martes, 23 de mayo de 2023

HISTORIA DE ESPAÑA

 IGLESIAS DE ESPAÑA

La iglesia de Santa María la Blanca de Villalcázar de Sirga (provincia de PalenciaCastilla y LeónEspaña), llamada todavía también de Santa María de Lito (por ser este último el nombre de la localidad hasta el siglo xvii), es un templo-fortaleza empezado a construir a finales del siglo xii, en la transición del románico al gótico, y terminado en el siglo xiv. Hito del Camino de Santiago, del que ha sido uno de sus centros religiosos más importantes, y vinculado a la Orden del Temple, reviste un gran interés artístico, siendo los elementos más destacados el conjunto escultórico de la portada, protogótico del siglo xiii, la colección de sepulcros policromados en el interior, góticos de los siglos XIII y XIV, y el retablo mayor, gótico de los siglos XV y XVI.

En 2015, en la aprobación por la Unesco de la ampliación del Camino de Santiago en España a «Caminos de Santiago de Compostela: Camino francés y Caminos del Norte de España», España envió como documentación un «Inventario Retrospectivo - Elementos Asociados» (Retrospective Inventory - Associated Components) en el que en el n.º 1354 figura la iglesia parroquial de Santa María La Blanca.1

Historia[editar]

La iglesia fue empezada a construir en los años finales del siglo xii y quedó terminada, en su fábrica fundamental, a principios del XIII. Su condición de encomienda templaria de la Corona de Castilla no está documentada antes de 1307, solo cinco años antes de la supresión de la orden en los reinos hispanos. Mucho más documentada está su condición de santuario mariano de carácter real. En el siglo xiii los monarcas Alfonso X el Sabio y su hijo Sancho IV se vincularon intensamente al templo, el primero de manera literaria y el segundo religiosa: Alfonso X se inspiró en él para componer doce de sus Cantigas de Santa María, mientras que Sancho IV lo visitó en peregrinación en varias ocasiones, durante la Semana Santa, para hacer penitencia ante la Virgen de Villasirga, de la que era gran devoto.

Tras la disolución de la Orden del Temple en España en 1312, Santa María de Villasirga fue cedida a Rodrigo Rodríguez de Girón y posteriormente a la familia de los Manrique. En este siglo se realizaron algunas ampliaciones y añadidos, como la Capilla de Santiago. Ya en el siglo xv, merced a una política de enlaces matrimoniales, pasa a poder de D. Fernando de Sotomayor. Dos siglos después, en 1661, se crea el título de Conde de Villalcázar de Sirga, que es concedido a D. Juan de Echeverri y Rovere, capitán general de la Armada. En 1664, como señor que era de Villasirga, cederá el templo de Santa María la Blanca al Obispado de Palencia, con el objeto de establecer en él la única parroquia local que actualmente persiste.

Vista de la iglesia en un dibujo del siglo XIX

En 1888 se derrumbó el muro de cierre de los pies del templo, espacio que quedó clausurado dos años después con el levantamiento de un simple muro desnudo y que supuso una merma de 7 metros en la longitud del templo. Este siniestro causó la pérdida de la Puerta del Ángel, joya escultórica muy alabada por los antiguos viajeros y peregrinos, varias de cuyas tallas fueron reubicadas en otros espacios de la construcción. Tras ser declarado Monumento Nacional en 1919, se acometieron en el templo varias intervenciones, de distinto carácter y orientación, desde 1932 hasta nuestros días. En tanto que Monumento Histórico-Artístico Nacional, es Bien de Interés Cultural (BIC).

Descripción[editar]

El edificio responde a las corrientes de construcción protogótica, con una vinculación más concreta y directa con la escuela de raíz cisterciense que suele denominarse hispano-languedociana. Está hecho en cantería y el proyecto inicial, , nunca se completó. Presenta planta de tres naves, siendo más ancha y alta la central que las laterales. De las cinco capillas que rematan la cabecera, las tres centrales son planas en su fondo y permanecen alineadas, sin que exista separación física entre ellas. Se trata de un testero recto de influencia borgoñona. Las otras dos de los lados se cierran en ábsides poligonales.

Cuenta con crucero doble, flanqueado en su primer tramo por la torre en un lado y por la capilla de Santiago en el otro. El espacio interior se articula mediante pilares compuestos de núcleo cuadrado, con columninas pareadas en cada cara y acodilladas en las esquinas, en la cabecera y el crucero. Se apoya todo el conjunto en una basa octogonal. La nave central se cubre con bóvedas de crucería sexpartitas. El crucero y las naves laterales presentan bóveda de crucería simple. Cada pilar del crucero contiene un bulto de cuerpo entero bajo doselete, pudiendo datarse las cuatro en el tercer cuarto del siglo xiii. Representan a san Pedro, san Pablo, la Virgen María y el arcángel san Gabriel.

