ÉPOCA MEDIEVAL
Garci Rodríguez de Montalvo (Medina del Campo, c. 1450 - c. 1510), fue un escritor español1 del Prerrenacimiento.
Biografía[editar]
Es muy poco lo que se conoce sobre este autor. Nació en el último tercio del reinado de Juan II. Fue regidor de Medina del Campo en la última década del siglo XV, pues así aparece en las actas del Ayuntamiento de Medina del Campo, con el nombre de Garci Rodríguez de Montalvo el Viejo para distinguirle de "el Mozo", que era su nieto.
Perteneció al distinguido linaje de los Pollino, uno de los siete que gobernaban la ciudad de realengo de Medina del Campo. Probablemente participó en la Guerra de Sucesión Castellana y acudió las campañas iniciales de las Guerras de Granada formando parte del regimiento militar de su ciudad. Fue aficionado a la caza de cetrería y compartió los ideales políticos de los Reyes Católicos.
Tuvo varios hijos, entre ellos Pedro Vaca, Juan Vaca Montalvo y Francisco Vaca. Según Pascual de Gayangos y Narciso Alonso Cortés, fue armado caballero por los Reyes Católicos en 1482 por haber intervenido en la defensa de Alhama con un grupo de otros "caballeros viejos de San Juan e Santiago". Alonso Cortés añade que su nombre figura en el Padrón de Alhama que es listado de caballeros oriundos de Medina del Campo.
Es posible que alguna aldea en la diócesis de Cuenca estuviese vinculada a Montalvo, pues parece conocer muy bien la Serranía de Cuenca al describir la cueva de Urganda la Desconocida. El 30 de junio de 1502 fue testigo en un matrimonio secreto celebrado en el Castillo de Coca entre María de Fonseca y el Marqués del Cenete, Rodrigo de Mendoza, hecho ilegal en la época. En 1497 hubo un pleito en la Chancillería de Valladolid contra un personaje con su mismo nombre (él o su nieto) y un tal Jerónimo de Virués, vecinos de Medina del Campo, por adulterio; fueron sentenciados a destierro de Valladolid por dos meses.
Pese a que se ha postulado como fechas de su muerte hacia 1505, recientes estudios de Ramos Nogales y Sales Dasí consideran que pudo sobrevivir a la primera publicación del Amadís de Gaula, cuya edición más antigua conocida apareció en 1508.
Obra[editar]
Adaptó y renovó desde los años 1480 y hasta alrededor de 1495 los tres primeros libros del primitivo Amadís de Gaula, un texto posiblemente escrito en portugués entre los siglos XIII y XIV, durante el reinado de Sancho IV, que se considera hoy perdido o conservado apenas en fragmentos, y añadió un cuarto libro, para dar a luz a la única versión de la historia del libro de caballerías Amadís de Gaula que hoy se conoce completa, impresa en Zaragoza en 1508, y cuyo final es distinto al de la versión primitiva (en la primitiva, Esplandián, hijo de Amadís, luchaba con él sin conocerlo y lo mataba). Escribió además una continuación, Las sergas de Esplandián (1510) , que constituye el quinto libro del ciclo amadisiano y en la que se relatan los hechos del hijo primogénito de Amadís. En algunas ediciones antiguas se cita su nombre, incorrectamente, como Garci Gutiérrez o Garci Ordóñez de Montalvo.
El libro constituye una obra maestra de la literatura de aventuras medievales e imita libremente las novelas del ciclo bretón, dando amplia cabida a los elementos maravillosos y fantásticos. Comienza con el nacimiento de Amadís, hijo bastardo abandonado en una barca del rey Perión de Gaula y de la reina Elisena de Inglaterra. Su crianza en casa del escudero Gandales de Escocia, ignorando su origen. Sus amores con la sin par princesa Oriana, la ceremonia en que es armado caballero, el reconocimiento de sus padres, el encantamiento de Amadís en el palacio de Arcalaus y su desencantamiento, el combate con su hermano Galaor, la prueba del Arco de los leales amadores, la penitencia que con el nombre de Beltenebros realiza en la Peña Pobre, el combate y triunfo con el monstruo Endriago en la isla del Diablo y el matrimonio final. Interrumpen la acción numerosos episodios secundarios tangenciales en los que aparecen otros personajes importantes, como la protectora del héroes, la hechicera Urganda la Desconocida, a la que nadie puede reconocer porque siempre cambia de apariencia. Sus aventuras transcurren en diversas zonas de Europa, por lo que carece de raíces nacionales.
