ÉPOCA MEDIEVAL
Luis de Aliaga Martínez, también citado como Fray Luis de Aliaga o Padre Aliaga, (Mosqueruela, 1560 - Zaragoza, 1626) fue un religioso dominico español, que llegó a confesor real e Inquisidor general (1619-1621).
Biografía[editar]
Era hijo de un hidalgo que, a pesar de su condición, tenía un comercio de paños. Tras quedar huérfano, entró en el convento de Santo Domingo de Zaragoza, protegido por el prior Jerónimo Xavierre (1582). Llegó a enseñar teología en la Universidad de Zaragoza, pero renunció a su puesto para ocupar el cargo de prior del nuevo convento dominico que se abrió en la ciudad con el nombre de Convento de San Ildefonso (1605).
En 1606 se trasladó a Madrid como asistente del Padre Xavierre, y fue nombrado confesor del Duque de Lerma, valido del rey Felipe III (6 de diciembre de 1608). Al poco tiempo, Lerma consiguió que fuera nombrado confesor real, cargo que hasta entonces venía siendo cubierto por los franciscanos (el último, Diego Mardones, fue nombrado obispo de Córdoba y alejado de la Corte), en lo que se interpreta como un movimiento para aumentar su propio control sobre la figura del rey, dado que Aliaga no era ni un teólogo reputado ni un miembro prominente del clero.
Desde su puesto de confesor, los consejos de Aliaga contribuyeron en gran medida a la decisión de expulsar de España a los moriscos (1609). El rey le ofreció el arzobispado de Toledo, pero se negó, aceptando no obstante ser nombrado archimandrita de Sicilia y consejero de Estado.
A pesar de su inicial cercanía a Lerma, figuró entre los responsables de su caída (1618), tras la que el nuevo valido, el duque de Uceda, consiguió que le nombraran, en 1619, Inquisidor General.
Al subir al trono Felipe IV (1621) se vio forzado a abandonar la Corte y su cargo de Inquisidor General, siendo desterrado al monasterio de Santo Domingo de Huete y posteriormente a Aragón, donde murió, en 1626.
Sus enemigos políticos le describían como avaro, glotón, lujurioso, grosero con los poderosos y despiadado con los pobres, aficionado a las corridas de toros y a la astrología, y políticamente partidario del particularismo aragonés (Memorial que contra Fray Luis de Aliaga y sus mañas se dio a Felipe III).
Era muy activo redactando todo tipo de escritos de tipo burocrático y cartas. Entre sus obras se encuentran Varios Opúsculos sobre asuntos graves de la Monarquía española y de su General Inquisición, Pareceres sobre la causa que se hizo al P. Mariana y Representación sobre los excesos de Felipe III.
Pedro Antón Serra (Zaragoza, c. 15851 - Barcelona, 17 de febrero de 1632), fue obispo de Lérida (1621-1631). Fue inquisidor general y confesor de Felipe III. Fue elegido como parte de la Generalidad de Cataluña por el estamento eclesiástico el 22 de julio de 1629.23
Biografía[editar]
Natural de Zaragoza, de familia humilde, estudió en el Estudio General de Lérida.
A los 27 años ya era vicario general de Valencia, cargo que desempeñaba cuando en 1621 fue elegido obispo de Lérida, por bula del 19 de abril de 1621. Tomó posesión del cargo el 14 de junio en la catedral de Valencia y el 14 de noviembre hizo su entrada.43
En 1622, convocó un sínodo diocesano. Llevó desde Roda de Isábena las reliquias de San Ramón y San Valerio, pero, tras ser acusado de expoliar los sepulcros, fue obligado por el nuncio papal, Lorenzo Campeggi, a devolver las reliquias a Roda.2
Durante su trienio al frente de la Generalidad, la Monarquía Hispánica se encontraba envuelta en muchas guerras y tenía las finanzas dañadas, por lo que pidió a la Generalidad que se hiciera cargo de fortificar los castillos de Perpiñán y Salsas, y erigiera un fuerte en el Grau para proteger la frontera con Francia. Todo ello a cuenta de un excedente de 100000 libras de un servicio que las Cortes de Monzón habían acordado con Felipe II.
