domingo, 8 de septiembre de 2024

HISTORIA DE ESPAÑA

 MONUMENTOS DE ESPAÑA

Universidad de Almagro
SobrenombreUniversidad de Nuestra Señora del Rosario
TipoConvento-Universidad
Fundación1574 - 1824
FundadorFernando Fernández de Córdova y Mendoza
Localización
DirecciónRonda de Santo Domingo, s/n
Almagro
 Ciudad Real
 Castilla-La Mancha
Bandera de España España
Coordenadas38°53′27″N 3°42′54″O

La Universidad de Almagro, o Convento-Universidad de Nuestra Señora del Rosario, fue una antigua universidad renacentista fundada en la ciudad de Almagro (España), una de las llamadas universidades menores.1

Historia

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La fundación de esta institución se debe a uno de los personajes más influyentes del siglo XVI, el clavero de la Orden de Calatrava Frey Fernando Fernández de Córdova y Mendoza, Presidente del Consejo de las Órdenes, gran humanista y mecenas de la primera mitad del siglo XVI.

Su formación humanística y su sentido de mecenazgo se reflejó no solo en el espíritu piadoso de sus fundaciones, sino también en ese ideal común en los hombres del Renacimiento de alcanzar la fama después de la muerte, a través de la obra de arte. Frey Fernando decidió fundar, con sus cuantiosos bienes, un monasterio en Almagro que fuese de la Orden de Predicadores de Santo Domingo, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario.2

Fundación

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Fernando Fernández de Córdova y Mendoza, en 1534, defendió la creación y construcción de un monasterio de la Orden de Predicadores, a la que él pertenecía, en Almagro. Fue remitida la solicitud de licencia real a Carlos I como Administrador perpetuo de la Orden de Calatrava, quien la expidió por Real Cédula aprobatoria en 1536. Las obras del monasterio dieron comienzo de inmediato asentándose sobre terrenos extramuros, en el camino real de Granada a Toledo. En ella participaron artistas de renombre en la Historia del Arte Español: arquitectos como Francisco de Luna y Alonso de Covarrubias; escultores como Juan TovarGregorio Pardo y Juan Bautista Vázquez, el Viejo y pintores de la talla de Juan Correa de Vivar. Las obras concluyeron en 1538 y su ocupación final tuvo lugar en 1539.

El Clavero tras las autorizaciones de los papas Clemente VII y Paulo III, otorgó testamento para la creación de un Colegio-Universidad unido al Monasterio de Nuestra Señora del Rosario. Fernando Fernández de Córdova y Mendoza murió en 1550 en Valladolid, siendo trasladado su cuerpo al Monasterio de Nuestra Señora del Rosario de Almagro. Sus herederos, solicitaron licencia del Papa Julio III, para la fundación de un Colegio-Universidad. El 18 de octubre de 1574, dieron comienzo las clases en las facultades de TeologíaArte y Filosofía, cuando se terminaron las obras del Colegio-Universidad se implantó el resto de estudios de Lengua Latina, Sagradas Escrituras y Cánones.

Evolución

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Un pleito dio lugar a la redacción de unos nuevos Estatutos en 1597 que sustituyeron a las Ordenanzas y estatutos de 1553.3​ En años sucesivos la Universidad sufrió diversos procesos de cambio y adaptación de sus planes de estudio, tendiendo a la centralización; producto de estos cambios apareció en el seno de la misma durante el siglo XVIII un profundo malestar entre los claustrales, divididos en «manchegos» y «andaluces», como sinónimo de partidarios de la autoridad del rector y seguidores del provincial de la orden dominica de Andalucía, algo que amenazó la propia vida de la institución universitaria. La política centralista borbónica aplicada al medio universitario chocó con los distintos modelos de universidades españolas, las mayores y las menores, de titularidad pública y regidas por órdenes de religiosos, producto de distintas épocas y modelos. El número de alumnos de la Universidad de Almagro en el siglo XVIII era escaso: en 1746 eran 86, incluidos colegiales, legos, novicios y catedráticos y un siglo más tarde, pues no disponemos de datos de alumnos para el resto de la centuria, no superaba esta cantidad: en 1809 había 46 alumnos y 54 en 1810.

En 1716 realizó una visita de inspección a la misma Luis Salazar y Castro. En 1724 la Universidad de Almagro se vio obligada, al igual que el resto de las universidades menores, a que sus títulos fueran reconocidos por las mayores, siendo la Universidad de Alcalá de Henares la encargada de hacer este reconocimiento para los títulos expedidos en Almagro; gracias a esto, Almagro conservó las especialidades de Teología y Artes hasta 1771, momento en que la Universidad de Almagro se vio sometida a la nueva reglamentación de Carlos III.