Como caballero perfecto, Amadís representa un modelo de código del honor y un arquetipo de alto valor didáctico y social y sus aventuras transcurren en un ambiente de idealismo sentimental.
Garci Rodríguez de Montalvo tiene el honor, sin pretenderlo, de haber dado nombre a una amplia región del continente americano, ya que uno de los lugares imaginarios que aparece en la obra de Las sergas de Esplandián, una isla denominada Ínsula California, alcanzó notoriedad cuando los conquistadores españoles impusieron su nombre a lo que hoy es una amplia región de México y los Estados Unidos.
Fernando de Rojas (La Puebla de Montalbán, Toledo, c. 14651 - Talavera de la Reina, Toledo, 1541) fue un escritor español, aunque en algunas ocasiones se le ha calificado de dramaturgo por la naturaleza dialogada de la única obra que se le ha atribuido, La Celestina; sin embargo, carece de algunos elementos esenciales del género dramático, lo que ha ocasionado numerosas discusiones acerca del género literario al que pertenece. Si bien Fernando de Rojas ha pasado a la historia de la literatura como autor de La Celestina, para sus coetáneos fue fundamentalmente un jurista muy valorado en Talavera de la Reina (en la Provincia de Toledo).
Fernando de Rojas | ||
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Información personal | ||
Nacimiento | c. 1470 La Puebla de Montalbán (España) | |
Fallecimiento | 1541 Talavera de la Reina (España) | |
Nacionalidad | Española | |
Educación | ||
Educado en | Universidad de Salamanca | |
Información profesional | ||
Ocupación | Alcalde, abogado y escritor | |
Género | Teatro |
Biografía[editar]
El grado universitario de Fernando de Rojas, su contribución a la obra y lugar de nacimiento los ofrece el acróstico de los versos que anteceden al texto literario:
EL BACHILLER FERNANDO DE ROJAS ACABÓ LA COMEDIA DE CALISTO Y MELIBEA Y NACIÓ EN LA PUEBLA DE MONTALBÁN.
Pero si La Celestina entraña tantos problemas que es fuente inagotable de interpretaciones incluso contrapuestas, el origen familiar y juventud de Fernando de Rojas tampoco está exento de controversias dada la ausencia de datos unívocos en algunos de los documentos conservados. Por un lado, una corriente de opinión —con el profesor norteamericano Stephen Gilman2 como fuente principal— ofrece una imagen judaica de Fernando de Rojas. Según Gilman, habría nacido en Toledo en 1476 en el seno de una familia de judíos conversos3 y probablemente criptojudíos,4 que reaparece en posteriores procesos inquisitoriales por mantener el judaísmo a escondidas de la Inquisición; su padre habría sido Hernando de Rojas, condenado a la hoguera en 1488; Rojas habría ayudado a miembros de su familia, los llamados marranos o criptojudíos (anusim en la literatura rabínica), afectados por las persecuciones de la Inquisición, e incluso él mismo habría estado bajo sospecha, según infiere Gilman del proceso inquisitorial incoado a su suegro Álvaro de Montalbán. Por otro lado, se alinean los estudiosos —caso del catedrático de la UCM Nicasio Salvador Miguel5— que juzgan sesgada esa interpretación de tales documentos, aportan argumentos refutándola, defienden que es hijo del hidalgo Garci González Ponce de Rojas y Catalina de Rojas y no dudan del nacimiento de Fernando de Rojas en La Puebla de Montalbán. Muestran a Rojas como hidalgo a la vez que converso de cuarta generación,6 libre de persecución inquisitorial e integrado en la vida ciudadana y ortodoxia cristiana, condición sin la cual no hubiera podido alcanzar la dignidad de Alcalde Mayor ni ocupar los cargos públicos que desempeñó en una villa dependiente del señorío del Arzobispado de Toledo como era Talavera de la Reina.7
De su infancia y adolescencia no existen noticias. Acaso, como sugieren los profesores Gilman, Russell y Salvador Miguel, haya algún eco de sus vivencias en el auto XII de la Celestina, cuando Sempronio y Pármeno aluden a la iglesia de San Miguel (en La Puebla de Montalbán había una bajo la advocación de este arcángel y en ella fueron enterrados Garci González Ponce de Rojas y Catalina de Rojas), a "Mollejas el hortelano" (por ser propiedad de la familia una huerta en La Puebla denominada "huerta de Mollejas") y a los frailes de Guadalupe (con los que pudo cursar la enseñanza primaria y secundaria y a los que concederá una manda en su testamento).
