MONUMENTOS DE ESPAÑA
Teatro Palacio Valdés | ||
---|---|---|
Bien de interés cultural | ||
Fachada principal del teatro | ||
Ubicación | ||
País | España | |
Comunidad | Asturias | |
Dirección | Calle Palacio Valdés, 3. 33402 | |
Coordenadas | 43°33′19″N 5°55′12″O | |
Información general | ||
Tipo | Ópera, teatro y Danza | |
Arquitecto | Manuel del Busto | |
Fundación | 1900 | |
Construcción | 1900-1920 | |
Inauguración | 1920 | |
Cierre | 1972 | |
Reapertura | 14 de noviembre de 1992 | |
Reconstrucción | 1987-1992 | |
Características | ||
Estilo | Neobarroco | |
Aforo | 747 espectadores | |
Administración | ||
Administrador | Público | |
Bien de interés cultural Patrimonio histórico de España | ||
Categoría | Monumento1 | |
Código | RI-51-0004769 | |
Declaración | 28 de diciembre de 1982 | |
Sitio web oficial | ||
El Teatro Palacio Valdés es un espacio cultural de la ciudad de Avilés, Principado de Asturias, España. Se encuentra situado en la casco antiguo de la ciudad, a escasos metros del ayuntamiento.
Bien de Interés Cultural
[editar]El Teatro Palacio Valdés es un Bien de Interés Cultural (BIC) del Patrimonio Histórico Español, en la categoría de Monumento Histórico. Fue declarado como tal el 28 de diciembre de 1982, y la declaración fue publicada en el BOE del 10 de febrero de 1983.231
Régimen jurídico
[editar]El Teatro está gestionado por la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Avilés.
Construcción
[editar]Este edificio fue construido por el arquitecto Manuel del Busto a principios del siglo XX.
El arquitecto proyectó un teatro neobarroco y modernista, con disposición longitudinal, paralela al frente debido a los problemas técnicos que le acarreaba el solar elegido para su construcción. El interior, distribuido en patio de butacas y palcos, sigue el esquema de teatro de ópera italiano. Actualmente alberga un aforo de 747 localidades.4
Una de sus peculiaridades es que la zona del patio de butacas tiene un sistema de nivelación que permite ajustala con el escenario, convirtiéndose en un gran salón de baile.5
Historia
[editar]El edificio se empezó a construir el 5 de agosto de 1900,6 fecha de la colocación de la primera piedra en un acto solemne con numerosos invitados entre los que se puede destacar a Clarín.
Las obras se prologaron durante veinte años, debido principalmente a problemas económicos que las paralizaron en diversos momentos. En 1920 se inauguró bautizándolo con el nombre del ilustre escritor Armando Palacio Valdés, hijo adoptivo de la villa, quien acudió al evento,7 durante el cual le impusieron las insignias de la Gran Cruz de Alfonso XII. 8 La obra inaugural fue la opereta El AS de Rafael Calleja Gómez, representada por la compañía del Teatro Reina Victoria de Madrid9
El teatro permaneció abierto entre 1920 y 1972 representado todo tipo de obras: drama, comedia, lírica, varietés10 entre otras actividades, viviendo una época dorada.
Pero tras la Guerra Civil comenzó un declive de la actividad teatral donde un uso como sala cinematográfica tomaba mayor importancia. Su decadencia comenzó lentamente culminando en 1972 con su cierre. Desde ese año sufrió el abandono que lo dejó en un estado deplorable. Se creó la Plataforma Pro-Recuperación del teatro Palacio Valdés que consiguió juntar numerosas firmas para instar a la restauración del teatro, incluyendo la de personajes ilustres del mundo de la cultura. Hasta que siendo ya de titularidad municipal11 se consigue el objetivo y en 1987 comienzan las obras de restauración que durarían cinco años.
La reinauguración se llevó a cabo el 14 de noviembre de 1992.12
Reconocimiento
[editar]Desde su reinauguración el Palacio Valdés vuelve a adentrarse en una época dorada en la que sus diferentes ciclos y temporadas consiguen gran audiencia. Forma parte de la Red Española de Teatros, escenarios, Auditorios, Circuitos y Festivales de Titularidad Pública y se convierte en lugar de estreno de obras en su gira nacional,13 siendo muy respetado por directores y actores.1415
Por el coliseo han pasado personalidades importantes a nivel nacional e internacional, no sólo en caludad de artistas o ponentes sino también como parte del público. En 1996 el entonces Príncipe Felipe en su paso por la ciudad acudió al coliseo.