Portada meridional[editar]

Portada meridional.

Entre los accesos que posee el templo, destaca la portada meridional doble, junto a la Capilla de Santiago, sobresaliente por la calidad de sus esculturas protogóticas del siglo xiii y que recuerda en muchos aspectos las portadas románicas. El vano de entrada a la iglesia está conformado por seis arquivoltas apuntadas, decoradas con 51 figuras que representan ángeles, santos, clérigos y otros personajes con instrumentos musicales, y apeadas en capiteles con decoración vegetal y jambas lisas. La portada lateral y adyacente, que comparte rincon con la anterior y da acceso a la Capilla de Santiago, viene a ser una copia de la anterior, pero de dimensiones más reducidas. Presenta ésta tres arquivoltas y 25 figuras. En ambos casos, las figuras labradas en las dovelas son de cuerpo entero, mientras que las que asoman en las claves son de medio cuerpo. Las puertas carecen de tímpano.

Más notable aún es el doble friso que discurre en el lienzo de muro por encima de la portada mayor. Evoca poderosamente los frisos iconográficos de modelos palentinos como San Juan de Moarves y Santiago de Carrión de los Condes. Son galerías ciegas con intercolumnios ocupados por las figuras y unidos por arcos trilobulados, sobre los que aparecen adornos de construcciones arquitectónicas.

En el friso superior se representa el Pantocrátor flanqueado por los Evangelistas y los Apóstoles en la Jerusalén Celeste. Entre el Apostolado destaca la figura de Santiago, vestido de peregrino. El friso inferior está dedicado a la Asunción de la Virgen Blanca, flanqueada por figuras relacionadas con la Anunciación y la Adoración de los Reyes Magos. La imagen mariana que centra este segundo friso aparece pisando al dragón, según tipología que se repite en el interior. Todo el conjunto recoge fielmente los elementos iconográficos tomados el Apocalipsis de San Juan. Las escenas no están completas, sino fragmentadas en parte, quizá debido a la reforma de esta parte de la iglesia en el siglo xiv con motivo de la construcción de la Capilla de Santiago.

Toda esta portada meridional está protegida por un grandioso pórtico de arco apuntado, de la misma altura que la nave central, que constituye, al parecer, la parte conservada de uno de mayor extensión que rodeaba, a modo de "claustro", todo el templo. Este pórtico desaparecido se prolongaría con una serie de arcos de inferior altura al actualmente conservado, que mide unos 15 metros.

La portada de acceso del muro norte también es gótica, aunque carece de ornato.

Retablo mayor[editar]

Retablo mayor.

El retablo integra piezas y elementos realizados en diferentes épocas. La parte más antigua es el Calvario que lo remata, tres artísticas tallas (Crucificado, Santa María y San Juan) góticas de hacia 1300. De finales del siglo xv o principios del xvi son las tablas de estilo hispanoflamenco, atribuidas al Maestro Alejo, un pintor de origen alemán. Son 27, representan a santos, escenas hagiográficas y pasajes evangélicos, y se distribuyen en una mazonería de tres cuerpos más banco, cuatro calles y dos entrecalles, con guardapolvos perimetral. La quinta calle, en el centro, está ocupada por una hornacina que acoge a la venerada Virgen de Villasirga, Santa María la Blanca, talla gótica del siglo xiii en la que la Virgen se muestra sedente y con el Niño en brazos. Un doselete con largo chapitel cubre la imagen. Cuando en el siglo xvi se rebajó la altura del presbiterio se añadió al retablo una predela adicional, a modo de sotabanco, obra renacentista de entre 1560 y 1570. Esta parte escultórica es atribuida a Manuel Álvarez con policromía de Francisco de Carracejas.

El conjunto tardogótico que puede observarse en la actualidad es el resultado de restauraciones y reformas realizadas en 1945-1946. Entonces se desarmó la estructura y se volvió a armar, variando la situación de las tablas e integrándolas en una nueva mazonería. Así, son de factura moderna el dosel central que acoge a la virgen, su chapitel, las cresterías caladas que separan los cuerpos y los escudos heráldicos del guardapolvos.

Capilla de Santiago y sepulcros[editar]

Interior de la Capilla de Santiago.

