ÉPOCA MEDIEVAL
La Comunidad Kahal Kadosh Benei Elohim o también conocida popularmente como la Comunidad Judía de Vallejo, por ubicarse en la colonia Vallejo en la ciudad de México Distrito Federal, es una comunidad emergente de más de cien años de antigüedad. Fue gracias a las leyes de reforma de Benito Juárez en 1860, que decretaba la libertad de cultos, que pudo ser fundada y dirigida desde 1880 por la familia Laureano. A principios del siglo XX la Comunidad Judía de Vallejo es reconocida por primera vez como entidad social por un periódico en español llamado El Imparcial.
En su escudo el fondo azul y las olas significan el océano Atlántico. La estrella de David y los rayos representan la migración judía que se inició en 1492 con Cristóbal Colón.
Sus miembros dicen ser una congregación de descendientes de Anusim y afirman que su origen se remonta a los primeros judíos que llegaron en la época Colonial en México del siglo XVI, a partir de la llegada de Cristóbal Colón en América y con la llegada de Hernán Cortes1 y que sobrevivieron a la Inquisición.2
Este remanente Anusim o de cristianos nuevos a pesar de no poder declarar su fe por mucho tiempo en público, conservaron su identificación con el judaísmo.3 Dando lugar a sin número de mitos, leyendas, documentales, libros, artículos periodísticos o científicos y estudios tanto de rabinos reconocidos, así como de instituciones judaicas como Kulano.4
La dirección de la instalación de la Sinagoga es:
Carusso No. 254 entre las calles de Donizetti y Clave, Col. Vallejo, Alcaldía Gustavo A. Madero, Ciudad de México.
Sus dirigentes han sido los siguientes:
1880-1932 Sr. Bonifacio Laureano Moyar.
1933-1986 Lic. Baltazar Laureano Ramírez.
A partir del fallecimiento del Lic. Baltazar hubo una división interna.
1986-2014 Dr. Benjamín Laureano Luna simultáneamente con Moises Laureano Resendiz de 1986 al 2000.
A partir del año 2000 la instalación de la Sinagoga se encuentra cerrada por decisión de la Familia Laureano Resendiz.
El Dr. Laureano Luna realizó los servicios religiosos en la Calle de Emperadores No. 168, Col. Portales, Alcaldía Benito Juárez, Ciudad de México y Moises Laureano Resendiz ofereció los servicios religiosos en las instalaciones de la misma.
2015- al presente Lic. Rubén Kin Laureano Fresco simultáneamente con Areli Laureano Resendiz como lideresa desde el año 2000.
En el año 2015 el Lic. Laureano Fresco emite una convocatoria en el Instituto Cultural México Israel para los de origen Mexicanos que tienen antecedentes familiares que sean de origen criptojudíos de origen español para que retornen a la Comunidad de Vallejo.
A partir del año 2015 las instalaciones de Emperadores No. 168 quedaron inservibles por decisión de Dinah Citlali Laureano Fresco.
Desde el fallecimiento del Dr. Benjamín Laureano se encuentra en periodo de transición inmóvil de ambos lados que prontamente se resolverá en el año 2020 por parte del Lic. Laureano Fresco.
Este periodo de transición inmóvil por múltiples problemas graves por no tener un lugar de espacio propio desde 2015 al 2019 ha sido la época más delicada de la subsistencia de esta Comunidad.
Se espera que a partir del año 2020 se inicie una gestión de avances por parte del Lic. Laureano Fresco por medio de un equipo de colaboración, alizanza con otra Sinagoga y rentar un espacio de oficina para poder continuar algún tipo de servicio por parte de esta Comunidad hacia sus miembros.
Kahal Kadosh Benei Elohim | ||
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Acrónimo | KKBE | |
Tipo | Asociación Civil | |
Fundación | 1880 | |
Fundador | Sr. Bonifacio Laureano Noyar | |
Sede | ![]() ![]() | |
Administración | Familia Laureano: Lic. Rubén Kin Laureano Fresco y Areli Laureano Resendiz | |
Sitio web | Kahal Kadosh Benei Elohim |
La Comunidad Mexicana Israelita El Neguev "Venta Prieta", popularmente conocida como Comunidad de Venta Prieta de la ciudad de Pachuca de Soto, Hidalgo, México, Es una comunidad judía emergente, constituida por judíos conversos (principalmente miembros de la familia Tellez), que se dicen ser descendientes de B'nai Anusim o hijos de los forzados, teniendo como pruebas, apellidos de Judíos españoles que se convirtieron al catolicismo, conservar algunas prácticas de la ley mosaica, pero sin evidencias históricas convincentes, solamente información oral.