Las reformas de Carlos III para la universidad española pueden quedar resumidas en el aumento del control estatal sobre la misma, racionalización de las disciplinas académicas, profesorado y títulos y desmantelamiento del monopolio clasista de las universidades mayores y los seis colegios mayores (más el séptimo, el de San Bartolomé y Santiago de Granada, fundado en 1649) de España. La autoridad del rector se modifica, se crea un sistema de acceso para el profesorado nuevo, se elimina los estudios privados, se homologan los planes de estudio de todas ellas y los colegios-universidad (entre ellos el de Almagro) pierden sus privilegios fundacionales y se convierten en centros del Estado y no de la Iglesia o de la órdenes religiosas.

En 1772 el establecimiento universitario se sometió al modelo universitario abulense, limitándose entre tanto la de Almagro a no «conferir grados mayores de licenciados y Doctores en la Facultad de Theología». Aprobado el plan, tras una elaboración minuciosa y complicada, se remitió en 1774 al Consejo de Castilla para su aprobación definitiva. El plan fue aprobado, pero al establecimiento universitario almagreño se le obligó a poseer profesores capacitados y a informar al Consejo cuando se produjera la contratación de los mismos. Como Almagro no tenía dotadas las cátedras, el rey no permitía a la Universidad de Almagro expedir los títulos de licenciados y doctores, pero, una vez cumplidos los trámites, en 1787 el conde de Campomanes autorizó a la Universidad de Almagro a ello.

Las medidas dictadas por los ilustrados reforzaron la autoridad del rector, por lo que, en el caso de la de Almagro, se abrió una profunda fisura entre este y la autoridad del provincial de la orden dominica, dividiendo con ello a los claustrales en manchegos y andaluces. Las discusiones trascendieron a la opinión pública y el rey, tras oír al rector y al provincial, zanjó el pleito dando la razón al rector ante las protestas reiteradas del provincial.4

En 1807 José Antonio Caballero cerró por decreto todas las universidades menores que no tuvieran suficientes rentas para mantener dignamente los estudios, y entre ellas la de Almagro junto a las de ToledoOsmaOñateOrihuelaÁvilaIracheBaezaOsunaGandía y Sigüenza. Poco después la Guerra de la Independencia vino a prolongar la situación. Pero la vida universitaria se reanudó y desarrolló hasta 1824, siendo en 1835, con la clausura de la universidad y la expulsión de los dominicos, el fin de este conjunto foco de cultura durante casi tres siglos. Momento a partir del cual fue sufriendo una progresiva desmantelación, cayendo en el olvido, como consecuencia en parte, por el proceso desamortizador de la primera mitad del siglo XIX. Iniciándose a partir de este momento, un camino lleno de vicisitudes, que llevarán a la paulatina desaparición del Convento, el Colegio Universitario y de todos los bienes que formaban parte del complejo monacal. El edificio fue usado posteriormente como molino de aceite, todos sus bienes y diversas partes fueron vendidas, sufrió diversos incendios, y finalmente fue convertido en fábrica de muebles. En la actualidad, del Convento-Universidad, tan solo permanecen en pie la iglesia y alguna sala del colegio. Los restos arqueológicos que permanecen en el solar y piezas como el coro o la armadura que cubría la nave central de la iglesia, son fieles testimonios del importante edificio que fue este convento del siglo XVI.

Iglesia

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Responde a la tipología utilizada por las órdenes mendicantes de franciscanos y dominicos durante el siglo XVI. Es de una sola nave, con planta de cruz latinacrucero y ábside poligonal, capillas laterales comunicadas y coro alto a los pies. La nave es de 49 metros de largo por 10’70 metros de ancho. Situadas a ambos lados hay cinco capillashornacinas simétricas que se comunicaban entre sí por los llamados atajos o arcos de comunicación.

En el sistema de cubiertas se combinaban dos modos de construcción diferentes, el mudéjar del artesonado de la nave central, y el gótico de las bóvedas en el crucero y capillas laterales. Esta síntesis morisca y gótica es evidente no solo en las cubiertas sino también en la concepción de las ventanas que comprenden desde la plenamente gótica del crucero con arco ojival y tracería, a las correspondientes en los laterales de la nave. En ellas son apreciables las nuevas corrientes renacentistas pues su traza se efectúa ya con arcos de medio punto. El nuevo estilo quedaba igualmente patente en los arcos y hornacinas decorados con delicadas yeserías platerescas, pero sobre todo en la sillería del coro, en el mausoleo del fundador Frey Fernando Fernández de Córdova y Mendoza, y en el primitivo altar mayor donde el Renacimiento subrayaba su presencia de forma más rotunda.

