sábado, 1 de enero de 2022

HISTORIA DE ESPAÑA

 ÉPOCA MEDIEVAL

Diego Arias Dávila (1400 ? – 1466) fue un político y noble español judeo-converso que estuvo al servicio de Juan II de Castilla y de su hijo Enrique IV de Castilla, ocupando diversos cargos palatinos, entre los que destaca el de contador mayor del rey. Fue además, señor de PuñonrostroAlcobendasVillaflorCasasolaSan Agustín de GuadalixPedrezuela y Villalba.

Fue padre de Pedro Arias Dávila "el Valiente", destacado militar y progenitor de los condes de Puñonrostro, y de Juan Arias Dávilaobispo de Segovia e introductor de la Imprenta en España.

Filiación y primeros años[editar]

Nacido en la ciudad de Ávila hacia el año 1400, fue hijo de Gonzalo Arias de Argüello (test. Ávila, 1442)1​ y de Violante de Ávila (o Velázquez de Ávila). La opción más consensuada entre los historiadores actuales es que nació en el seno del judaísmo, y fue convertido al cristianismo cuando contaba entre seis y siete años, habiéndose llamado Isaque Abenacar.

La introducción del personaje en la corte se produce gracias a la intercesión de Álvaro de LunaCondestable de Castilla, quien lo recomendó en la casa de Juan de Silva y Menesesconde de Cifuentes, alférez mayor de Castilla y embajador de Juan II de Castilla ante el Concilio de Basilea, siendo nombrado en 1435 mayordomo de su casa.2​ Dos años más tarde obtuvo el oficio de regidor de Segovia por el estado noble, y en 1440 asistió como procurador por la misma ciudad y junto a Alfonso González de la Hoz, secretario del entonces príncipe Enrique (futuro Enrique IV) al sínodo de la Diócesis de Segovia celebrado en la villa de Turégano por su obispo Lope de Barrientos.

Ascenso y carrera en la corte[editar]

Una vez establecida su posición en la política de la ciudad, y conocida su persona en la corte a través del conde de Cifuentes, no tardaría en llegar su ascenso en la corte real. De esta manera, el 7 de marzo de 1443 Juan II de Castilla expedía un albalá por el que le nombraba escribano de cámara, con un sueldo anual de 3.000 maravedíes.3​ Las mercedes reales continuaron, y el entonces príncipe de Asturias don Enrique, accede a su petición y le declara hijodalgo de solar conocido.4​ Finalmente, en 1445 el rey vuelve a concederle la escribanía de cámara, junto con la secretaría de la misma, que le son confirmadas por el mismo monarca nuevamente en 1447.

La valía que hubo de mostrar en el ejercicio de sus funciones como secretario y escribano empezaron a ser recompensadas con cargos de mayor importancia, y ya en 1450 aparece por primera vez como contador mayor de la casa del príncipe Enrique. Además, su influencia en la corte pronto hizo que su familia participase del ascenso, y el propio príncipe otorgó una provisión el 12 de febrero de 1453 designando a su hijo primogénito Pedro Arias Dávila "el Valiente" para ocupar la vacante dejada por el padre en la regiduría de Segovia. Diego habría de ser después regidor de Madrid y Toledo, y el 6 de abril del mismo año el rey le concedió el monopolio de las carnicerías, dirigiéndose a él como "mi contador mayor e secretario del príncipe", siendo la última merced que habría de concederle el rey antes de su propio fallecimiento, acaecido en Valladolid el 22 de julio de 1454.

Llevaba menos de dos meses en el trono el rey Enrique, al que Diego había servido, cuando comenzaron las nuevas concesiones. El 6 de septiembre le nombra mediante real provisión, su secretario y escribano mayor de los privilegios y confirmaciones, oficio que debía compartir con el relator Fernando Díaz de Toledo, con Andrés González de la Cadena y con Juan Sánchez Zurbano, veedor y concertador de los privilegios y mercedes que había de confirmar el rey por muerte de su padre. Sin duda este inacabable goteo de mercedes le situó junto a los grandes protagonistas del reino, y en 1457 firma una confederación de ayuda y defensa mutua con el rey, Alonso de Fonsecaarzobispo de SevillaPedro Girón, maestre de la Orden de CalatravaÁlvaro de Zúñiga y Guzmán, justicia mayor y II conde de PlasenciaJuan Pacheco, mayordomo mayor y marqués de Villena, y Alonso Pimentel y Enríquez, III conde de Benavente.