Sobre su fallecimiento aparece en Miquel Parets,1
Muere Serra, obispo de Lérida, enterrador de monstruos, ladrón de santos aragoneses, presidente de la Diputación (120 + 263)
Martes de Carnestolendas, á [17] de Febrero 1632, murió aquí en Barcelona el obispo de Lérida D. J. de Serra: aragonés, hombre mui afable y de linda presencia y de edad de 48. Hallávase diputado electo y acavaba aquel año el trienio, con que no sacaron nuevo diputado. Posava en el palacio del Rey, en donde, con sunptuoso capilardente estubo descubierto tres días, en los quales se celebraron solemnes exequias, asistiendo á ellas el consistorio de Diputación, y al tercer día, en túmulo muí elebado y procesión, lo pasaron por las calles que va la procesión del Corpus: heran ochenta achas y 40 canastos? y en el Aseo, con mucha celebridad de oficio le dieron sepultura.Miquel Parets, De los muchos sucesos dignos de memoria que han ocurrido en Barcelona y otros lugares de Cataluña, crónica escrita [...] entre los años de 1626 á 1660 (1888)
«Presidente de la Generalidad»[editar]
En 2003, el historiador español Josep M. Solé i Sabaté publicó la obra colectiva Historia de la Generalitat de Catalunya i dels seus presidents, dentro de la Enciclopèdia Catalana.5 En esta obra, Solé i Sabaté incluía una «lista de los presidentes de la Generalitat», confeccionada mediante el siguiente procedimiento:6 Para el periodo desde 1359 hasta 1914 —anterior a la creación de la Generalidad de Cataluña—, Solé i Sabaté decidió considerar «presidente de la Generalidad» al que determinó por razones protocolarias como diputado eclesiástico más destacado de la Diputació del General de Catalunya, aunque ninguno de tales diputados ostentara jamás el cargo de «presidente». La Diputació del General de Catalunya era un órgano de las Cortes Catalanas, disuelto por el Decreto de Nueva Planta en 1716 y brevemente restituido durante dos años (1874-1875). Para el periodo 1914-1925, Solé i Sabaté consideró «presidente de la Generalidad» al presidente de la Mancomunidad de Cataluña. La lista de Solé i Sabaté a partir de 1931 incluye tanto a los presidentes de la Generalidad de Cataluña como a aquellos que se proclamaron «presidentes en el exilio», pero excluye a aquellos elegidos por el Gobierno español durante el presidio de Lluís Companys (1934-36).7
En este contexto, Solé i Sabaté considera que Pere Antoni Serra fue presidente de la Generalidad de Cataluña.
Pascual de Aragón-Córdoba-Cardona y Fernández de Córdoba (Mataró, 1626 - Madrid, 1677) fue cardenal y hombre de estado español, arzobispo de Toledo, virrey de Nápoles, inquisidor general de España y consejero de estado.
Biografía[editar]
Fue hijo de Enrique de Aragón (duque de Cardona y Segorbe, y virrey de Cataluña) y de su segunda esposa Catalina Fernández de Córdoba y Figueroa (hija de los marqueses de Priego). Estudió en el colegio de San Bartolomé de la universidad de Salamanca, donde se graduó en cánones.
En 1648 fue nombrado canónigo de la catedral de Toledo, y poco después arcediano de Talavera, capellán mayor de Toledo y catedrático en la universidad de Toledo; en 1652 promotor fiscal de la Inquisición y al año siguiente miembro del consejo de Aragón en la regencia de Cataluña.12
En 1655 fue ordenado sacerdote por el arzobispo Baltasar Moscoso y Sandoval y en abril de 1660 el papa Alejandro VII lo nombró cardenal presbítero de Santa Balbina,3 con cuyo título fijó su residencia en Roma.4
En 1664 Felipe IV le encargó el virreinato del reino de Nápoles en sustitución de Gaspar de Bracamonte Guzmán; en sus funciones como virrey tuvo que hacer frente a la precaria situación de Nápoles, inmersa en la corrupción y el bandidaje.5 A su regreso a España fue nombrado miembro del Consejo de Estado.6
Mariana de Austria, regente tras la muerte de Felipe IV, le nombró inquisidor general de España, aunque poco después le instó a renunciar sin haber llegado a ejercer efectivamente el puesto.7
En febrero de 1666 recibió el arzobispado de Toledo, cuya dignidad le confería el cargo de miembro del consejo de regencia constituido durante la minoría de edad de Carlos II. En abril del mismo año volvió a España dejando el gobierno de Nápoles a su hermano Pedro Antonio de Aragón.
A pesar de su condición cardenalicia, no participó en los cónclaves de 1667, 1669 y 1676.2 Nombrado presidente del Consejo de Aragón en 1677, murió en Madrid ese mismo año dejando todos sus bienes al colegio de Nuestra Señora de los Infantes; su cuerpo fue enterrado en el convento de las capuchinas de Toledo, del cual había sido protector y benefactor.
Pascual de Aragón-Córdoba-Cardona y Fernández de Córdoba | ||
---|---|---|
![]() | ||
![]() 93.eɽ arzobispo de Toledo Primado de España Canciller mayor de Castilla | ||
1 de febrero de 1666-28 de septiembre de 1677 | ||
Predecesor | Baltasar Moscoso y Sandoval | |
Sucesor | Luis Manuel Fernández Portocarrero | |
Información religiosa | ||
Ordenación sacerdotal | 1655 por Baltasar Moscoso y Sandoval | |
Ordenación episcopal | 5 de abril de 1660 por Gabriel Adarzo de Santander | |
Proclamación cardenalicia | 21 de noviembre de 1661 por Alejandro VII | |
Título cardenalicio | Cardenal presbítero de Santa Balbina | |
Información personal | ||
Nacimiento | Mataró, 1626 | |
Fallecimiento | Madrid, 28 de septiembre de 1677 | |
Alma máter | universidad de Salamanca | |
![]() Escudo de Pascual de Aragón-Córdoba-Cardona y Fernández de Córdoba |
Diego de Arce y Reinoso (Zalamea de la Serena, 25 de abril de 1587 - Madrid, 20 de junio de 1665) fue obispo e inquisidor general del reino de España.