En las fachadas exteriores se produce una síntesis entre resonancias mudéjares de la torre y el aspecto fortaleza de sus muros y contrafuertes, con la delicada talla renacentista del escudo imperial de Carlos V, en el que el águila bicéfala coronada aparece rodeada por el collar del que pende el toisón de oro, teniendo a ambos lados las columnas de Hércules con el lema “non plus ultra”. Debajo del blasón imperial, aparecen, dentro de tondos, guirnaldas, los escudos de la Orden de Calatrava (rodeados por los símbolos alusivos a la dignidad del Clavero correspondiente a Fernando Fernández de Córdova) y bajo este los escudos de los padres del fundador: a la derecha las armas paternas de Fernández de Córdova, Conde de Cabra; y a la izquierda las de su madre, Mendoza y Luna.

Alumnos y profesores ilustres

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Uso actual

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Actualmente se utiliza como recinto asociado al Festival de Teatro Clásico de Almagro, interpretándose en él obras cuando la ocasión lo requiere.






Vista de la escena del Corral de Comedias de Almagro.

El Corral de Comedias de Almagro está situado en la Plaza Mayor de esta ciudad manchega.

Declarado Monumento Nacional el 4 de marzo de 1955, mantiene la estructura original de los Corrales de comedias del siglo XVII, probablemente por la continuidad de su uso como mesón.

Es el único ejemplo de teatro de este tipo conservado en su integridad; que se dio tanto en la España del siglo XVII como en la Inglaterra del teatro isabelino.

A raíz de la popularidad del Festival de Teatro Clásico de Almagro y del Corral de Comedias, en 1994 se instaló en Almagro el Museo Nacional del Teatro, donde se reúne la historia y evolución del teatro en España.

Historia

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Puerta de entrada al Corral de Comedias.
Vista de los palcos.

Investigaciones históricas realizadas a finales del siglo XX dieron a conocer la fecha de construcción del Corral, así como multitud de detalles sobre sus orígenes y evolución. El teatro se construyó en 1628 mediante la ampliación del conocido hasta entonces como Mesón del Toro tras la adquisición de propiedades vecinas, tarea que realizó don Leonardo de Oviedo, clérigo presbítero de la desaparecida y cercana parroquia de San Bartolomé el antiguo. Descendiente de una familia de origen judío, para las obras de construcción del teatro llegó a realizar un desembolso de 5.000 ducados, una auténtica fortuna de la época. En su origen, el Corral de comedias ocupaba una superficie de 622 m², algo más del doble de lo que se conserva en la actualidad. Para más detalles sobre los orígenes del Corral de Comedias de Almagro, se recomienda la consulta las investigaciones de Mª Concepción García de León Álvarez.1

La primera representación de la que se tiene referencia fue a cargo de la compañía de Juan Martínez en 1629, una de las doce compañías "de Título". En el siglo XVIII, con la prohibición de los corrales, se convierte en el Mesón de la Fruta, conociéndose desde mediados del siglo XIX como la Posada de las Comedias. En 1950, el dueño de dicha posada, mientras realizaba unas obras, encontró una baraja española pintada a mano fechada a principios del siglo XVIII. Puso el hallazgo en conocimiento del Ayuntamiento y su alcalde, Julián Calero, la trasladó al gobernador civil de la provincia. José María del Moral, por éste y otros documentos, supuso que en ese lugar podría haber existido un corral de comedias.

Se iniciaron las obras y apareció la zona del escenario prácticamente intacta, momento en el que se decidió recuperar tan magnífico espacio, que estaba muy parcelado y en manos de distintos dueños. Tras el proceso de expropiación y restauración oportunos, se inauguró en 1952 este espacio único en el mundo, testimonio de una de las épocas más fecundas y brillantes del teatro. Durante el Siglo de Oro toda manifestación teatral era conocida como "comedia", salvo los autos sacramentales. El público acudía a la comedia, aunque lo representado fuera drama o tragedia. Las representaciones se organizaban en función de las siguientes normas:

  • La temporada comenzaba el domingo de resurrección y terminaba el miércoles de ceniza.
  • Estaba prohibido fumar, por el riesgo de incendio.
  • De octubre a abril la comedia empezaba a las dos de la tarde, en primavera a las tres y a las cuatro en verano, para finalizar antes de la puesta de sol. Su duración estaba entre cuatro y seis horas.
  • La estructura de una función era: Loa, primera jornada (acto), entremés, segunda jornada, jácaras o mojigangas, tercera jornada y baile final.
  • Los hombres y mujeres no podían estar juntos. Los hombres ocupaban el patio (en gradas laterales, bancos en el patio y de pie) y las mujeres en la grada de las cazuelas. El único sitio donde se les permitía estar juntos era en los aposentos de los corredores.
  • Los niños no podían entrar.
  • El precio de la entrada no era un precio global como hoy lo conocemos. Entonces se pagaban distintas entradas: una a la entrada, otra para la hermandad o beneficiario y otra para sentarse. La compañía raramente llegaba al 20 % de lo recaudado.
  • En ciudades universitarias estaba prohibido representar entre semana para que los estudiantes no se distrajeran.
  • Dos de las figuras más características de los corrales eran:
    • El mantenedor del Orden. Mozo recio del lugar que, provisto de un buen garrote, templaba los ánimos de todos aquellos que se exaltaban.
    • El apretador. Al no existir un aforo determinado, todo el que pasaba tenía derecho a sentarse.
Representación de la comedia El médico a palos de Molière.