Aunque tampoco existen documentos que acrediten que estudiara Derecho en la Universidad de Salamanca, se deduce que así fue por los paratextos preliminares de la obra: en "El autor a un su amigo" se identifica como "jurista", en los versos acrósticos (estrofa 7) dice que "vio en Salamanca la obra presente" y que la "acabó" "en vacaciones", y en el acróstico se denomina "bachiller" (equivalente hoy, aproximadamente, a licenciado). Es dudoso, aunque es razonable suponerlo, que Rojas cursara el Bachillerato en Artes previamente al Bachillerato en Leyes (lo cual era preceptivo en otras universidades pero no en la de Salamanca, que en aquellos años solo lo exigía para los médicos y los teólogos).89 Como el Bachillerato en Leyes duraba seis años y en el acróstico a partir de la edición toledana de 1500 figura como bachiller, Rojas tendría unos 24 o 25 años cuando terminó sus estudios y algo menos cuando escribió, total o parcialmente (asunto este muy debatido por la crítica),1011 la Celestina en su versión de 16 autos titulada Comedia de Calisto y Melibea.
Cabe preguntarse si una vez terminados sus estudios hacia 1499-1500 permanecería algún tiempo en Salamanca o establecería su residencia en La Puebla de Montalbán, en donde su padre tenía posesiones y bienes. Lo que sí consta documentalmente es que se desavecindó de su pueblo natal para avecindarse en Talavera de la Reina en 1508 porque el Señor de La Puebla, como a todos los demás hidalgos de la villa, le imponía la obligación de tributar (los hidalgos estaban exentos de tal obligación).12 Por estos años posiblemente se ocupara de la conversión de la Comedia de Calisto y Melibea en 16 autos en Tragicomedia de Calisto y Melibea en 21 autos (respecto a la autoría de esta nueva versión y el año en que se pudo producir tampoco hay unanimidad de criterio). De este periodo de ocho años se conservan tres ediciones de la Comedia de Calisto y Melibea (Toledo 1500, Sevilla 1501 y Burgos 1499-1502?)13 y uno de la Tragicomedia de Calisto y Melibea (Zaragoza 1507), más la traducción de esta al italiano (Roma 1506), si bien los especialistas postulan que su número debió de ser mayor. La seis ediciones con la data de 1502 en su colofón rimado son en realidad posteriores 14 y salieron de las prensas cuando Fernando de Rojas ya había abandonado La Puebla de Montalbán y vivía en Talavera de la Reina. Ninguna lleva su nombre en la portada.
De su vida como jurista profesional en Talavera de la Reina 1516 sí hay pruebas documentales —bastantes y concretas— procedentes del Archivo Municipal de Talavera y del archivo personal de don Fernando del Valle Lersundi, descendiente directo de Fernando de Rojas: actas, resoluciones, sentencias, recibos, testamento, inventario de bienes... Consta que en 1508 ya estaba establecido en esta población. En 1508, 1511, 1523 y 1538 ejercía de Alcalde Mayor (cuya función consistía en administrar justicia y dictar sentencias en pleitos civiles), lo cual era el privilegio u honor más sobresaliente de esta villa episcopal; en 1511 pasó en Toledo 17 días tratando con el Arzobispo de Toledo, a la sazón el Cardenal Cisneros, de los conflictos de Talavera y su Tierra con la Chancillería de Valladolid; en 1517 actuó como testigo de la defensa de Diego de Oropesa en su proceso inquisitorial; en 1525-1526, 1527, 1535 y 1539-40 ocupó el cargo de Letrado del Ayuntamiento; en 1521, 1522 y 1523 lleva pleitos de jurisdicción y deslindes territoriales. Asimismo prestó servicios a la Santa Hermandad y fue letrado y notario de familias eminentes.