Carrera eclesiástica[editar]
Obispo de Tuy (1635-38), de Ávila (1638-40) y de Plasencia (1640-52),1 fue nombrado inquisidor general el 14 de noviembre de 164323 y Consejero de Estado en 1664.
Ramón José de Arce y Uribarri (Selaya, 25 de octubre de 1757 - París, 19 de febrero de 1844) fue un religioso español que ocupó, entre otros muchos y variados, los cargos de arzobispo de Burgos, arzobispo de Zaragoza, Inquisidor general y Patriarca de las Indias Occidentales.
Atractivo personaje de la Historia de España, ha interesado a intelectuales tan dispares como Antonio Alcala Galiano, Menéndez Pelayo, Julio Caro Baroja, Javier Alfaya o los académicos Barrios Pintado y Gerard Dufour.
Ramón José de Arce | ||
---|---|---|
![]() | ||
Información personal | ||
Nacimiento | 25 de octubre de 1755 Selaya (España) | |
Fallecimiento | 16 de enero de 1842 (86 años) París (Francia) | |
Nacionalidad | Española | |
Religión | Iglesia católica | |
Educación | ||
Educado en | Universidad de Salamanca | |
Información profesional | ||
Ocupación | Presbítero católico de rito latino | |
Cargos ocupados |
|
Biografía[editar]
Ramón José de Arce,nota 1 montañés, nacido en Selaya el 25 de octubre de 1755.1
Hábil intrigante en las cortes de Carlos IV y luego de José Bonaparte, inició su carrera eclesiástica como colegial del Mayor de Cuenca de la Universidad de Salamanca, pasando a canónigo lectoral en Segovia y Valencia.
Al parecer, gracias a su intimidad con la Marquesa de Mejorada,2 amiga personal de Manuel Godoy,3 su carrera cortesana le valió, en 1797, el nombramiento de Arzobispo de Burgos (1797 - 1801), y más tarde Arzobispo de Zaragoza, (1800 - 1816), diócesis de las que casi siempre estuvo ausente. La subsecuente amistad de Arce con el favorito de Carlos IV y de la reina, le supuso, además, los nombramientos de Inquisidor General, en 1798, consejero de Estado, en 1803, y el Patriarcado de las Indias, en 1806.
En el invierno de 1808, amén de los más altos cargos en el clero palatino, se le mencionan otros títulos como los de Procapellán y Limosnero Mayor de Su Majestad, Gran Canciller y Ministro Principal de la Orden de Carlos III.4
Su amistad con Godoy que forzosamente implicaba enemistad con el acechante Príncipe de Asturias, luego Fernando VII, supusieron que tras el motín de Aranjuez y la abdicación de Carlos IV, se le retirasen los empleos de inquisidor y patriarca. Tras unos meses de apagón cortesano, Arce volvió al escenario tras jurar fidelidad a José Bonaparte, que por Decreto de 18 de marzo de 1810 le devuelve lo perdido y le concede, además, la Gran Banda de la Orden Real de España.nota 2
Caída y exilio[editar]
El regreso de Fernando VII como soberano absolutista minó la carrera de Arce, exiliándose finalmente a Francia en 1814. Vivió en París, compartiendo vejez longeva con su viejo amigo y socio el Príncipe de la Paz, hasta su muerte en 1844.5
Galería de retratos y bocetos[editar]
Existen pocos retratos de Ramón José de Arce, el que conserva en el Salón del Trono del Palacio Arzobispal de Zaragoza y una copia en el Ayuntamiento de su villa natal. Más abundantes son las descripciones (retratos literarios o históricos), que han quedado por escrito:
- Alcalá Galiano, un ilustrado que conoció personalmente al Inquisidor General en su propia guarida, lo describió en un par de ocasiones, en una de ellas le retrata así: El inquisidor general Arce era hombre instruido, de condición suave y, más que otra cosa, cortesano. Así es que la malicia popular, mirándole como "privado del Gran Privado", hasta le achacaba estar casado; claro desatino, pero indicio de que no veían en él las gentes un sucesor de Torquemada o de Valdés...6
- El marqués de Villaurrutia, ilustre cronista y chismoso de la Historia de España, habló así de Arce: ...prelado hábil e intrigante... Favorecióle su alto grado en la Masonería española, de la que el nuevo Rey José (Bonaparte) era Gran Maestre.7
- El historiador Julio Caro Baroja, en las páginas que dedica a Arce en 'El Señor Inquisidor, da diversa noticia y documentación concisa entorno al inquisidor cortesano y, en una pincelada final, escribe: El inquisidor Arce, hidalgo del valle de Carriedo, buen mozo en la corte de María Luisa, arzobispo afrancesado y masón, no ha dejado tras sí huella alguna. Los de su linaje, el de los Arce Quevedo, levantaron una casa palacio, que aún existe, en Selaya. Nadie diría que de aquella mansión, propia para extasiar a don José María Pereda, pudo salir semejante figura, más novelesca, en verdad, que las de Pereda mismo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario