CONJUNTOS MONUMENTALES
Palacio de la antigua Capitanía General de Aragón | ||
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Bien de interés cultural Patrimonio histórico de España | ||
![]() Fachada del edificio | ||
Localización | ||
País | ![]() | |
Comunidad | ![]() | |
Localidad | ![]() | |
Dirección | Plaza de Aragón | |
Datos generales | ||
Categoría | Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento | |
Declaración | 12 de julio de 2002 | |
Construcción | 1879 - 1894 | |
El palacio de la antigua Capitanía General de Aragón es un edificio de la ciudad española de Zaragoza, construido entre 1879 y 1894.
Descripción
[editar]Tiene una planta pentagonal irregular, condicionada por el trazado elíptico de la antigua glorieta de Pignatelli y por las posibilidades que ofrecía el solar adquirido en lo que había sido terreno de la Exposición Aragonesa de 1868. Las obras comenzaron en 1879 y concluyeron en 1894.[1]
Los proyectistas solucionaron con habilidad la distribución interior de la planta, en torno a un patio y escalera monumental de acceso al piso principal, y disimularon eficazmente la asimetría del alzado principal con un diseño de fachada palaciega, a modo de pantalla, bien compuesta e integrada en su entorno urbano.
Dicha fachada, una de las más logradas del neoclasicismo tardío de Zaragoza, se inspira en modelos de palacios italianos del siglo XVI. Fue construida en piedra, mientras que los restantes paramentos son de ladrillo rojizo, reservando la piedra para esquinales y recercado de ventanas. Se ordena en tres alas, divididas en dos pisos. La central está organizada en dos arcos de triunfo superpuestos, al modo clásico palladiano, con tres vanos de medio punto enmarcados por columnas, completada por un frontón con un relieve que representa a Minerva, rodeada de atributos militares. Se culmina el frontón con el escudo de España sostenido por dos leones. Los cuerpos laterales presentan una distribución simétrica de huecos en ambos pisos, consistente en ventanas rectangulares sobremontadas por otras cuadradas más pequeñas, que se unen al diseño de las inferiores con róleos o tornapuntas. En la planta principal se utilizan pilastras en las jambas de cada ventana y balaustres en los antepechos.
Del interior destacan la escalera, presidida por la estatua de bronce del general Palafox —modelada por Dionisio Lasuén en 1891— y el Salón de Corte, o de recepciones, de armoniosas proporciones y decorado íntegramente desde el pavimento hasta el artesonado.
Puente de la Almozara | |||||
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Bien Inventariado del Patrimonio Cultural Aragonés | |||||
Puente de la Almozara. | |||||
Ubicación | |||||
País | ![]() | ||||
Comunidad | ![]() | ||||
Localidad | Zaragoza | ||||
Coordenadas | 41°39′41″N 0°53′25″O | ||||
Características | |||||
Tipo | Puente | ||||
Cruza | Ebro | ||||
Historia | |||||
Ingeniero | Javier Manterola | ||||
Inauguración | 30 de septiembre de 1987 | ||||
Mapa de localización | |||||
Ubicación en Zaragoza (municipio) | |||||
Situación | |||||
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El puente de la Almozara es un puente sobre el río Ebro en la ciudad de Zaragoza (Aragón, España). Discurre entre la plaza de Europa, en el barrio de la Almozara, y la calle Valle de Broto del ACTUR.
Fue inaugurado en 1870 para permitir la interconexión de las líneas de ferrocarril que llegaban a la ciudad. Tras una vida agitada, que incluyó varias remodelaciones por inundaciones, ampliaciones y daños por uso fue reconvertido en un puente peatonal y carretero. Hoy en día es uno de los principales pasos sobre el río de la ciudad, siendo un punto clave del tráfico en las riberas del Ebro.
En su entrada desde la plaza Europa se sitúa la obra Cierzo, del escultor Andreu Alfaro mientras que en el extremo opuesto se ve una locomotora cedida por Industrias López Soriano en recuerdo de la función original del puente.
Historia
[editar]Orígenes ferroviarios
[editar]Construido inicialmente para el paso del ferrocarril por la ciudad aragonesa, se proyectó para conectar los trayectos Madrid-Zaragoza y Zaragoza-Barcelona y así permitir una comunicación directa sin transbordos entre Madrid en Barcelona. Las múltiples concesiones ferroviarias en España habían dejado ese trayecto dividido entre la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante, que tenía el trayecto de Madrid a Zaragoza con cabecera en la céntrica estación de Campo Sepulcro (desde 1863), y la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, que había construido su propia terminal en la Estación del Norte para su concesión Zaragoza-Barcelona en 1861.[1] Ambos ferrocarriles estaban incomunicados entre sí, de forma que los viajeros que querían hacer la ruta completa debían cruzar la ciudad en diligencias, en unos intercambios que hasta 1885 no estuvieron cubiertos por la red tranviaria.

La situación impulsa al gobierno a licitar el proyecto de un puente que permita la comunicación directa en 1869. Por un montante de 3.000.000 de reales, la empresa belga Coil resulta adjudicataria.[1] Se trataba, como era habitual en la época, de un puente de estructura metálica compuesto por una celosía de 340 metros de longitud apoyada en nueve puntos.[2] Los ocho tramos en que se dividía el tablero estaban a ocho metros de altura sobre el río, apoyados en dobles cilindros de metal de 2,5 metros de diámetro que a su vez descansaban sobre una fábrica de hormigón.[3] Una vía única se asentaba sobre dicho tablero. De acuerdo al contrato, fue inaugurado en 1870 con el cruce de un convoy cargado con grava.[1]
Apenas un año después se evidenció el bajo periodo de retorno con el que fue diseñado, pues las inundaciones de 1871 causaron problemas al actuar el puente como un obstáculo al flujo. La situación de alarma llegó al punto de apuntarse con cañones de la guarnición del Castillo de la Aljafería la estructura a fin de volarla si la situación empeoraba y llegaba a amenazar la ciudad.[1] Aunque sin llegar a repetirse tal peligro, se produjeron problemas similares con las inundaciones de 1874 y 1878.
Con el fin de solucionar el problema definitivamente, el puente fue reformado en 1879 subiéndose el tablero para prevenir que esto volviera a pasar. Se realizó la obra recreciendo los pilares para elevar su extremo superior, dejando una característica vista con ambas alturas visibles.
Servicio y declive ferroviario
[editar]El puente sufrió la detonación de una bomba en el tercero de sus apoyos en 1932, dañando la estructura. Para subsanarlo y permitir restaurar la circulación ferroviaria se encargó a Agromán, que estaba realizando obras de consolidación en la Basílica del Pilar, que restaurara el puente si bien el estado de la estructura siguió sin ser el óptimo.[2] Estudios estructurales posteriores atribuyeron las causas a daños en los apoyos debidos a las inundaciones de 1930.[4]
Estos problemas estructurales continuados y el cada vez mayor peso de las locomotoras de vapor motivaron su reconstrucción en 1947. El nuevo proyecto, a cargo de nuevo de Agromán fue obra del reputado ingeniero Eduardo Torroja.[1][2] Planteaba ampliar a tres los tableros, aunque al final se construyeron únicamente dos nuevos, dejando el puente anterior en el espacio donde estaba previsto el tercero. Con la ampliación, el puente pasó a tener doble vía.
Uso para tráfico rodado
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Tras completarse la circunvalación ferroviaria con la apertura en 1968 del puente de Miraflores por el sur dejaron de circular trenes en 1976. El puente permaneció entonces varios años en desuso hasta 1986, cuando fue entonces reformado por Javier Manterola, siendo de nuevo ampliado y abierto al tráfico rodado bajo la alcaldía de Antonio González Triviño el 30 de septiembre de 1987[5] para dar solución a una ciudad en crecimiento que se había expandido por la margen izquierda del Ebro con la construcción del ACTUR. En la Margen Izquierda del Ebro, la calle de Valle del Broto ganó con la inauguración importancia, en detrimento de la ruta directa por la calle San Juan de la Peña a través del centro. Se enmarca así en el intento de alejar el tráfico del casco histórico.[6]
Las características bóvedas de plástico del centro del puente se diseñaron para contener las tuberías que abastecen de agua y otros servicios al nuevo barrio de la margen izquierda. En 2009 se reformó eliminando las susodichas bóvedas siendo sustituidas por un bulevar peatonal con carril bici por el centro del puente.
Pasarela del Bicentenario | ||
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Vista lateral. | ||
Ubicación | ||
País | ![]() | |
Comunidad | ![]() | |
Localidad | Zaragoza | |
Coordenadas | 41°36′52″N 0°48′57″O | |
Características | ||
Tipo | Puente peatonal | |
Cruza | Ebro | |
Historia | ||
Proyectista | Luis Javier Sanz Balduz | |
Inauguración | 2008 | |
Mapa de localización | ||
Ubicación en Zaragoza (municipio) | ||
La pasarela del Bicentenario (así llamada en conmemoración de los sitios de Zaragoza) es un puente sobre el río Ebro en Zaragoza (Aragón, España) que conecta el barrio de La Cartuja Baja con el término de La Alfranca, en el municipio de Pastriz.

Forma parte del Camino Natural de la Alfranca,[1] que conecta el final del Paseo de Echegaray y Caballero con La Alfranca, sede del Centro Internacional del Agua y el Medio Ambiente (CIAMA) del Gobierno de Aragón, centro de referencia para el estudio de un recurso clave como es el agua y, en general es un centro abierto para la celebración de exposiciones, congresos, seminarios y convenciones, de ámbito nacional e internacional, en materia del agua, medio ambiente y desarrollo sostenible.
Se trata de una pasarela peatonal aunque también la cruzaba el tren turístico del parque, que para en el puente. Fue uno de los puentes construidos durante la Exposición Internacional Zaragoza 2008.[2] Desde un punto de vista ingenieril, es una pasarela metálica con forma de tubo generado por una serie de hélices. Fue diseñado por Luis Javier Sanz Balduz, profesor en la Escuela Universitaria Politécnica de La Almunia de Doña Godina.
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