Hacia 1512 se casó con Leonor Álvarez de Montalbán, hija del converso acusado de judaizante Álvaro de Montalbán que en 1525 pedirá infructuosamente al tribunal de la Inquisición que su yerno, que "compuso a Melibea", fuera su abogado defensor; entre 1513 y 1523 fue padre de cuatro hijos y tres hijas. 17 Desde 1509 hasta su muerte perteneció a la Cofradía de la Concepción de la Madre de Dios. Gozó de gran prestigio social y de muy sólida economía según se evidencia en su testamento e inventario de bienes, que registra un capital cercano a los 400.000 maravedíes, suma muy respetable para la época,18 de los cuales casi un tercio correspondían a contratos de censos sobre casas y tierras (semejantes a los préstamos hipotecarios actuales sin que el deudor perdiera sus derechos sobre la propiedad gravada y negocio muy común en la época en toda Europa). A juzgar por los libros de su biblioteca, gustaba de jugar al ajedrez y de la lectura.
Sin embargo, vivió tan ajeno a los círculos literarios que no hay pruebas de que volviera a dejar señales de su talento literario, ni existen indicios de relaciones comerciales con impresores o libreros, ni ningún literato o comentarista de la Celestina de los siglos XVI y XVII lo relaciona con ella,19 pese a que hasta el día de su muerte habían salido de las imprentas unas treinta y cinco ediciones y hasta mediados del siglo XVII casi noventa, más traducciones al italiano, al alemán, al francés, al inglés, al holandés y al latín,20 todas anónimas (salvo una realizada en Madrid en 1632), sin el nombre del Bachiller en la portada ni en la página del título. En cambio, el suegro y los testigos que los descendientes del Bachiller aportan en tribunales de justicia cuando reclaman derechos, sí mencionan a Rojas y lo hacen expresamente con el epíteto "que compuso a Melibea", "que compuso el libro de Celestina", "que compuso a Celestina la vieja" o "que compuso a Celestina". 21
Murió en 1541 en Talavera de la Reina, entre el 3 y el 8 de abril, posiblemente el día 5,22 habiendo otorgado testamento el día 3 sintiéndose "enfermo del cuerpo y sano de la memoria, y estando como estoy en mi seso y entendimiento natural". Tendría unos 65 o 66 años. En el testamento manifiesta su ortodoxia cristiana y sus deseos post mortem: su entierro "en la iglesia del monasterio de la Madre de Dios de esta villa de Talavera" con hábito franciscano como mortaja, celebración de numerosas misas por su alma, donación de 2000 maravedíes "a la cofradía de la Concepción de la Madre de Dios, donde yo soy cofrade [...], para personas pobres y vergonzantes", y otras mandas pías. Ordena la devolución a su esposa de los 80.000 maravedíes de su dote matrimonial junto con la entrega de otros 20.000. Nombra herederos de sus "bienes e acciones e derechos" a los seis hijos que le quedaban en ese momento. Y lega a su primogénito, el también jurista Francisco de Rojas, "todos los libros de derechos e leyes que yo tengo" y a su mujer, Leonor Álvarez, "todos los libros de romance que yo tengo que no sean de leyes ni de derechos",23 entre los cuales se encontraban :24 Evangelios y Epístolas, Flos sanctorum, Retablo de la vida de Cristo, Viaje de la Tierra Santa, Triunfos de Petrarca, Crónica del Rey don Rodrigo, Fábulas de Ysopo, Cancionero general, las Trescientas de Juan de Mena, Epístolas de Séneca, Libro de Axedrez, Libro de Primaleón, Libro de Platir, Libro de Amadís, Libro de Calisto, Libro de Esplandián, Propaladia, etc. hasta 49 volúmenes.
En mayo de 1936 llegó a Talavera el estudioso Luis de Careaga con ánimo de buscar los restos de Fernando de Rojas en la iglesia del monasterio de la Madre de Dios. Los encontró en un enterramiento en el centro del presbiterio al pie del altar, y, posteriormente, en presencia de autoridades y de los especialistas en antropología y medicina legal que habían identificado el cadáver, introdujo los huesos en una caja de cobre que depositó en el mismo lugar.2526 En 1968, cuando era inminente la demolición del ya desmantelado edificio eclesiástico, los restos de Fernando de Rojas fueron trasladados al Ayuntamiento de Talavera, donde permanecieron hasta que en 1980 se colocaron en un nicho abierto en la pared del claustro de la Colegiata de Santa María que en su día lindaba con la casa en que murió Rojas. Talavera donó a La Puebla de Montalbán unos restos óseos que reposan en el interior de la estatua erigida ex profeso (sita en la plaza de la Glorieta) para tal fin y en homenaje a su ilustre hijo.27
De su biografía se pueden colegir rasgos de su personalidad; pero se carece de testimonios fidedignos acerca de su imagen física, a no ser el juicio de los antropólogos forenses que examinaron sus restos cuando se exhumaron en mayo de 1936. Careaga constata que estimaron la longitud del esqueleto en un metro setenta y tres centímetros y su dentadura en perfecto estado. La edición valenciana de 1518 lleva un xilograbado al lado de los versos acrósticos que representa al Bachiller con indumentaria de autoridad judicial: traje talar, birrete y bastón de mando.28 La edición de Valencia de 1529 sustituyó este xilogabado del Rojas jurista y maduro por otro evocador de un Rojas joven y estudiante.29 Se desconoce la fuente primigenia del retrato imaginario de Fernando de Rojas que ilustra esta página de Wikipedia y que sirvió de inspiración al escultor Juan Cantero (2016) para realizar la estatua de bronce que le recuerda en la Plaza Mayor (denominada también Plaza del Pan) de Talavera de la Reina, al lado del Ayuntamiento.