La familia más cercana continuó recibiendo mercedes y prebendas, siendo Juan Arias Dávila uno de los más beneficiados. En 1455 es nombrado capellán del rey, en 1458 obtuvo los cargos de oidor de la Real Audiencia y Chancillería de Valladolidprotonotario apostólico y abad de Froncea (despoblado de la provincia de Burgos). Dos años más tarde ocupaba los cargos de deán de la catedral de Segovia y canónigo de BurgosCórdobaSalamanca y Sevilla. Finalmente, en 1461 cuando contaba con 24 años de edad, y a petición de Enrique IV, el papa Pío II le nombró obispo de Segovia, cargo que no pudo ocupar hasta cuatro años después debido a su edad, siendo al principio únicamente administrador de la diócesis. Por su parte, el primogénito también recibió su parte, y los procuradores asistentes a las Cortes de Toledo de 1462 dirigieron un escrito al rey solicitándole que fuese perpetua la merced de la contaduría mayor a Pedro Arias Dávila, para cuando su padre falleciese considerando la persona e grandes méritos del dicho Diego Arias y del dicho Pedrarias. También el hermano de Diego, llamado Francisco Arias Dávila, fue beneficiado de las mercedes reales, y el 13 de septiembre de 1458 estando el rey en Segovia le concedió una escribanía de cámara.5

Al parecer, falleció en Segovia el 1 de enero de 1466, aunque pudo sobrevivir a dicha fecha, apartado totalmente de la política.

Mecenazgo y patrimonio[editar]

En la época en la que fue nombrado regidor de Segovia, hacia mediados del siglo XV, momento en que su fortuna comenzaba a crecer cómodamente, decidió edificar el palacio familiar, del que se conserva en la actualidad la Torre de los Arias Dávila, una torre albarrana mudéjar decorada con el característico esgrafiado segoviano, que se libró de la remodelación del palacio que llevó a cabo el conde de Puñonrostro con posterioridad.

El 28 de septiembre de 1460, otorga la escritura de fundación del mayorazgo de Puñonrostro en favor de su hijo primogénito, Pedro Arias Dávila. Además, en 1461 fundó el Hospital de San Antonio de los Peregrinos, de Segovia. El 20 de este mismo mes, Enrique IV extiende la carta de privilegio y confirmación aprobando la fundación del hospital. El 10 de diciembre se ratifica por Diego Arias y el comendador del monasterio de la Merced, la escritura de patronazgo por la que se erige la capilla mayor de éste como lugar de enterramiento de los Arias Dávila y su linaje.

Matrimonios y descendencia[editar]

Contrajo matrimonio en tres ocasiones, la primera con Juana Rodríguez, de cuya vida no se sabe nada. En segundas nupcias casó con Elvira González (+ hacia 1463), de ascendencia judía, quien alrededor de 1456 participó económicamente en la construcción de la Sinagoga del Campo, de Segovia,6​ que fue su compañera vital y madre de sus hijos. Una vez fallecida doña Elvira, en 1465 contrajo tercer y último matrimonio con María Palomeque. Fueron hijos de Diego Arias Dávila en su segunda mujer:7

  • Isabel Arias Dávila (después de 1430 – 1472), casada en Segovia con Gómez González de la Hoz, regidor de la ciudad, dejando amplia descendencia.








Juan Arias de Ávila y González, más conocido como Juan Arias Dávila (h. 1436Segovia – 1497Roma) fue un político y eclesiástico español nombrado obispo de Segoviaprotonotario apostólico y del Consejo Real de Enrique IV de Castilla y los Reyes Católicos. Fue un mecenas de las artes y las letras y está considerado el introductor de la imprenta en España, de la mano de Juan Parix de Heidelberg, quien imprimió en Segovia el Sinodal de Aguilafuente en 1472.