Es una pequeña congregación de judíos que se llaman descendientes de judíos sefardíes porque cuentan que sus ancestros llegaron durante la época colonial de España a México, en el siglo XVI, o bien dicen ser descendientes de alguna de las tribu perdida de Israel.1 Fue oficialmente fundada en 1930 por los hermanos Téllez y actualmente es dirigida por la familia Téllez. Por muchos años, el rabino Samuel S. Lerer se encargó de la educación, formación y organización de la comunidad,, función que desempeñó hasta su retiro en 1999.2
Se dice que fue fundada a finales del siglo XIX, probablemente en 1920, por la señora María Trinidad, viuda de Téllez. Quien afirmaba ser descendiente de Anusim (cristianos nuevos) quien, según la tradición, llegó a la zona con sus doce hijos y madre escapando de Michoacán debido a una revuelta religiosa (probablemente la guerra Cristera), que se librara durante esa época.3 Conservaba las costumbres de sus ancestros, incluidas, no comer carne de puerco, encender velas los viernes y rezar solo a HaShem.
El nombre Venta Prieta, se origina en la década de 1920, donde se daba el nombre de Venta a los sitios construidos a orillas de la carretera, generalmente puestos de comida que brindaban de la misma a los viajeros, así como macheros y bastimentos para las recuas que conducían. Uno de estos lugares fue precisamente el ubicado en el cruce de caminos que conducían de Pachuca de Soto a Ciudad de México y Actopan. Prieta como adjetivo del hollín producido por el carbón con el que cocinaban los alimentos que se vendían- También por la tierra negruzca de las hortalizas que se producían en ese lugar. Actualmente, el nombre lo ostenta la colonia situada en los límites de la ciudad, donde la comunidad mantiene su sede.
Lope de Conchillos y Quintana (Tarazona [s. a.] - Toledo, 1521) fue un destacado burócrata español, secretario real de los Reyes Católicos.
Biografía[editar]
De familia judeoconversa de la ciudad aragonesa de Tarazona, fue hijo de mosén Pedro Conchillos y Tobía y Margarita Quintana. Su hermano, Pedro Conchillos, fue padre del obispo Jaime Conchillos.
Su fortuna partió de la destacada intervención de su padre en la toma de Vera durante la guerra de Granada, tras la cual Lope fue armado caballero por el propio rey (1488). Encabezó la facción aragonesa dentro de la corte, y como tal fue relegado por Felipe el Hermoso, que lo encarceló. A la vuelta al poder de Fernando el Católico, fue liberado y exonerado de cargos, repuesto en la secretaría y nombrado primer conde de Villaumbrosa. Durante la regencia del Cardenal Cisneros volvió a perder la confianza del poder, pero en 1516 obtuvo el apoyo de la corte de Bruselas, donde el futuro Carlos I le confirmó en sus funciones.1
También estuvo enemistado con Bartolomé de las Casas.2 Entre sus protegidos estuvo Francisco de los Cobos.
Lope Conchillos se caracterizó por su ambición en la acumulación de cargos y prebendas, y por el ejercicio venal de su cargo, llegando a acumular una gran fortuna. Entre sus cargos estuvieron los de primer secretario de Fernando el Católico y miembro del Real Consejo, capitán de guerra de las gentes de armas de Tarazona, comendador de la orden de Santiago (encomiendas de Guadalerzas, Destriana y Monreal y regidor de Toledo.1 Se le concedió una encomienda en Puerto Rico (Arasibo -hoy Arecibo). También logró un matrimonio ventajoso, con María Niño de Rivera, señora de Noez y Mazarambraz, de la casa de Malpica, prima del Duque del Infantado. En beneficio de su hijo primogénito, Pedro Niño de Ribera, se fundó el mayorazgo del señorío de Noez. Su hija Francisca de Ribera Niño se casó con Pedro de Guzmán.
Pablo Coronel (1480-1534) erudito eclesiástico y orientalista natural de Segovia.
Biografía[editar]
Pablo fue profesor de teología en Salamanca y empleado por el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros para la edición de las Biblias de Alcalá de Henares. Por consagrarse al estudio de la teología y escritura fue condecorado por su saber profundo en estas materias con la cátedra de escritura de la universidad de Salamanca.
Pablo es autor junto a Alfonso de Zamora de la Biblia políglota complutense, escrita en cuatro lenguas: hebreo, griego, arameo y latín, que no se concluyó hasta 1517.