Pedro Ruiz de Alcaraz (Guadalajara, circa 1480) fue uno de los primeros miembros y propaladores de la denominada secta de los alumbrados. Fue contador de Catalina Fernández de Córdoba y Enríquez, marquesa de Priego, y luego en Madrid una breve temporada de Benito Jiménez de Cisneros.
Biografía[editar]
Pedro Ruiz de Alcaraz nació en Guadalajara hacia el año 1480. Era hijo de Juan Ruiz de Alcaraz y de Catalina Ortiz, ambos de aquella población y descendientes de judíos conversos. Su abuelo paterno, Hernán Ruiz de Alcaraz, ejerció allí la profesión de escribano, el materno, García Sánchez de Olea, fue vecino de Hita. Tuvo cuatro hermanos: García Ortiz, aventurero en Italia; Hernando de Alcaraz, criado del duque del Infantado; María de Alcaraz, casada con Diego de Moya, secretario del duque del Infantado; y Catalina Ortiz, viuda de Juan de Rivadeneyra en el año 1524.
Su padre ejercía el oficio de panadero. No estudió notoriamente en facultad alguna, aunque conocía a la perfección los libros sagrados y las obras de mística en uso entonces, como eran las del Pseudo Dionisio Areopagita, de Gersónides, de San Bernardo, algunas de San Buenaventura, la celebérrima atribuida a Tomás de Kempis y otras. Sabía de memoria gran parte de la Biblia y comentaba con agudeza, sofística en ocasiones, los pasajes más obscuros. Los teólogos con quienes hablaba se maravillaban de su cultura y del ingenio con que exponía sus ideas.
Hacia el año 1508 se casó con Juana Suárez, con quien tuvo dos hijas y ocho hijos, el mayor de los cuales apenas contaba quince años en 1524. Desde 1519 a 1523 residió en Priego de Córdoba, donde fue Contador del Marquesado de Priego, y luego en Madrid, una breve temporada, con Benito Jiménez de Cisneros, de la familia Cisneros, (García Jiménez de Cisneros y Francisco Jiménez de Cisneros).
De sus viajes de propaganda hay pocas noticias derivadas de su proceso: en 1519 fue a Pastrana interesado de conocer el estado de la naciente «cofradía iluminista» y en 1523 marchó a Valladolid para conferenciar con la sacerdotisa Francisca Hernández.
Difusión del alumbrismo[editar]
Diego López Pacheco, segundo marqués de Villena, se había retirado a su castillo-palacio de Escalona y allí concertó en el año 1523 con Ruíz de Alcaraz, a quien señaló 35000 maravedíes de quitación o sueldo. Ruiz de Alcaraz reunió allí una pequeña comunidad a la que asistía casi toda la servidumbre del marqués. Doctrinaba en casa del licenciado Antonio de Baeza, donde acudían clérigos, como Gutiérrez, capellán del Marqués, así como María de Zúñiga y Ana de Soria, y muchachos como Juan de Valdés, no sin alarma del presbítero Francisco de Acevedo.
La secta de los alumbrados se propagó por la Alcarria, se formaron varias iglesias, especialmente en Cifuentes y Pastrana. De los «iluminados» de esta villa hay muchas noticias en el proceso de María de Cazalla (publicado por Melgares y Marín en sus «Procedimientos de la Inquisición»), de los de Cifuentes hablaron algunos testigos en el proceso de Alcaraz.
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