Primeros años[editar]

Nació en la ciudad de Segovia hacia el año 1436 en el seno de una poderosa familia judeoconversa, siendo hijo de Diego Arias Dávila, un judío natural de Ávila que fue convertido al cristianismo cuando era un niño, y que ascendió en la Corte de Juan II y Enrique IV de Castilla, a quien sirvió como secretario, contador mayor y escribano, entre otros empleos, y de su segunda mujer, Elvira González. Fue el menor de cuatro hermanos, entre los que se encontraba Pedro Arias Dávila "el Valiente", que destacó como militar (padre de Pedro Arias Dávila, el conquistador español, gobernador y capitán general de Castilla del Oro). Otros hermanos fueron Isabel, que casó con el regidor segoviano Gómez González de la Hoz, y Francisco Arias Dávila.

Desde niño fue educado para ingresar en la carrera eclesiástica, costumbre de la época reservada a los hijos menores, y las primeras enseñanzas las recibió en su casa familiar. Se trasladó a continuar con sus estudios en la Universidad de Salamanca, perteneciendo al colegio Mayor de San Bartolomé, donde estudió en la cátedra de Juan Alfonso de Benavente, graduándose en derecho canónico con licenciatura en decretos. En 1455 ya había sido ordenado sacerdote, y fue nombrado capellán de Enrique IV, mientras que en 1458 obtuvo los cargos de oidor de la real audiencia, protonotario apostólico y abad de Froncea (despoblado de la provincia de Burgos). En 1460 ya ocupaba los cargos de deán de Segovia y canónigo de BurgosCórdobaSalamanca y Sevilla.

Obispado de Segovia[editar]

En 1461 el Papa Pío II y a petición de Enrique IV, le nombró obispo de Segovia, pero sus 24 años de edad le imposibilitaron acceder al cargo hasta los 28, por lo que fue nombrado primeramente administrador de la diócesis de Segovia, cargo que ocupó hasta 1466, cuando adoptó la dignidad episcopal, perteneciendo entonces también al Consejo Real. Su actividad en el obispado se centró en cuatro puntos importantes: reforzar la autoridad episcopal, controlar el cabildo catedralicio, consolidar el señorío episcopal y reformar el clero de la diócesis, para lo cual celebró tres sínodos: el primero en Aguilafuente en 1472, el segundo en el palacio episcopal en 1478 y el tercero en Turégano en 1483. De ellos destaca el primero, cuyas conclusiones fueron recogidas en un Codex Canonum y posteriormente impresas por Juan Párix ese mismo año en el Sinodal de Aguilafuente, primer libro impreso en España.

Puso gran interés en hallar los restos de San Frutos, patrón de la diócesis, que la tradición aseguraba estaban enterrados en alguna parte de la catedral, pero estaban perdidos desde hacía siglos. Finalmente fueron hallados, y la reliquia se sigue venerando en la actualidad en la iglesia catedral. Además, durante su obispado encargó a Juan Guas el claustro para la antigua catedral de Santa María, trasladado posteriormente a la actual.

Sus relaciones con el cabildo eclesiástico de la ciudad fueron muy tensas, y fue firme defensor del movimiento reformista de las órdenes religiosas que se produjo durante el reinado de los Reyes Católicos. En 1486 por deseo de Isabel la Católica, reunificó los dos conventos franciscanos de Segovia en uno solo, el convento de San Francisco, entregando el San Antonio el Real a las clarisas. Finalmente intentó recuperar la posesión de la villa de Riaza, que había pertenecido al obispado hasta 1430, año en que el obispo Juan Vázquez de Cepeda la vendió a Juan II de Castilla. No consiguió la devolución de la villa, pero obtuvo una importante renta anual como compensación, y reconstruyó el castillo de Turégano, también propiedad de la diócesis, que se hallaba en ruinas cuando accedió a la silla episcopal.

Etapa final: viaje a Roma contra la Inquisición[editar]

En 1490 el Tribunal de la Inquisición inició un proceso contra sus padres y su abuela materna, Catalina González. Intentó detenerlo sin éxito, pues los fundamentos del proceso fueron sólidos y los Reyes Católicos se mantuvieron al margen a pesar de la amistad que les unía, hecho que el obispo vio como una ofensa. El proceso salpicó a gran parte de la familia, y Juan Arias desenterró a sus padres para evitar que los huesos fuesen quemados por la Inquisición y se trasladó en 1490 a Roma para intentar detenerlo. Consiguió la absolución para sus padres y su abuela del delito de herejía.

