domingo, 5 de junio de 2022

HISTORIA DE ESPAÑA

 MUJERES ÉPOCA MEDIEVAL

Nazhun al-Garnatiyya bint al-Qala'iyya (siglo XI) fue una cortesana y poetisa granadina.

Biografía[editar]

Nazhun fue conocida por sus extravagantes versos, su aprendizaje y su baja condición social (posiblemente fue una esclava). Aunque ha llegado muy poco de su trabajo hasta nuestros días. Entre las poetisas medievales andalusíes, solo es superada por su contemporánea Hafsa bint al-Hajj al-Rakuniyya en la cantidad de su obra conservada; ella sobresale entre los poetas masculinos y aristócratas que la rodeaban por su ingeniosa invectiva. En palabras de Marga Segol "Como regla general, Nazhun representa a su cuerpo de forma que interrumpe las estrategias convencionales para el control de la expresión y de la sexualidad, y las protestas de la comercialización del cuerpo de las mujeres"1

En la traducción de AJ Arberry, una de sus diversas réplicas se describe así:2

Ejemplo[editar]

Esta historia viene de El libro de las banderas de los campeones de Ibn Saʿid al-Magribī:

[LXXXII]34​ نزهون بنت القلاعيّ
LXXXII Nazhūn bint al-Qalāʿi.5
لها نَوادِرُ مَشْهورة ؛ وهي الّتي قالت لابن قُزمان الزجّال ؛ وقد رأَتْهُ بِغِفارة صفراء : "أَصْبَحْتَ كبَقَرةِ بَني إِسرائيل ، ولكنْ لا تَسُرُّ النََّاظرين"،
Suyos son muchos célebres rasgos de ingenio, y ella es la que dijo a Ibn Quzmān, el de los zéles, al verle cubierto con una capa amarilla: "Pareces la vaca de los israelitas, sólo que tú no rogocijas a los que te miran."
وأخبرني والدي أَنّ الكُتنديّ الشاعر دخل يوماً على المَخْزُوميّ الأَعْمى وهي تَقْرأُ عليه ، فقال له: أجزْ
Mi padre me contó que al-Kutandī, el poeta, entró un día a ver a al-Majzūmī el ciego, a la sazón en que Nazhūn estaba dando lección con él; y dijo al-Kutandī al ciego: Termina este verso [kāmil]:
لَو كُنْتَ تُبْصِرُ مَنْ تُكَلِّمُهُ
[156] Si pudieses ver a la persona con quien estás hablando...
فأطاَل الفِكر فلم يأت بشيءٍ ، فقالت
El ciego estuvo pensando largo rato sin atinar a completarlo, y entonces Nazhūn lo continuó de este modo:
لَغَدَوْتَ أَخْرَسَ مِن خَلاخِلِهِ

البَحْرُ يَطْلُعُ في أَزِرَّتِهِ * وَالغُصْنُ يَمْرَحُ في غَلَائِلْهِ

... te quedarías mudo al ver la belleza de las ajorcas que adornan sus tobillos.

La luna de su rostro aparece entre sus velos; la rama de su cuerpo se lozanea entre sús túnicas.

وكتبَ لها أَبو بكر بنُ سَعيد صاحِبُ أَعْمال غَرْنَاطة وهو عَمّ جَدّ المَمْلُوك
Abū Bakr ibn Saʿīd, visir de Granada, tío del abuelo del autor de este libro, escribió a Nazhūn estos versos [muŷatt]:
يا مَنْ لَهُ ألفُ شَخْصٍ * مِنْ عاشِقٍ وعشيقِْ

أَراكَ خلّيتَ للِنَّا....... * ....سِ سَدََّ ذاكِ الطّريقِْ

[157] ¡Oh, tú que tienes un millar de enamorados y de amantes!

Veo que has dejado ese camino libre para todo el mundo.

فأجابتْه
Y ella le respondió [ṭawīl]]:
حَلْلتَ أَنا بكْرٍ مَحلًّاً مَنَعتُه * سِواكَ وهلْ غَيْرُ الحبيبِ لَهُ صَدْرِي

وإن كانَ لِي كمْ من حَبيبٍ فإنَّما * يُقَدِّمُ أَهْلُ الحَقِّ فَضْلَ أَبي بَكْرِ

[158] Tú ocupas, Abū Bakr, un lugar en mi corazón que a todos los demás he negado, porque ¿acaso he de abrir mi pecho a quien no sea amigo?

Aun cuando tuviera tantos amantes como dices, ya sabes que los buenos musulmanes ponen siempre en primer lugar la gloria de Abū Bakr.








Qasmūna bint Ismāʿīl al-Yahūdī fue una poetisa judío-andalusí en árabe del siglo XI-XII.1

Biografía[editar]

Poetisa de origen judío, nacida en Granada. Algunos autores suponen que fue hija de Samuel Ben Nagrella, ministro del rey Zirí de Granada.2​ Se desconocen las fechas de su nacimiento y muerte, así como el lugar de los mismos, pero si fue hija del gran visir y poeta judío, tuvo que vivir hacia la segunda mitad del siglo XI, en Granada.3

Quamuna fue la única poetisa judía de al-Andalus,1​ que escribió varios poemas en árabe.3​ Encontramos unas breves referencias sobre ella y su poesía en el al-Suyuti, al-Marrakusi y al-Maqqari, que la sitúa en el apartado de los poetas judíos de al-Andalus,1​ y recoge algunos poemas, uno como réplica a otro de su padre, y de otros de tipo amoroso, donde expresa su añoranza por la falta de un amigo o esposo.






Hafsa bint al-Hajj, más conocida como al-Rakuniyya (Granada, c. 1135 - Marrakesh1191) fue una de las poetisas más célebres de al-Ándalus.

Biografía[editar]

Nace en Granada alrededor del 1135, hija de un noble de origen bereber, rico e influyente. Pasa su infancia y su juventud en Granada, en una época de agitación política intensa, que marcará la caída de la dinastía Almorávide y la instauración del califato de los Almohades.

Por su talento y su cultura, así como por su belleza, pronto ocupó un lugar importante en la corte de los almohades de Granada, desarrollando una actividad literaria y educativa intensa y adquiriendo una reputación que llegó a traspasar los límites de Granada.

Es en este ambiente de la Corte y de la poesía granadina es donde conoció al poeta granadino Abu Yafar Ibn Saíd, perteneciente a la familia de los Banu Saíd, con el cual estableció una relación afectiva y pública hacia el año 1154. Esta relación dio lugar a un intenso intercambio de poemas amorosos entre los dos amantes, los cuales se han conservado hasta nuestros días. Así mismo, sus amoríos fueron cantados por los poetas de su entorno. Su situación se complica en el año 1156, en que llega a Granada Abu Saíd Utman, gobernador almohade, hijo del califa Abd al-Mumin, quien cae perdidamente enamorado de la poetisa. Oficialmente, Hafsa no cedió ante los sentimientos del gobernador, pero dejó morir su amor por Abu Yafar, quizás cansada de las veleidades afectuosas de este último o por las presiones del príncipe o de su familia. En 1158, es enviada a Rabat junto a un grupo de poetas y nobles granadinos ante el califa Abd al-Mumin. Fue éste quien le puso el sobrenombre de al-Rakuniyya (derivado de Rakuna, un tipo de salón literario).

Debido al conflictivo triángulo amoroso, Abu Yafar, quien había sido amigo y secretario del príncipe Abu Saíd, tomó a éste como objeto de sus poemas satíricos, y terminó tomando parte en una rebelión política contra el gobernador, dando lugar a su encarcelamiento y, finalmente, a su crucifixión en el año 1163, en Málaga. Hafsa lloró la prisión y la muerte de su amado, reflejándolo en unos versos punzantes y llegando hasta el extremo de vestir el hábito de viuda por él, a pesar de las amenazas del gobernador. Sumida en su tristeza, se retira de la Corte, abandonando la poesía y consangrándose en exclusiva a la enseñanza.

Así vivió durante gran parte de su vida, hasta que en el año 1184, acepta la invitación del califa Abu Yusuf Yaqub al-Mansur quien la propone dirigir la educación de los príncipes almohades en Marrakesh, donde permaneció hasta el año de su muerte, en 1191.

Hafsa es la poetisa andalusí de la cual conservamos más obras, gracias, sobre todo, al interés de sus biógrafos y de la familia Banu Saíd. En total, han llegado hasta nosotros 17 de sus poemas, de gran calidad litereria. Heredera de la tradición poética árabe, por otra parte, es capaz de expresar, con gran belleza, sus verdaderos sentimientos en un lenguaje espontáneo. La mayoría de sus versos amorosos se dirigían a Abu Jafar, a pesar de que existen algunas sátiras y elogios a Abu Saíd. Su inspiración llega a un culmen en aquellos versos en los que expresa su pesar y su dolor por el encarcelamiento y la muerte de su amante.

Ejemplo de mujer independiente y culta de la época de mayor esplendor de al-Ándalus, Hafsa ha sido muy respetada, a pesar de su libertad aparente, en su época y por los biógrafos posteriores. Ibn al-Khatib ha dicho de ella: «La granadina ha sido única en su tiempo por su belleza, su elegancia y su cultura literaria».






Romaiquía (nombre españolizado de al-Rumaikiyya) fue una poetisa andalusí del siglo XI, esposa del rey Motamid de Sevilla (españolización de Al-Mu'tamid).

Biografía[editar]

Al-Rumaikiyya, según las deducciones de Eduardo Saavedra habría nacido entre 1045 y 1047, ya que la fecha de su nacimiento se desconoce, la de su muerte también aunque Saavedra la estima en 1091 a 1095.

Era de humilde condición y servía a un musulmán sevillano llamado Jachach, que la empleaba en conducir bestias de carga. Un día el príncipe Motamid, hijo del rey Al-Mutádid, la vio en la calle y tan prendado quedó de su talento y hermosura, que la rescató en el acto y la hizo su esposa, con gran disgusto su padre el rey, que sin embargo, no tardó en dejarse conquistar por Romaiquía, sobre todo después de haberle dado un nieto.

Romaiquía, a pesar de su humilde cuna, supo ganarse su papel como reina, aun en una corte tan fastuosa como la de Sevilla, cuando su marido sucedió a su padre. Ella correspondió al amor que le tenía su esposo, y éste no hubo capricho de su esposa que no cumpliera, hasta el punto de que los súbditos hubieron de manifestar su descontento. Esta pasión mutua se tradujo en inspirados y sentidos versos que se dirigían los dos esposos, pero de los de Romaiquía no queda más que una poesía. Además de a la poesía, se conserva una inscripción en el Museo Arqueológico de Sevilla acredita que a ella se debe la construcción de la torre de la mezquita que había en el lugar que ocupa hoy la Iglesia de San Juan de la Palma y tal vez fuera obra suya toda la mezquita. Es de suponer que en su largo reinado llevara a cabo otras obras.

Destronado Motamid por Yusuf, fue conducido con su esposa e hijos a una fortaleza de Agmat, en el actual Marruecos, donde se supone que murió Romaiquía, cuya desgraciada suerte fue llorada por sus contemporáneos. De los diversos hijos que se mencionan de este matrimonio se saben los nombres de Abbad, Arradi y Almamaún, muertos en la guerra; Arraxid, designado sucesor al trono después de la muerte de Abbad; Almotab, Arrebí, Abuhaxem y Boteina, quién según los historiadores, se pareció a su madre en la belleza y en la inspiración poética.

Posiblemente fue madre también de Abu Nasr al-Fath al-Ma'mun, casado con Zaida, que tras enviudar fue amante y supuestamente esposa de Alfonso VI de Castilla.

Literatura[editar]

La relación Al-Mutamid y Rumaikiyya fue la fuente de numerosas historias, como la que aparece en el Libro de los ejemplos del Conde Lucanor y de Patronio, cuento XXX, De lo que aconteció al rey Abenabed de Sevilla con su mujer, Ramaiquía, obra de Don Juan Manuel.






Sara, conocida como la Goda (siglo VIII). Era nieta del rey visigodo Witiza, y pertenecía a una importante familia andalusí.

Biografía[editar]

Sara era hija de Alamundo, uno de los tres hijos del rey Witiza. Su figura, tras la conquista de Hispania (al-Ándalus) por el poder musulmán, ha sido tomada como uno de los ejemplos más importantes de la islamización de la antigua nobleza visigoda. La historia de Sara y de su familia, establecida en Sevilla, fue recogida por su propio tataranieto, Ibn al-Qutiyya, un importante cronista andalusí.

Según cuenta Ibn al-Qutiyya, de acuerdo con los pactos que se dieron en al-Andalus en ese momento, la familia de Alamundo había conseguido tierras en la parte más occidental del valle del Guadalquivir. A la muerte de Alamundo, su hermano, Artobas, establecido en la zona de Córdoba, arrebató a sus sobrinos, aún niños, la herencia paterna. Ante esta la situación, Sara y sus hermanos acudieron a Damasco para plantear su caso al califa Hisham. Allí, éste medió para que se cumpliera el pacto establecido y dio a Sara como marido a 'Isa ibn Muzahim, quien fue con ellos a al-Andalus. Durante su estancia en Damasco, Sara conoció a un miembro de la familia omeya, 'Abd al-Rahman ibn Mu'awiya, años después éste acabaría en al-Andalus, convirtiéndose en el primer emir independiente; aquel hecho fue recordado en favor de Sara, pues pudo tener acceso a palacio.