Bajo la propuesta The Bridge project16 en la que varias entidades culturales internacionales tales como el BAM de Nueva York y el Old Vic Theatre de Londres que colaboraban en la creación y difusión de proyectos, se creó una colaboración con el Centro Niemeyer que llevaría a la representación en el Teatro Palacio Valdés de dos obras de William Shakespeare: La tempestad17 por la compañía de Sam Mendes18 y Ricardo III, interpretada por el actor estadounidense Kevin Spacey quien también visitó la ciudad en más de una ocasión.
De otra colaboración entre el Ayuntamiento de Avilés con el Centro Niemeyer, surgió un encuentro con el escritor Paulo Coelho en la celebración de los 20 años de una de sus novelas más famosas: El Alquimista, actos que se celebraron en el teatro.
Fruto de las colaboraciones entre las entidades culturales, surge EscenAviles19 como un ciclo de programación de espectáculos propio de la ciudad de Avilés.20
1920 -2020: Centenario de su inauguración
[editar]Con motivo del primer centenario del teatro, se llevan a cabo diferentes actividades culturales que van desde la publicación en redes sociales de representaciones teatrales integras que fueron estrenadas en el odeón,21 como talleres y charlas en línea con expertos22Con motivo de los cien años desde la inauguración del teatro, el 9 de agosto de 202023 da comienzo un evento de dos días en el que la comenzando con la opereta El AS,24 la misma que se representó en la inauguración del odeón en 1920, narran la historia del emblemático edificio.25 Parte de la escenografía se llevó a cabo con Video mapping sobre la fachada del edificio. La música en directo llevada a cabo por un pianista.
Para esta celebración cuatro artistas26 exponen grabados de gran formato con su visión sobre el odeón avilesino27 en las inmediaciones del teatro, en plena calle.
Alfarería negra en Asturias es el conjunto de la producción de cerámica negra tradicional desarrollada en la zona asturiana de la cornisa Cantábrica en España,1 con especial desarrollo en Llamas del Mouro, Faro y Miranda en el concejo de Avilés.2
Alfarería de Llamas del Mouro
[editar]La producción de Llamas, en el concejo de Cangas de Narcea, con una antigüedad que delatan las formas y procesos para su elaboración, tuvo quizá sus periodos de mayor actividad conocida en las décadas anteriores a la guerra civil española y en la de 1950, cuando contaba aún con 16 alfares.a3
Aunque el barro de Llamas, muy abundante y de calidad, es «blanco y colorado»,4 la producción ha sido tradicionalmente de vasijas con acabado negruzco o gris acerado, debido al proceso de la cochura en sus hornos, donde las piezas son cubiertas con terrones de hierba (‘tapines’), capa que permitirá, una vez cocidas el proceso cerámico de reducción por falta de oxígeno y exceso de hidrógeno y dióxido de carbono, que finalmente da como resultado añadido el oscurecimiento de las piezas.4
Entre las vasijas tradiciones de Llamas pueden destacarse, por ejemplo, los «xarros de pixulin» (barriletes cilíndricos con dos asas enfrentadas, junto a la boca de la vasija); los «pucheiros» para cocinar, los «xarros» de agua, las «otsas» y las «tarreñas» (para conservar las natas de la leche); o los moldes para hacer el queso o «queiseiras». Como otras producciones de la típica alfarería asturiana, además del pequeño comercio local, la producción se mantenía con los mercados y las ferias de localidades grandes como Cangas de Narcea, Avilés, Ovieda o Pola de Siero.4
Alfarería de Miranda
[editar]Se ha datado el origen de la cerámica mirandesa ya en los siglos x y xi, como han confirmado en el inicio del siglo xxi investigaciones arqueológicas realizadas en la comarca, y en concreto en el edificio de Miranda del siglo xiv conocido como palacio de Valdecarzana, donde aparecieron abundantes restos del conjunto de formas alfareras tradicionales de esta zona de Asturias con mil años de antigüedad. Asimismo, los investigadores han localizado puntuales referencias en el Archivo Notarial de Oviedo (con registro de olleros en Miranda desde 1644, y documentos jurídicos desde 1657),5 en documentos del Archivo Histórico Provincial de Oviedo (desde 1669) y el Archivo del Ayuntamiento de Avilés. Si bien quizá el documento más conocido y trascendente es el relato del ilustrado Jovellanos en sus Diarios.b
Casi desaparecida por abandono de su talleres y emigración de sus alfareros en el inicio del siglo xx –Seseña y Feito dan la fecha aproximada de 1910–, la producción artesanal se recuperó como fenómeno cultural, social y económico con la apertura en 1975 de la Escuela de Cerámica de Miranda. A partir de la iniciativa del investigador, coleccionista y párroco José Manuel Feito, se promovió la recuperación no solo de las de formas singulares de la cerámica negra asturiana, sino asimismo de los hornos, sistemas de cocción, localización de barreras de arcilla, etc.1 Enclave importante para el desarrollo de esta tarea fue la Casa-taller «El Alfar»,c5 fundado por el profesor Ricardo Fernández López, impulsor del Centro Municipal de Cerámica de Avilés.