No regresó a Segovia, y otorgó testamento en Roma el 20 de octubre de 1497, falleciendo poco después en la misma ciudad. Su cuerpo fue trasladado a la catedral de Segovia, donde yace sepultado en la actualidad, junto al denominado altar del Crucifijo.

Su faceta como mecenas[editar]

Silla episcopal con el escudo de Juan Arias Dávila en el coro de la catedral de Segovia

Durante su obispado se observa un importante esplendor artístico y cultural en la diócesis, destacando sobre todo la llegada de la imprenta a España. En 1469 comisionó al deán Juan López para que el tipógrafo Juan Párix se instalase en Segovia, y en 1472 consiguió imprimir el primer libro en España, el denominado Sinodal de Aguilafuente, una recopilación de actas y documentos del sínodo provincial que celebró en la iglesia de Santa María de Aguilafuente en los primeros días del mes de junio del mismo año. Además de esta obra, Juan Párix imprimió bajo el amparo del obispo Arias Dávila en Segovia otras ocho obras, todas ellas de carácter jurídico y derecho canónico.

Uno de los principales motivos por los que introdujo la imprenta en España fue el de la necesidad de abastecer de obras el Estudio General que fundó en Segovia poco antes de 1466, para la formación de los eclesiásticos en materias de gramáticalógica y filosofía moral. Considerado un gran bibliófilo, no solo adquirió para la catedral multitud de códices e incunables, sino que donó a la misma toda su biblioteca personal, en la que destacaban obras de AristótelesPedro de OsmaSanto Tomás de AquinoSan Gregorio MagnoPietro d'AbanoSan León Magno o John Bromyard, entre otros. Además, desarrolló una importante actividad musical: construyó la sillería del coro de la catedral, y en sus sínodos hizo hincapié en que los religiosos debían aprender a cantar el canto llano. Mandó componer en 1484 el códice Liber consetudinarius Ecclesiae segoviensis, y dotó una capilla musical que disponía de maestros de capilla, cantores, organistas y mozos de coro. Finalmente compuso el Cancionero de la Catedral de Segovia, que contiene 204 piezas musicales de música sacra y profana, escrita e interpretada durante sus más de tres décadas como obispo de la diócesis.

En lo que refiere a la arquitectura, en 1472 encomendó la obra del claustro al maestro Juan Guas, en cuya obra trabajaron también Juan de RuesgaAntón Egas y Sebastián de Almonacid. Mandó edificar también el palacio episcopal y reedifició el castillo de Turégano.






Pedro Arias Dávila y González, también conocido como Pedrarias «el Valiente» (1430 – Madrid, 21 de marzo de 1476) fue un noblepolítico y militar castellano titulado II señor de PuñonrostroAlcobendasPedrezuelaSan Agustín de Guadalix y Torrejón de Velasco, destacado por sus hazañas militares junto a Enrique IV de Castilla y a Isabel la Católica, también ocupó cargos en la corte.

Fue hijo de Diego Arias Dávila, contador mayor de Castilla, hermano del mecenas Juan Arias Dávilaobispo de Segovia, y padre de Juan Arias Dávila, I conde de Puñonrostro.

Biografía[editar]

Procedente de una familia de origen judeoconverso que había alcanzado cierto poder en Castilla, nació en 1430, siendo hijo de Diego Arias Dávila, contador mayor de Castilla y otros cargos al servicio de Juan II de Castilla y su hijo Enrique IV, y de Elvira González, también de ascendencia judía, quien participó económicamente en la construcción de la Sinagoga del Campo de Segovia.

En la corte de Enrique IV[editar]

En 1457 llevó a la victoria cerca de Jaén a treinta jinetes cristianos que se enfrentaron a ochenta jinetes musulmanes. Por ello, el rey Enrique IV lo nombró capitán general en la guerra contra Navarra (1461-1462) y, más adelante, le confió los asedios de SoriaViana y Torrejón de Velasco, recibiendo en recompensa el señorío de esta última población. Sucedió a su padre en 1462 en los oficios de contador mayor, escribano mayor de privilegios y confirmaciones y secretario de la Cámara Regia. Sin embargo, fue principalmente por sus servicios militares por lo que destacó.