En el siglo xiv, en la parte meridional, anexa a la portada, se levantó la Capilla de Santiago, perteneciente a la orden de caballería del mismo nombre o a un caballero santiaguista. Este espacio está iluminado por un bello rosetón, que inunda de luz las naves del crucero; se cubre con bóveda de crucería con terceletes y combados, apeada sobre ménsulas que llevan inserto el escudo y cruz de la Orden de Santiago. En la parte norte del templo se inició, durante la misma centuria, lo que iba a ser una gran torre, de la que al parecer solo se construyó el primer cuerpo, y que posteriormente se derrumbó.

Sepulcros del infante Felipe de Castilla y Suabia, hijo de Fernando III el Santo, y de su segunda esposa, Inés Rodríguez Girón.
Detalle del sepulcro de Felipe de Castilla, hermano de Alfonso X.

La capilla acoge tres sepulcros góticos, en los que fueron sepultados el infante Felipe de Castilla y Suabia, hijo de Fernando III el Santo y hermano de Alfonso X el Sabio, fallecido en 1274, de Inés Rodríguez Girón, segunda esposa del infante Felipe, y el de Juan de Pereira, caballero de la Orden de Santiago.

Las dos primeras obras funerarias, trasladadas aquí en 1936 desde su emplazamiento primitivo en las naves, son exentas y se apoyan sobre leones. Su realización ha de situarse en el último cuarto del siglo xiii. Destacan por la representación en relieve de los difuntos, en pose yacente y ricamente ataviados, en las laudas superiores y, en las paredes de la yacija, escenas de duelo, cortejo fúnebre, entierro, con la familia y las fuerzas vivas del reino, tanto militares como eclesiásticas, labradas bajo arcos apuntados de intradós trilobulado y castilletes en sus enjutas. El infante presenta sus vestiduras con túnica, bonete y manto; en una mano tiene la espada y en la otra un halcón. LLeva sus armas invertidas como signo de alteridad y duelo. Doña Inés viste túnica y lleva en una mano una panela, blasón de los Pimentel. En algunas ocasiones la panela o corazón se ha asociado con un pimiento por la similitud con el apellido pero hemos de tener en cuenta que el pimiento llega a Europa desde América siglos después. Series de escudos heráldicos se disponen en los bordes de las laudas y las basas de las cajas. La riqueza escultórica de ambos sepulcros se ve acentuada por la policromía que los cubre. Como autor de los mismos se ha propuesto a Antón Pérez de Carrión, artista que pudo realizar también los sepulcros del Monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo, cuya factura es semejante.

El tercer sepulcro, correspondiente al caballero santiaguista D. Juan de Pereira, es posterior, del segundo cuarto del siglo xiv, y su decoración es mucho más sobria. El difunto se representa también en bulto yacente, bajo el cual se distribuyen relieves iconográficos y decoración heráldica. Hay que añadir que estos sepulcros han sido abiertos en múltiples ocasiones y que el manto hallado en el del Infante fue llevado al Museo Arqueológico Nacional de Madrid por orden de Isabel II.

Se emplazan en este espacio también varias imágenes góticas de la Virgen; entre ellas, una mutilada del siglo xiii, sedente, con el Niño en brazos y acompañada por ángeles turiferarios, la Virgen de las Cantigas, anteriormente llamada Virgen de Villasirga -que no se trata de la talla mariana alabada y venerada por los citados monarcas castellanos, hallándose ésta en el retablo de la Capilla Mayor-, la cual pudo estar ubicada en el parteluz de la desaparecida Puerta del Ángel.

Otros retablos y mobiliario[editar]

El templo contiene otras obras de arte. En el lado del Evangelio, se hallan: el Retablo de Santiago, renacentista plateresco, de hacia 1530, estructurado en tres cuerpos, tres calles y predela, ejecutado por Cristóbal de Herrera, con once pinturas sobre la vida y milagros del santo y una escultura de Santigo Peregrino obra de Juan de Valmaseda, que anteriormente estuvo en la Capilla dedicada al santo; el Retablo de Nuestra Señora del Rosario, renacentista romanista, de 1570, con tallas de los siglos XVI y XVIII y tablas pintadas por Francisco de Carracejas; la pila bautismal, frente al antedicho retablo, decorada con gajos y fechable en el siglo xvi; el púlpito, obra de yesería gótica del siglo xvi; otras imágenes talladas de diferentes épocas y orígenes, ubicadas en dos lucillos sepulcrales; y el relicario-expositor en forma de brazo con la reliquia de San Fructuoso, anteriormente emplazado en el Retablo Mayor.