En los corrales de comedias no había aseos y las condiciones higiénicas no eran las más adecuadas. Con la llegada, a mediados del siglo XVIII, de distintos gobiernos ilustrados, durante el reinado de Felipe V, se empiezan a prohibir las representaciones en estos locales, debido a la falta de higiene, el riesgo de incendio y los desórdenes que en ellos se producían. A esto hay que añadir el desarrollo de una burguesía que no quiere asistir a las comedias en espacios incómodos y la aparición de espectáculos metateatrales como la ópera que requieren de espacios cerrados con un tratamiento acústico específico.

A finales del siglo XVIII se decretó la prohibición total y los corrales sufrieron distintas suertes, así el Corral de Comedias de Almagro se siguió utilizando como lo que siempre fue: mesón y posada, lo que contribuyó a su conservación.

La recuperación de este espacio en 1952, tras retirar los muros que tapiaron parte de sus estancias, dio origen al Festival de Teatro Clásico de Almagro. Para su reapertura, se representaron El retablo de las maravillas y La guarda cuidadosa, de Miguel de Cervantes, a cargo del TEU. De carácter internacional, se celebra durante los meses de julio en cinco espacios distintos teniendo como referente el corral de comedias.

Estructura

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Pozo del Corral de Comedias de Almagro.

Se trata de un patio rodeado de 54 pies rectos de madera de color almagre (arcilla rojiza que da nombre a la población de Almagro). Estas apoyan sobre basas de piedra para proteger a estos de la humedad. Posee dos pisos con aposentos y ganchos para colocar el toldo que protegía a los espectadores en las horas de sol; así como los de las velas o candiles de aceite. En el patio hay un pozo situado a la entrada donde debía estar la alojería para surtir de refresco a los espectadores.

Entre la puerta de la calle y el patio se encuentra un zaguán empedrado, como lo está toda la planta, de pequeños cantos rodados, luciendo el del zaguán la Cruz de Calatrava. En él había instalado un mesón que funcionaba regularmente hubiera o no representación. En su parte izquierda hubo un fuego manchego y en una de sus pajeras apareció la baraja fechada en 1725. Desde el mismo se abría una cancela de madera que comunicaba directamente con el patio.

En los dos laterales se completaban con estrados o gradas que eran ocupados por comerciantes, militares, funcionarios, gente de un nivel social más elevado que en el resto del patio que solo podía ser ocupado por gente llana y al que se llamaría Patio de los Mosqueteros. "...concurren en ellos con su capa, espada y daga y todos se llaman caballeros, hasta los zapateros, y éstos son los que deciden si la comedia es buena o mala; y a causa de que la silban o aplauden, son llamados Mosqueteros, de suerte que la fama y opinión destos poetas depende dellos..."

Los aposentos privados estaban situados en los laterales del escenario y se alquilaban solo a familias nobles, por un periodo determinado de tiempo. Las tupidas celosías permitían ver sin ser vistos. Poseían accesos independientes del resto del edificio para mantener el anonimato de sus ocupantes.

La cazuela era el lugar desde donde veían la representación las mujeres. Así lo exigía la estricta moral de aquella época. Estaba situado enfrente del escenario, en la primera planta del edificio. Los accesos eran independientes del patio y corredores, y comunicaban con la entrada mediante una o varias escaleras. El corredor situado encima de la cazuela lo ocupaban habitualmente las instituciones, tanto civiles como eclesiásticas.

Los corredores laterales estaban entre la cazuela y los aposentos privados. Se dividían en estancias que se alquilaban a familias. Son los antecedentes del palco.

El escenario, el lugar donde se representaba, está situado en la parte opuesta de la entrada y detrás se encuentran los camerinos. La pared del fondo cuenta en su parte superior con un corredor de tres balcones de barandilla que asoman a la escena, y en el lado derecho la puerta de acceso a los cómicos. Bajo el entarimado está el foso, donde se alojaba la compañía con todos sus enseres.

El recinto cuenta con un aforo de unas trescientas personas.

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