La segunda década del reinado de Enrique IV en Castilla fue de enorme inestabilidad y turbulencia. Las familias de la alta nobleza, con la excepción de los poderosos Mendoza, sus aliados los Arias Dávila y otros, estaban en abierta sublevación contra el rey, al que llegaron a deponer en la famosa Farsa de Ávila, e incluso cuestionaban la paternidad de la hija heredera del rey, la princesa Juana, mal llamada la Beltraneja. En este contexto, dos intrigantes enemigos del rey Enrique IV, Juan Pacheco, I marqués de Villena y el arzobispo de Sevilla, Alonso de Fonseca, quisieron eliminar de la corte a uno de los más leales servidores del rey como lo era Pedro Arias Dávila. Con este fin, convencieron al débil y voluble monarca para que pusiera en prisión a Pedrarias. Éste fue invitado por el rey a una cacería y cuando se presentó fue prendido y encarcelado, a pesar de que se defendió y fue herido en el pecho. La popularidad de Pedrarias era tal que los alcaldes de las hermandades enviaron representantes exigiendo del rey que dejara a «el Valiente» en libertad, a lo que, finalmente, el monarca accedió. Todos los cronistas de la época condenan unánimemente el trato injusto dado por el rey a uno de sus más fieles vasallos. Este episodio motivó que el poeta Juan Álvarez Gato pusiera en boca de Pedrarias unas célebres coplas dirigidas al rey con versos como los que siguen:

“No me culpes en que parto de tu parte…Que tu culpa me disculpa….Plásete de dar castigo, Sin por qué; No te terná nadie fe, De tus amigos. Y esos que contigo están, Cierto só, Q’uno a uno se t’irán. Descontentos, como yo”

Como consecuencia de este comportamiento de Enrique IV con los pocos leales que le quedaban, Pedrarias y su hermano Juan, el obispo de Segovia se pasaron al bando del príncipe Alfonso, al que entregaron la ciudad de Segovia. La muerte de este príncipe en 1468, dejó a Pedrarias en mala posición con Enrique IV, que le despojó de sus cargos en beneficio de su mayordomo Andrés Cabrera. Pedrarias se refugió en su villa de Torrejón de Velasco y fue progresivamente uniéndose a la causa de la futura reina Isabel I de Castilla.

En la corte de los Reyes Católicos[editar]

Muerto el rey Enrique en 1474 e iniciada la guerra civil entre el bando de la princesa Juana y el de los reyes Católicos, éstos apoderan al Duque del Infantado para que pactara con Pedrarias las condiciones de su unión definitiva al partido de Isabel y Fernando. Se ganó la gratitud de la reina al combatir con éxito al mando de sus tropas en la conquista de Madrid, y murió en el asedio del real alcázar de esta villa el 21 de marzo de 1476.

Matrimonio y descendencia[editar]

Estuvo casado con María Ortiz de Cota, con la que tuvo ocho hijos:

  1. Diego Arias Dávila, III señor de Puñonrostro, que murió a la edad de veinte años, antes de poder consumar su matrimonio con Marina de Mendoza, hija del Duque del Infantado.
  2. Juan Arias Dávila, IV señor y I conde de Puñonrostro, casado con una hija del conde de Medellín, nieta de Juan Pachecomarqués de Villena.
  3. Pedro Arias Dávila «el Galán», capitán general y gobernador de Castilla del Oro, casado con Isabel de Bobadilla, hermana del padre de Beatriz de Bobadilla, esposa del poderoso rival político de Pedrarias, Andrés Cabreramarqués de Moya.
  4. Catalina Arias Dávila, que casó con Pedro Gómez de Ciudarreal, señor de Antacon y Pioz.
  5. Elvira Arias Dávila.
  6. Alonso Arias Dávila, arcediano de Sepúlveda.
  7. Francisco Arias Dávila.
  8. Hernandarias, también llamado Antón Arias.

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