En el lado de la Epístola destacan: el retablo de San Antonio, con mazonería del siglo xvii y siete tablas pintadas de principios del XVI atribuidas al denominado Maestro de Calzada; el órgano realejo, procedente de la ermita de Nuestra Señora del Río y realizado por el organista José Otorel en 1844; el Retablo de Nuestra Señora de la Paz, obra sencilla del primer tercio del siglo xviii; el Retablo del Santo Cristo, obra neoclásica de 1860 y que acoge un Cristo Crucificado del siglo xvi; la Sacristía, localizada en la cabecera de la nave, levantada sobre la que fuera Capilla de San Juan en la segunda mitad del siglo xvi, que recoge algunas pinturas de valor, como un Calvario del siglo xvi, y la Cruz de los Santos Lugares, fechada en 1826 y conada por el padre franciscano Simeón Hererro.


Iglesia de Santa María la Blanca
Monumento histórico-artístico
(6 de diciembre de 1919; RI-51-0000174)
 Patrimonio de la Humanidad (elemento asociado de «Caminos de Santiago de Compostela: Camino Francés y Caminos del Norte de España», n.º ref. 669bis) (2015)
Villalcazar de Sirga-Sta Maria la Blanca.jpg
Localización
PaísBandera de España España
DivisiónFlag of Castile and León.svg Castilla y León
SubdivisiónBandera de la provincia de Palencia1.svg Palencia
LocalidadVillalcázar de Sirga
Coordenadas42°19′00″N 4°32′33″O
Información religiosa
CultoIglesia católica
DiócesisDiócesis de Palencia
UsoClero secular
AdvocaciónSanta María la Blanca
Historia del edificio
ConstrucciónSiglo xii-xiv
Datos arquitectónicos
TipoIglesia
EstiloProtogóticotardorrománico










La iglesia de Santa María la Mayor de Villamuriel de Cerrato (provincia de PalenciaCastilla y LeónEspaña) es un templo de culto católico levantado en el siglo XIII en estilo protogótico o gótico primitivo, dentro de lo que todavía puede considerarse una transición desde el románico. Su arquitectura depurada, libre de reconstrucciones o ampliaciones posteriores de diferentes estilos (salvo en la torre), le convierte en un monumento emblemático de este estilo en Castilla y León, siendo su elemento más destacado el cimborrio octogonal sobre bóveda radial, de reminiscencias románicas.

Historia[editar]

Construida a principios del siglo XIII o quizás a finales del siglo XII, en tiempos del obispo Arderico (1184-1207), con un claro carácter protector y defensivo. Siglos después, la iglesia, salvo la parte superior la torre, se salvó del destrozo bélico que afectó a Villamuriel en 1520, cuando el alcázar contiguo a la misma, usado desde largo tiempo atrás por los obispos palentinos como residencia estival, fue asaltado y destruido en el curso de la levantamiento comunero y rigiendo la prelatura de Pedro Ruiz de la Mota, limosnero particular del emperador Carlos V y por lo tanto enemigo de los comuneros.

Bien de Interés Cultural (BIC), esta iglesia de Santa María la Mayor fue declarada Monumento Histórico-Artístico de interés nacional el 3 de junio de 1931. Restaurado en años recientes, el templo permanece abierto todos los días para su visita, que puede realizarse salvo en horario de culto.

Descripción[editar]

Aspecto de la cabecera y el cimborrio.

Se trata de un templo construido en sillería con planta de tres naves, más alta la central, segmentadas en tres tramos. Las naves son intersecadas por una nave transversal o transepto, formando crucero, de la misma altura que la nave principal. Los ábsides de la cabecera son rectos, como los testeros del transepto. Las cubiertas se resuelven con bóveda de crucería sencilla. Los estrechos ventanales, así como las portadas de las fachadas occidental, a los pies, y septentrional, en la nave del Evangelio, oscilan entre el arco de medio punto propiamente románico y el arco levemente apuntado, pudiéndose hablar de formas románico ojivales. La portada septentrional, con tres arquivoltas apeadas en baquetones -de las cuales la inferior está decorada con hojas de parra- e intradós angrelado con trilóbulos, es decididamente románica, al igual que el óculo de dos secciones caladas que se abre en la fachada de poniente. En el ábside y en el testero norte del transepto se conservan tres garitas esquineras desprovistas de almenas, que aunque no funcionales refuerzan la sensación defensiva y militar del templo.