Objetos alfareros tradicionales de la alfarería negra asturiana son: la escudilla –utilizada como tazón–; la quesera; cazuelas y pucheros para cocinar; la jarra con su típica panza bruñida verticalmente; la "botía", para batir manteca; la cántara, usada como orza para conservar la matanza del cerdo; el botijo, diseñado como botija de carro o cantimplora para transportar el agua («con un colador en la boca y un guijarro en su interior para facilitar su limpieza»).1
Entre las formas típicas de la cerámica negra mirandesa destacan dos recipientes específicos para guardar el «amasijo de San Martín», el vedrío y la tarreña; otra pieza singular es el tonel, vasija para llevar el agua de la fuente a la casa o los campos. Además de estos elementos, más o menos típicos de la alfarería doméstica, hay que mencionar los braseros para el cisco, y adornos para la arquitectura rural como florones y remates de los hórreos.15
Proceso de elaboración
[editar]Sirve de introducción la cita de Jovellanos, que en la página de su Diario IV Itinerario VIII, fechada el 2 de agosto jueves de 1792, escribe este texto:
...Miranda, lugar grande, compuesto de tres o cuatro barriadas algo separadas en que está reunida la población. En una de ellas vimos los hornos y fábricas de barro común que aquí se trabaja; la mayor parte de ellos cavados en la tierra, de grosera y no bien dirigida forma. El barro es rojo y después de cocido conserva el mismo color, aunque más claro tirando algo a blanco. Para darle el negro brillante y fino de los botijos, basta cerrar muy cuidadosamente el horno después de la cochura, y sin duda el humo ahogado en él penetra por todos los poros del barro y se vuelve negro. La operación preparatoria se reduce a machacar el barro, que se trae del mismo término, pasarlo después por un tamiz, amasarlo luego en unos duernos con agua, y al fin pasarlo a los tornos para darle forma. Hay como unos treinta hornos en los que se trabaja el barro común y da color negro; otros cuatro destinados al barro blanco, aunque no lo es, con su vidriado blanco y amarillento y con algunos rasgos verdes y azules. En estos se hace la antigua y ordinaria vajilla de nuestro pueblo.
Tomando como ejemplo de trabajo el de la alfarería mirandesa, una descripción elemental permitirá diferenciar las fases de preparación de los hornos, cocción de las piezas y dentro de esa fase, el proceso de "carbonación" que producirá el típico color negro en las piezas. El color negro se consigue cuando, una vez alcanzados los 1000 grados, se mete en la zona de combustión del horno algo que queme mal, madera mojada por ejemplo. La "carbonación", una especie de «ahumado profundo» se facilita tapando todo los huecos del horno evitando así la entrada de oxígeno.d El procedimiento antiguo de asfixiar el cocimiento era cubrir el horno con «tapines», un compuesto de hierba y tierra, que conservarán el calor durante dos o tres días, según el tamaño del horno.1
Hornos
[editar]Del mismo modo que el transporte y venta de las piezas era al parecer exclusivo cometido de las mujeres,6 el manejo de los hornos quedaba reservado a los hombres. Hay que advertir que los hornos de Miranda están hechos de barro y piedra, o de ladrillo indistintamente, aprovechando con frecuencia la inclinación del terreno. Dentro del horno se diferencian dos espacios, separados por la solera; en el inferior, el hogar del horno, se pone la leña, y en el de arriba –denominado mufla en la jerga alfarera– se colocarán las piezas ordenadamente, es decir, las más grandes abajo, y las vasijas pequeñas como los típicos vedríos encima de las piezas medianas.e Se cubrirá todo con tejas rotas o deshechos de piezas viejas para crear «una bóveda en la que, al rebotar las llamas, se iguale la temperatura». Sigue el dilatado y delicado capítulo de la cocción, común a los hornos usados en casi toda la península ibérica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario