en el cual destaca la sensualidad del cuerpo medio desnudo parecido a las representaciones de San Sebastián; la angustia que desprende el rostro de Cristo, reforzada por el tono amarillento de la piel y la túnica violeta y el realismo popular de las caras de los apóstoles, que permiten suponer un perfecto estudio de las diferentes actitudes. Los tres apóstoles, san Juan, san Jaime y san Pedro, crean una composición dinámica y a la vez unitaria en relación con el grupo principal.

Temática de la escultura[editar]

La Oración en el huerto de Getsemaní forma parte del conjunto de ocho pasos de Semana Santa que Salzillo hizo para la cofradía Nuestro Padre Jesús Nazareno de la iglesia de Jesús de Murcia. Los otros siete pasos son: la última cenael prendimientoJesús en la columnala Verónicala caídasan Juan y la Dolorosa. Esta obra coge todo su sentido artístico, estético y devocional al salir en procesión la mañana del Viernes Santo por las calles de la ciudad de Murcia, junto con los otros pasos en la llamada Procesión de Salzillo, que convierte las calles de su ciudad en un museo viviente.

La obra representa la escena de los evangelios de san Marcos, san Mateo y san Lucas cuando Jesús y sus discípulos van a orar al huerto de Getsemaní, después de la última cena. Los apóstoles, en vez de rogar, se quedan dormidos, mientras Jesús sufre la angustia de conocer su destino y se dispone a obedecer la voluntad de Dios.

Técnica[editar]

El material empleado por Salzillo es la madera de ciprés. La escultura en este material presenta una serie de problemas: las dimensiones limitadas del bloque de madera y el tronco que presenta siempre pequeñas diferencias de color, nudos y vetas. Estos problemas Salzillo los resuelve cubriendo la superficie con otros materiales, siendo trabajada uniformemente toda la superficie. Una vez acabada la talla se recubre la escultura con una capa de yeso de espesor variable que se utiliza como preparación para el color, pero con frecuencia la escultura se "entela", es decir, se cubre con una tela fina, pegada directamente a la madera, que a su vez sirve de soporte al yeso. Salzillo emplea en esta obra su policromado característico: la técnica del encarnado para las carnes y del estofado para las telas: se cubren las superficies con láminas de oro, luego se expande la pintura sobre ellas y una vez seca se raspa con el "garfio" descubriendo así el oro y creando el dibujo. Salzillo concibe a las figuras en actitudes elegantes y realiza los ropajes con abundantes pliegues. Las cabezas se erigen sobre cuellos no estáticos, sino ligeramente movidos a derecha o izquierda. Los ojos nunca desmesurados transmiten una gran sensación de viveza en la mirada. También la ejecución artística de las manos denota un gran virtuosismo, ya que con ellas vuelve a transmitir la sensación de movimiento que impregna sus obras. 


La oración del huerto de Getsemaní de Francisco Salzillo.

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