En el primer tramo de la nave principal se ubica el coro alto, obra renacentista mandada construir en 1571 por el obispo Juan Ramírez de Zapata, que sostiene un arco escarzano y se asoma a la nave con balaustrada. Para aportar luz adicional al coro se abrió un óculo adicional a la fachada, debajo del óculo románico, rompiendo exteriormente una arquería ciega apuntada de cuatro vanos. El sotacoro presenta el tipo habitual de bóveda aplanada de crucería compleja y gruesas claves-medallones.

Nave central, crucero y retablo mayor.

El juego de alturas de los distintos volúmenes arquitectónicos, unido a la parquedad decorativa, otorga a la fábrica una impresión de obra maciza y sobria, pero elegante al mismo tiempo. La verticalidad del edificio es acentuada en el exterior por la recia torre situada a los pies y orientada al norte, en la que se aprecian dos partes: la inferior, formada por los tres primeros cuerpos, que en origen era construcción tardorrománica, como delatan los arquillos abocinados cegados, pero que fue rehecha y seguramente elevada en tiempos del obispo Pedro de Castilla y de Eril (1439–1464), y más tarde, hacia 1524, por el obispo Antonio de Rojas, que reconstruyó las partes derribadas por los comuneros; y el cuerpo superior que aloja el campanario, realizado a finales del siglo XVI en estilo herreriano, con sus característicos remates piramidales y embolados.

El mobiliario interior consiste en varios retablos dorados y tallas de épocas barroca y rococó. El Retablo Mayor responde al modelo hexástilo, con predela, cuerpo de tres calles y ático semicircular. Es obra terminada en 1700 por Tomás de Sierra. En el nicho principal, hoy vacío, se situaba la imagen de la patrona del templo, Santa María, protagonista en 1601 de un episodio milagroso concerniente a unos cirios. Esta talla, ricamente ataviada y con el Niño en brazos, se muestra hoy exenta. En las calles laterales del retablo se emplazan imágenes de san Francisco de Padua y san Antolín, mientras que un crucifijo del siglo XVI ocupa el Calvario. En la predela, pequeños relieves del Milagro de santa Leocadia y la Imposición de la casulla a San Ildefonso.

En el hastial meridional del transepto, en el lado de la Epístola, se ubica un retablo facturado por Francisco Tejedor en 1771 y dedicado a Santiago Peregrino. Frente a él, en el hastial del lado del Evangelio, un segundo retablo presenta imágenes de san Francisco de Borja, san Antonio de Padua y santa Bárbara. Otros dos retablos están dedicados a la Sagrada Familia y a Cristo en la Cruz. Sobre la puerta de la sacristía se encuentra un interesante relieve con el tema de la Resurrección de Cristo.

Cimborrio protogótico (s-XIII).

El cimborrio protogótico[editar]

Pero el elemento de mayor interés artístico del templo cerratense es, sin duda, el cimborrio del crucero, cuya arquitectura protogótica de comienzos del siglo XIII se ha conservado mejor en tierras catalanas, aragonesas y navarras. Se trata de una estructura octogonal levantada sobre un cubo y conformada por dos cuerpos de arquillos de medio punto abocinados de tradición románica, que separan gruesos contrafuertes esquineros. La arquería del cuerpo superior presenta línea de imposta y bajo ella derrame del arco mediante capiteles y baquetones; la arquería del cuerpo inferior carece de dichos elementos decorativos. Interiormente, el cimborrio se resuelve mediante bóveda de ocho radios no cruzados que arrancan de una clave central, bajo la cual discurre la linterna con sus vanos. Los nervios apean en baquetones sobre las aristas y todo el conjunto se sostiene sobre trompas, que a su vez descansan sobre arcos torales y pilares cruciformes con columnas acodilladas. Se trata de una construcción pura, austera, desprovista de ornatos no funcionales, que permite la entrada de mucha luz a la iglesia.

Iglesia de Santa María la Mayor (Villamuriel de Cerrato)
Monumento Histórico-Artístico
Villamuriel de Cerrato 25.JPG
Localización
PaísEspaña
DivisiónVillamuriel de Cerrato
DirecciónBandera de España Villamuriel de CerratoEspaña
Coordenadas41°56′52″N 4°30′55″O
Información religiosa
CultoIglesia católica
DiócesisPalencia
OrdenClero secular
AdvocaciónSanta María la Mayor
Historia del edificio
ConstrucciónSiglo XIII
Datos arquitectónicos
TipoIglesia
EstiloProtogóticoTardorrománico

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