Manuel Cortizos de Villasante (Valladolid, 1603 - 3 de septiembre de 1650) fue un banquero español, de la notoria familia de los Cortizos, de origen judeoconverso portugués (de Braganza, cuya casa comercial tenía sedes por toda Europa -Ámsterdam, Francia e Italia-). Sus préstamos a la Corona en la época de Felipe IV (especialmente delicada fue la ocasión en que socorrió con ochocientos mil escudos que necesitaba con urgencia el rey durante la guerra de Cataluña -desde 1640-) le convirtieron en una destacada figura de la corte. En la quiebra de 1647 las deudas con él ascendían a cuarenta y seis millones de maravedíes, que le fueron compensadas con ventas de cargos y la cesión de la renta de la pasa.
Biografía[editar]
Fue hijo de Antonio López Cortizos y Luisa de Almeida, que pasaron de Portugal a Castilla a finales del siglo XVI (no es seguro si antes o después de la conquista de Portugal por Felipe en 1580). Dedicados a la importación de telas de lujo y piedras preciosas, y luego a la lana, se establecieron en Madrid (calle Preciados, junto a la Inclusa) y siguieron a la corte de Felipe III a Valladolid, donde nació Manuel (calles Platería y Especiería), y de vuelta a Madrid en 1609 (calle de la Cruz). En 1628 la familia Cortizos (el padre y dos de sus hijos, Antonio y el joven Manuel) arrendaron las rentas de los derechos de exportación de lanas. En 1630 Manuel se asoció con otros financieros de origen portugués para arrendar el almojarifazgo de Indias. En 1634 era el administrador único de la renta de lanas. Por entonces vivía en la calle Huertas de Madrid con sus tíos Antonio López Ferro y Mencía de Almeida (hermana de su madre), y había convertido el establecimiento comercial de su padre en un verdadero banco, que comienza a hacer préstamos al rey, convirtiéndose en asentista y factor.
Encumbrado económica y socialmente, como otros banqueros judeoconversos portugueses, durante el validazgo del Conde Duque de Olivares (que procuró la sustitución de los banqueros genoveses por los de ese otro origen), adquirió regidurías en las ciudades de Madrid, Toro y Zamora. En 1642 obtuvo el señorío de Arrifana y fue investido, como sus hermanos, del hábito de caballero de la Orden de Calatrava. Para incrementar su prestigio, patrocinó todo tipo de fundaciones piadosas y construcciones religiosas, entre ellas la Ermita de San Antonio de los Portugueses (hoy desaparecida, ocupaba un lugar en los jardines del Retiro donde hoy se levanta la fuente del Ángel Caído). Protegió al cronista Rodrigo Méndez Silva, también judeoconverso portugués (posteriormente fue procesado por criptojudío y huyó a Venecia).
La fama de su inmensa riqueza le hizo sufrir un aparatoso robo, en la noche del 2 de junio de 1642, estando ausente de su casa de Madrid (en la calle Ancha de los Peligros, hoy calle Sevilla).
A su muerte, su hermano Sebastián regentó su firma comercial.
Uriel da Costa (Oporto, Portugal, 1580 – Ámsterdam, Holanda, 1640)1 o Uriel d'Acosta fue un filósofo escéptico portugués de origen judío sefardí, bautizado como cristiano nuevo con el nombre de Gabriel da Costa Fiuza.
Uriel da Costa | ||
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Información personal | ||
Nacimiento | 1585 Oporto (Portugal) | |
Fallecimiento | Abril de 1640 Ámsterdam (Países Bajos) | |
Causa de muerte | Herida por arma de fuego | |
Nacionalidad | Neerlandesa | |
Información profesional | ||
Ocupación | Filósofo | |
Área | Filosofía | |
Movimiento | Filosofía occidental |
Biografía[editar]
Orígenes[editar]
De familia de ricos comerciantes sefardíes que se habían convertido al catolicismo, estudió religión en la Universidad de Coímbra y se convirtió en profesor. Sin embargo, según estudiaba religión le fue encontrando defectos al catolicismo, lo que le hizo interesarse por la fe judía ancestral de su familia. De este modo, Da Costa y su madre pasaron de ser conversos (judíos convertidos al catolicismo) a ser marranos (cristianos que practicaban en secreto el judaísmo) y, no se sabe si con fundamento o no, comenzaron a sentir detrás de sí la sombra de la Inquisición, que perseguía a los falsos conversos. Ante el posible peligro que corrían, da Costa convenció a su familia –su madre, sus tres hermanos y su esposa– para emigrar a los Países Bajos1 en busca de una nueva vida, como tantas familias judías sefardíes habían hecho antes.