Del matrimonio entre Sara e 'Isa ibn Muzahim nacerían dos hijos. De uno de ellos descendería el cronista Ibn al-Qutiyya.

Tras enviudar, Sara, ahora por mediación del ya emir 'Abd al-Rahman ibn Mu'awiya, casó con 'Umayr ibn Sa'id al-Lajmi, miembro del ejército (jund) sirio. De esta nueva unión nació Habib ibn 'Umayr, de quien descenderían las importantes familias sevillanas de los Banu Hayyay y los Banu Maslama, entre otras.








Santa Casilda de Toledo (Toledo, 950<1050-Briviesca, 1050<1107) era una andalusí hija del emir de Toledo, que practicando la caridad cristiana, llevaba alimentos a los prisioneros cristianos de su padre; descubierta, los alimentos que ocultaba entre sus ropas se convirtieron en rosas. Según la leyenda, fue martirizada y elevada a los altares. Es patrona de las mujeres que buscan milagros relacionados con la fertilidad y la sanación de enfermedades ginecológicas.

Según el Martirologio Romano, Santa Casilda de Toledo «ayudó con misericordia a los cristianos detenidos en la cárcel y después, ya cristiana, vivió como eremita».

Casilda de Toledo
José Nogales casilda.jpg
Información personal
Nacimientopost. 950 Ver y modificar los datos en Wikidata
Toledo (Al-ÁndalusEspaña) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimientopost. 1050 Ver y modificar los datos en Wikidata
Briviesca (Reino de Castilla, España) Ver y modificar los datos en Wikidata
SepulturaSantuario de Santa Casilda Ver y modificar los datos en Wikidata
ReligiónIslam y cristianismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
FamiliaBanu Di-l-Nun Ver y modificar los datos en Wikidata
PadreIsmail al-Zafir Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Información religiosa
CanonizaciónSanto y santo católico Ver y modificar los datos en Wikidata
Festividad9 de abril Ver y modificar los datos en Wikidata

Hagiografía[editar]

Santa Casilda por Zacarías González.
« En los aledaños de Briviesca resuena siglos ha un nombre de mujer que es la flor de la gracia; en castellano se dice poesía: en árabe Casilda. Fue una princesa mora llena de guapura y de melancolía. Nació en Toledo, hija del sultán, medio siglo antes que Alfonso VI recristianara la imperial ciudad. Vivía la princesa ocultamente su cristianismo y se derramaba como un perfume de caridad entre los cautivos cristianos. Como un día la sorprendiera el rey, su padre, Casilda declaró que a los prisioneros les llevaba "rosas" y, el pan, por milagro, se hizo rosas ...»2

El nombre de Casilda significa en árabe «poesía», «cantar» o «aquella que canta con alegría».3​ Pudo haber nacido entre los años 1007 y 1025, y era hija de un emir musulmán de Toledo (España) cuyo nombre no se sabe con exactitud, pero los reyes de Toledo fueron primero Ismail al-Zafir (periodo 1032-1043), y sucedido por su hijo Al-Mamún de Toledo (periodo 1043-1075).4

Santuario de Santa Casilda en Salinillas de Bureba, Burgos, España.

Debido a la enfermedad de su hija, el emir gestionó un permiso de tránsito temporal con el rey castellano, para que su hija acudiera a unos pozos medicinales, gracias a los que se curó.5​ El lugar, al poco tiempo se convirtió en un lugar de peregrinaje. Con el tiempo, terminó por erigirse en la Patrona de la Bureba, y el Santuario, dedicado en su origen al mártir San Vicente, tomó el nombre de Santa Casilda cuya vida fue entendida como “poesía” para Dios; desde entonces es muy venerada en Burgos. El 21 de agosto de 1750 las reliquias de «la virgen mora que vino de Toledo» fueron colocadas en una nueva urna, obra de Diego de Siloé, rematada por su propia imagen yacente.6

La tradición local afirma que la mujer que pruebe el agua y eche una piedra al lago, tendrá asegurada su descendencia.

Iconografía[editar]

Santa Casilda por Zurbarán.

Literatura[editar]

  • Rafael AlbertiSanta Casilda (misterio en tres actos y un epílogo) 1930.
  • Concha Espina, en su novela Casilda de Toledo.
  • Lope de VegaEl milagro de las rosas
  • Domiciano Sáez Estefanía, Vida de Santa Casilda y San Vicente Mártir, 1959.
  • Nicolás López Martínez Santa Casilda 1992.
  • Tirso de MolinaLos lagos de San Vicente.
  • Juan Arroyo CondeCasilda, la princesa mora. Ed. Dossoles. Burgos, 2004.
  • Antonio Trueba, Casilda.

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