Tras instalarse en la floreciente comunidad sefardí de Ámsterdam, adoptó el nombre de Uriel,1 la variante hebrea de su nombre de pila portugués. Uriel se dedicó entonces a estudiar el judaísmo y algunas otras cuestiones intelectuales. Esta vez empezó a encontrarle defectos a las enseñanzas y las prácticas del judaísmo, y las expuso por escrito2 y en público. La sinagoga le censuró por sus ideas filosóficas naturalistas (materialistas) y racionalistas, tal y como le sucedería algunos años después a Spinoza. A lo largo de las siguientes décadas, Da Costa fue excomulgado, luego exonerado, y de nuevo vuelto a excomulgar. Encontró refugio en la comunidad judía de Hamburgo, pero también de allí fue expulsado. La actitud de Da Costa se había convertido en un asunto preocupante para las autoridades judías, no solo por lo que tenía de herejía, sino también porque temían que los holandeses tomaran represalias de manera indiscriminada contra la comunidad judía, por considerar esas ideas antirreligiosas también peligrosas para los protestantes.
En 1640 se llegó a una situación insostenible: da Costa, ya entrado en la cincuentena, agotado física y mentalmente, llegó a un acuerdo con las autoridades judías para renegar públicamente de sus ideas y, de esta forma, recuperar su posición en la comunidad. En sus memorias tituladas Exemplar humanae vitae narra con detalle todo el episodio y deja bien claro que, aunque aceptase el acuerdo, sus ideas no habían variado en absoluto, y que lo hace para librarse de las humillaciones. El día del juicio, con la sinagoga llena de familias expectantes, lee una confesión de arrepentimiento redactada por los rabinos. Después, se le ordena abrazar una columna, le atan las manos y recibe 39 azotes (según la Ley, nunca deben rebasar el número de 40) con un látigo de cuero en la espalda previamente descubierta. Finalmente, se le desata, se le permite sentarse en el suelo y un rabino proclama su rehabilitación pública y las puertas de la sinagoga vuelven a estar abiertas para Uriel. El final del humillante rito consistió en tumbarse en la puerta principal de la sinagoga para que toda la comunidad pasase por encima para salir del templo. Todo se ejecuta con precisión ritual y sin atisbo de ensañamiento. Uriel, tras ser felicitado por su entereza ante el castigo, volvía a ser un miembro de pleno derecho de la Nueva Jerusalén.
No se sabe cuántos días duró la nueva situación, ni se sabe con seguridad si este episodio sucedió en 1640 o en 1645. Da Costa se dedicó en los días siguientes a concluir sus memorias, cuyas últimas diez páginas narran el episodio expuesto y su impotencia para rebelarse. Al final, concluida su obra y tras ser dos veces anatemizado por la Sinagoga, separado siete años de la comunidad, doblemente renegado (primero del catolicismo, luego del judaísmo), perseguido y humillado por los suyos, atormentado por las dudas religiosas y acosado por el drama del excluido perpetuo, puso fin a sus días pegándose un tiro. La primera bala erró el blanco, la segunda no.
Obra y legado[editar]
El legado de Uriel da Costa, su materialismo y su crítica a los ritos y a la hipocresía de la religión organizada, fue asumido por Baruch de Spinoza, uno de los más grandes filósofos del siglo XVII. Es muy probable que un Spinoza niño o adolescente se encontrase entre el público que presenció la humillación pública de Uriel Da Costa y que, quizá por eso, decidiera no estar presente en su propia expulsión de la sinagoga, décadas después, y ahorrarse la misma humillación.
No obstante, nunca le llegó a mencionar en su obra, cosa que intriga a los estudiosos, pero las ideas de da Costa tuvieron sin duda un gran impacto sobre el sabio de Ámsterdam. Da Costa no era ni de lejos un pensador de la profundidad de Spinoza, y se cree que, más que su obra, fue su martirio lo que debió impactarle como ninguna otra cosa.
Exemplar humanae vitae. Uriel da Costa relata aquí en latín su experiencia vital, una suerte de testamento o confesión autobiográfica, finalizado poco antes de suicidarse. Durante muchos años, esta obra fue ignorada o denostada. En España, fue Menéndez Pelayo quien tradujo por vez primera al castellano la autobiografía de Uriel (si bien con numerosos recortes), incluyéndolo en su Historia de los heterodoxos españoles.
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